Visita a Alta Alella: escapada de enoturismo por la DO Alella

Si buscas disfrutar de una escapada de enoturismo cerca de Barcelona tienes muchas opciones más allá del Penedés. La Denominación de Origen Alella está formado por nueve bodegas que cultivan vinos y espumosos en pequeños cultivos situados entre la Sierra litoral y la costa del Maresme a no más de 30 minutos de Barcelona.

Para conocer más de cerca una de las bodegas de esta DO nos decidimos a hacer una visita a Alta Alella, una empresa vinícola situada en el Parque Natural de la Sierra de Marina. La belleza del paisaje con el mar de fondo, la calma de la zona y la experiencia en petit comité son los puntos fuertes de una visita a Alta Alella.

Bodegas de la DO Allela: viña urbana entre el Maresme y el Vallés Occidental

viñedos hacia el mar — viñedors hacia el mar

La Denominación de Origen Alella es una de las más pequeñas y más antiguas de la península ibérica. Ocupa una superficie de 227 hectáreas repartidas entre las comarcas del Maresme y del Vallès Oriental, es decir, entre el mar y la Sierra Litoral. Alella Vinícola, Alta Alella, Altrabanda – Serralada Marina, Bouquet d’Alella, Can Roda, Celler de les Aus, Joaquim Batlle, Raventós d’Alella y Roura son las 9 bodegas que conforman esta DO que se presenta como una viña urbana. La garnatxa, la Pansa Blanca, el Chardonay o la Malvasia son algunas de las variedades de uva que encontramos en la zona.

Alta Alella Margin es el proyecto familiar de Josep Maria Pujol-Busquets, su mujer Cristina Guillén y sus hijas Mireia y Georgina. En paralelo, también se gestiona una línea de cavas y vinos naturales en el Celler de les aus, ubicado en la misma finca.

Visita a Alta Alella: la bodega más cercana de Barcelona

can genís alta alella — recinto novecentista de can genís

A primera, la visita a Alta Alella Mirgin sorprende por la belleza de un paisaje agrícola trabajado en una zona de emprendedores como es el Maresme. Los viñedos se extienden por las laderas del parque de la Sierra de Marina cerca del torrente de Cirera, entre Alella y Tiana, y a apenas unos dos kilómetros de la costa.

La familia Pujol-Busquets adquirió en 1991 esta finca novecentista dominada por el edificio de Can Genís (donde vive la familia) y que contaba con diversos viñedos plantados desde hacía cuarenta años. Plantaron variedades autóctonas como la Pansa Blanca y apostaron por la agricultura ecológica. En los últimos años combinan la producción de vinos y cavas con variadas experiencias de enoturismo que van desde talleres de yoga con vistas privilegiadas sobre los campos, propuestas de maridaje con jamón ibérico o aperitivos entre los viñedos.

Otra de las propuestas os permite incluso navegar por la costa de Barcelona con un barco charter exclusivo y una posterior visita a la bodega.

Paseo por los viñedos: entre el Chardonay y la Pansa Blanca

Nos decidimos por la experiencia más clásica: la visita con degustación final de 4 variedades de vinos y cavas que empezamos en el moderno Centro de enoturismo que hay en el interior de la finca. Un enólogo nos fue introduciendo poco a poco en los cultivos y en la filosofía de agricultura ecológica de Alta Alella mientras empezamos a caminar entre los campos.

En julio, las uvas siguen creciendo a la espera de empezar la vendimia manual en agosto y que dura aproximadamente dos meses. Pudimos ver los viñedos con las hojas bien verdes (cambian de color entre octubre y noviembre) y aprendimos a distinguir los racimos de Chardonay, mucho más pequeños y estilizados, de los de Pansa Blanca, la variedad local más grande.

Una de las cosas que más me gustó de la visita fue la calma del lugar. Al menos cuando fuimos, las visitas de los diversos grupos no coincidían, lo que nos permitió disfrutar todavía más del paisaje. Otras experiencias de enoturismo que he tenido han sido un poco más masivas, pero aquí se disfrutan en petit comité.

Las cepas crecen sobre suelo de sauló, ácido con poca materia orgánico, uno de los factores que marca los vinos de Alta Alella, y no se utilizan pesticidas. Buena parte de la producción está dedicada a la fabricación de vinos espumosos aunque también se producen vinos blancos y tintos.

Acceso a la bodega

Tras un breve paseo entre cepas (siempre con la mascarilla puesta) de Chardonay y Pansa Blanca llegamos a un pequeño recinto donde vimos los contenedores de acero inoxidable y algunas tinajas de sauló fabricadas con tierra de la propia finca para las maceraciones que se llevan a cabo sin bombeos. Las maceraciones de vino tinto se realizan mediante una técnica llamada ‘sombrero sumergido’ que permite que el sombrero de pieles y pulpa se mantenga debajo del nivel del vino, favoreciendo la extracción.

También accedimos a la bodega, que no es excesivamente grande, pero que guarda algunos espumosos Gran Reserva que pasan un mínimo de 30 meses en crianza. En la entrada se apilan las barricas de roble francés. Si os gusta el olor a tierra, madera y vinos disfrutaréis de este espacio. Este recinto está excavado bajo tierra y en la parte posterior reposan las botellas.

La producción se vende en tiendas especializadas de la zona y se comercializa en el extranjero.

Cata final de vinos y cavas de agricultura ecológica

Tras la bodega, volvimos a bajar por los campos. No se recorre una gran extensión de terreno, pero no es necesario porque en todo momento estás rodeados de cepas. La orientación a poniente de las mismas se usa en Alta Alella para conseguir uva muy madura y de alta graduación, apta para vinos dulces y tinto, y la de levante para obtener una uva más aromática y floral, apta para vinos más ligeros y de base cava.

dondulacioens alella — un terreno ondulado

La cata se realiza en el exterior del Centro de enoturismo – más ahora en tiempos de COVID-, un espacio realmente agradable que sirve como balcón con vistas a los campos. Probamos 2 variedades de cava muy distintos entre sí – el Bruant, más intenso con olor a mar- y el Mirgin Opus, más fino y burbujeante.

centro enoturismo — exterior del centro deenoturismo

En cuanto al vino, probamos el Lanius blanco y el tinto Merla del Celler de les aus de tinto siguiendo las indicaciones del personal de Alta Alella para apreciar los sabores y olores de cada producto.

Ruta del vino DO Alella y otras opciones para completar la visita

Si os quedáis con más ganas de pasear por ese paisaje podéis acercaros hasta el camino del exterior de la finca que conduce al Celler de las aus para ver una buena panorámica de la finca, el mar y la silueta de la ciudad de Barcelona de fondo. Se trata de un camino de tierra que lleva hasta Tiana y que incluso podéis recorrer andando o en bici.

vistas alta alella — unas vistas excepcionales

El pueblo de Alella cuenta con una interesante Ruta modernista para descubrir el patrimonio de este interesante pueblo del Maresme. Además, podéis seguir descubriendo más bodegas a través de la Ruta del vino de la DO Alella, que incluye un buen número de bodegas, tiendas de vino, viticultores, sommeliers y un interesante patrimonio arqueológico que incluye una bodega romana en el municipio de Teià.

Horario de visita, tours y restricciones COVID

Es muy recomendable que reservéis con antelación y llaméis para consultar horarios. La visita por los viñedos con cava la hicimos un sábado a las 11:00, pero se organizan a diario y podéis sumaros a los grupos abiertos.

Debido al COVID, el uso de mascarilla es obligatorio durante la visita.