Nuestro viaje a Bolivia en septiembre de 2016 fue una experiencia que siempre recordaremos. Habíamos leído mucho sobre el país antes de visitarlo y la imagen exterior de Bolivia no parecía la mejor: su conflictividad social y su austera forma de vida eran preocupaciones entre los viajeros que quieren visitar este país andino situado en buena parte a más de 4.000 metros de altura. ¿Sería seguro? ¿Nos afectaría el mal de altura?
Sin embargo, nuestra experiencia fue inmejorable. Bolivia es un país poco visitado y que destaca por tener grandes comunidades que siguen manteniendo vivas su tradiciones como los aymaras o los quechuas. Es habitual encontrarte por la calle a cholas vestidas con amplias faldas, el pelo recogido en trenzas y sombreros de bombín, tal y como vestían tiempo atrás.
Las visitas a los mercados populares son muy recomendables para empaparte de ese ambiente tradicional tan especial.
Entramos a Bolivia tras visitar Perú con un objetivo: visitar el Salar de Uyuni, el desierto de sal más grande del mundo.Este paraje siempre había estado en mi mente como uno de esos lugares que se deben visitar una vez en la vida. La experiencia durante tres días, recorriendo kilómetros de sal, no nos decepcionó.
Pero el viaje también nos sirvió para conocer ciudades coloniales tan bonitas como Sucre o descubrir que en La Paz también existen barrios tranquilos donde puedes aislarte del infernal tráfico de la ciudad a mayor altura del mundo.
Bolivia es un país bastante económico para visitar y destaca por tener un paisaje muy singular que comprende desde los cerros nevados que rodean La Paz, hasta las lagunas coloradas de Uyuni o incluso un paisaje amazónico al norte del país.
A continuación puedes leer nuestras experiencias por el país: