¿Qué es el turismo industrial? De primeras, ese adjetivo no es el que más experiencias turísticas nos evoca Pero si lo pensamos, ¿acaso no nos gusta visitar una fábrica modernista, el taller de un artesano o la bodega de un pueblo? Este tipo actividades nos acercan a la historia del territorio que visitamos y permiten entrar en contacto con la población local. Ése es el concepto real del turismo industrial.
Catalunya cuenta con una amplia variedad de antiguas fábricas modernistas y colonias industriales ligadas a la expansión del textil o la producción de vino o cava. También con emprendedores, pequeños artesanos y grandes empresas instaladas en el territorio que son plenamente representativas de esta manera de visitar un lugar para ver cómo se hacen las cosas.
10 experiencias de turismo industrial por Catalunya
Una de las entidades que más está impulsando este tipo de experiencias en el territorio es la XATIC, la asociación de turismo industrial con presencia en 54 municipios que tienen en común su legado industrial y que aglutina 80 museos, centros de interpretación y empresas participantes.
Con ellos fuimos de viaje durante cuatro días por Catalunya para conocer algunas de las iniciativas más representativas del turismo industrial más allá de las colonias del Llobregat, el reclamo más conocido. Algo que parecía que podía ser un poco frío acabó siendo una experiencia conectada a las personas e historias de cada población.
A continuación, os dejamos esas 10 experiencias de turismo industrial por Catalunya que tanto nos sorprendieron (y que forman parte de la red XATIC) para complementar vuestras escapadas de fin de semana:
1 . Cerveza artesana y malvasía en Sitges
Si piensas en una población bonita cercana a Barcelona, con historia y proyectos culturales interesantes Sitges suele posicionarse como una muy buena opción. Si ya has ido más de una vez, quizás te apetezca conocer dos nuevos proyectos.
El primero La Sitgetana Craftbeer Brewery, una cervecería que elabora una gran variedad de cervezas artesanas para sus clientes. Al fondo del local se pueden ver los tanques que se usan durante el proceso de elaboración. Las cervezas toman el nombre de referentes locales como la Maricel (en referencia al emblemático palacio de la localidad), la Platja d’Or o la Vinyet.
Otro proyecto interesante es el Celler (Bodega) Malvasía de Sitges. El Hospital de Sitges daba cobijo en sus inicios a peregrinos, huérfanos y enfermos. En la actualidad también gestiona el legado en forma de terrenos que dejó su principal impulsor, Manuel Llopis. Desde hace años, comercializan esta marca de vino de malvasía muy popular en Sitges y que cultivan en esos terrenos.
La malvasía es una variedad de uva que fue capaz de resistir a la terrible filoxera que acabó con los cultivos de vino y cava de la zona en 1870.
El Hospital también ha abierto un Centro de Interpretación de la Malvasia en sus instalaciones y gestiona las visitas a los terrenos de este licor asociado a la historia de Sitges.
2. Una antiguas minas de plomo en Bellmunt del Priorat
Bellmunt del Priorat es uno de esos pequeños pueblos que creció con la revolución industrial y que a mediados del siglo XX perdió a muchos de sus habitantes a causa del descenso de la actividad industrial.
La riqueza en galena, uno de los compuestos químicos del plomo, de los alrededores de Bellmunt permitió la explotación de la mina Eugenia, que llegó a tener 750 metros de profundidad y dio trabajo en su época de mayor esplendor a más de 300 personas. Era una actividad dura, pero sirvió para que el pueblo creciera y progresara con servicios que otras poblaciones adyacentes no tenían como la atención médica privada para los trabajadores y sus familias.
En la mina nos atendió Gemma, actual coordinadora del Museo de las minas de Bellmunt, quién nos guió por el centro de interpretación, abierto desde 2002. El centro cuenta con varios espacios que muestran los materiales que se extraían de la mina o las condiciones en las que trabajaban los mineros.
A través de una experiencia virtual se muestra cómo se vivía en el pueblo y se explican historias personales de los trabajadores y de los gestores de la empresa Minas del Priorato, responsable de la explotación.
Tras la visita, se accede la primera planta de la mina, que en esa zona se encuentra en un buen estado de conservación. Rápidamente, te conviertes en un minero de ese pueblo porque antes ya te has integrado totalmente en la historia del lugar.
La mina se parece más a una cueva y las galerías son anchas por lo que no os sentiréis demasiado agobiados.
3. Una cooperativa de vinos en Masroig (Priorat)
El cooperativismo es una de las señas de identidad del pulso económico catalán. En el pequeño pueblo de Masroig, en el Priorat, se gestiona la cooperativa Celler de Mas Roig, que produce vinos de la Denominación de Origen Montsant desde hace más de 100 años.
Cuenta con 200 vinicultores, la mayoría familias del pueblo. Podéis visitarlas y hacer catas de vino y de maridaje en el recogido espacio que hay debajo la nave en la que se vinifica y se empaquetan las botellas acabadas. La bodega está gestionada por los propios cooperativistas que dedican buena parte de su tiempo libre a impulsar el proyecto.
La bodega donde reposan los vinos es bastante grande y está cuidada. Es una experiencia que os permitirá vincularos a una iniciativa que busca mejorar el desarrollo de pueblo.
5. El Museo del Ferrocarril en Móra la Nova
La conexión ferroviaria entre Madrid y Barcelona propició el desarrollo de un gran centro de control de control ferroviario e industria auxiliar asociada al relevo y depósito de locomotoras en Móra la Nova que llegó a tener casi un centenar de unidades en su momento álgido.
