Un viaje a Camboya supone visitar uno de los países del sudeste asiático con una de las historias recientes más tristes. La dictadura de los jemeres rojos impartió durante los años 70 un régimen de terror que dejó casi dos millones de muertos.
Sin embargo, hoy en día el país empieza a levantar cabeza gracias a un tesoro que durante años estuvo oculto en la profundidad de la selva: Angkor, el casi centenar de templos que conforman el recinto religioso más grande del mundo.
Visitar Camboya es bastante económico, ya que es un país con un nivel de vida inferior al de sus vecinos tailandeses y vietnamitas (dos destinos ya muy baratos también). Phnom Penh es la bulliciosa capital del país y está a unas pocas horas de Siem Reap, la ciudad más cercana a los templos de Angkor. Para visitar los templos deberás alojarte allí y madrugar para ver el amanecer en Angkor Wat.
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