En 2012 viajé durante 21 días por Vietnam y descubrí que es un paraíso para mochileros. Es un país fácil de recorrer y los vietnamitas son muy hábiles a la hora de ofrecer y organizar servicios para todo aquello que puedas necesitar: alojamiento, transporte o actividades de aventura.
Si quieres algo, sólo debes hablar con un vietnamita y seguro que te ofrecerá rápidamente una solución. El bajo coste de vida del país te permitirá comer por menos de 2 euros y desplazarte a bajo precio.
Si nunca has viajado por tu cuenta a un país oriental, Vietnam es un buena toma de contacto. Y si ya eres experto, podrás disfrutar a tus anchas.
El norte, con Hanoi a la cabeza, tiene clara influencia china, mientras que en el Delta del Mekong podrás encontrar un ambiente más relajado y caluroso.
Las ciudades son caóticas y muy bulliciosas, pero el país cuenta con espacios naturales para que puedas relajarte, como la Bahía de Halong, o para quemar energía haciendo trekkings entre los campos de arroz de Sapa. Además, su gran costa oeste está llena de playas.
El idioma no resulta un gran problema si chapurreas algo de inglés. Ellos también lo hacen.
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