Hoy, con nuevos tramos, las antiguas instalaciones de ese gran centro de control acogen el Museo del Ferrocarril, gestionado por una asociación que intenta recuperar parte de ese patrimonio ferroviario. Se puede visitar la torre de enclavamiento, el puente giratorio y la cochera de trenes históricos. Incluso, es posible hacer un pequeño viaje en tren con una antigua máquina.
Mover pesadas locomotoras antiguas para traerlas al museo y su correspondiente gestión no es una tarea fácil. Pero en la asociación han conseguido restaurar algunas máquinas e incluso tienen previsto poner en marcha el proyecto de dinamización turística gracias al ferrocarril que unirá Reus con Móra La Nova.
6. Hasta las bodegas Parés y Baltès en bicicleta eléctrica (Vilafranca del Penedès)
El Alt Penedès es uno de los máximos exponentes de experiencias turísticas asociadas a la actividad dominante de su territorio: la producción de vinos y cavas. Podéis acercaros en coche o bien optar por algunas de las rutas entre viñedos que impulsan empresas como Esportec.
En bicicleta eléctrica llegamos hasta las bodegas Parés y Baltà, una empresa de tamaño mediano que produce vinos y cavas ecológicos y biodinámicos situada a las afueras de Vilafranca del Penedès.
Merece la pena hacer una cata en los exteriores de la finca, pero sobre todo bajar a la antigua bodega donde reposan miles de botellas de vino.
7. Una cata de cavas en Vilarnau (Sant Sadurní d’Anoia)
Además de vino, el cava es otro de los productos estrella que se cultiva en el Penedès. Las cavas Vilarnau son uno de los referentes de la zona y promuevan numerosas actividades turísticas como catas, maridajes y eventos de todo tipo en su espectacular finca que seguro que nos os dejará indiferentes. Te lo contamos con más detalle aquí.
La cata suele incluir varias variedades de cava, pero lo mejor es disfrutar en ese entorno tranquilo rodeado de viñedos.
8. Como Charlie en el Espacio del Chocolate Simón Coll en Sant Sandurní de Anoia
No sólo de vinos y cavas vive el Penedès. Simón Coll es una marca centenaria fundada entorno a productos como del cacao y el café. La producción de chocolate impulsó el negocio, que en los años 70 incorporó a Ametller, otra marca local de producción chocolatera.
El Espacio del Chocolate Simón Coll es un centro de interpretación que explica la historia de la marca y la elaboración de su producto estrella. Incluso, se puede ver una parte de su obrador aunque no se visita.
Al final de la visita su tienda de chocolatería os parecerá todavía más interesante.
9. Masia Freixa en Terrassa y mNACTEC: una muestra de modernismo textil
Terrassa fue una localidad muy relevante para la potente industria textil catalana de finales del siglo XIX y siglo XX. Fruto de aquella intensa actividad, dos de los espacios más emblemáticos de la ciudad están relacionados en la industria textil de la época.
El primero la Masia Freixa, un edificio modernista de inspiración gaudiniana diseñado por Lluis Muncunill, quién trabajó en diferentes edificios por la ciudad. Esta edificación iba a ser en su origen un almacén de lana de alpaca. El negocio no prosperó y la familia del industrial Josep Freixa lo transformó entre 1907 y 1910 en su residencia familiar.
El interior sigue los mandamientos típicos del modernismo: líneas curvas y uso funcional de los espacios. Durante la visita se puede subir a la primer planta añadida con posterioridad para uso del servicio. En el exterior destaca una torre muy parecida a un minarete y un porche espectacular con blancos arcos. Son muy recomendables las visitas guiadas gratuitas a diario a las 12:00h.
Otro de los espacios relevantes es el Museu de la Ciència y la Técnica de Terrassa (mNACTEC), que ocupa la gran nave industrial de la antigua fábrica textil del Vapor Aymerich, Amar i Jover (2.200 m2), también diseñada por Muncunill.
Además de una espacio divulgativo sobre tecnología y ciencia, cuenta con una interesante exposición permanente sobre la fábrica textil que recrea las condiciones de trabajo y el proceso de fabricación de lana.
El recorrido se inicia en el antiguo sótano de la fábrica, donde se conservan las carboneras, las calderas, la chimenea y la máquina de vapor.
A continuación, el acceso a la nave permite conocer y observar los diferentes momentos del proceso de producción, desde la preparación de la lana para hilar, la hilatura, el tejido, los tintes y los acabados, y el almacén.
10. Art del Vitrall en Sabadell: arte con la luz
Art del Vitrall es un taller artesanal abierto al público en el centro de Sabadell especializado en la confección y restauración de vitrales, un oficio del que no hay más de 20 profesionales en toda Catalunya.
Joan Serra Renom es este artesano que además organiza cursos de un arte que juega con la luz y que tan to significó para el modernismo. El taller es pequeño, pero os encantará ya que está lleno de dibujos y bocetos por la paredes.
Joan tiene muchas dotes didácticas y pasión para explicar un oficio que busca continuidad engancha y despierta una gran complicidad.
Turismo industrial por Catalunya: una oportunidad para conocer el territorio
Estas son 10 experiencias de turismo industrial por Catalunya, pero os animo a consultar la web de la XATIC para conocer más espacios en el territorio.
Un último consejo: no vayáis simplemente a ver, id a hablar y a compartir con sus protagonistas este tipo de actividades de turismo industrial por Catalunya. La pasión por un oficio y la historia de un pueblo marca una experiencia de este tipo.
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