De lejos el Mont Saint -Michel siempre me recuerda a la silueta de un pastel cuya única vela suele perderse entre las brumas de la bahía sobre la que se asienta el santuario más famoso de Francia. Antaño uno de los lugares de peregrinaje más populares de Europa, hoy lo es del peregrinaje turístico y es visitado anualmente por 3 millones de personas. Fue uno de los highlights de nuestra ruta por Francia en verano de 2020.
La muchedumbre habitual que rodea este lugar emblemático, casi místico si quieres, es una de las razones por las que visitar el Mont Saint-Michel requiere de cierta organización y algunos consejos prácticos para no sentirse abrumado por el turismo en ciertos puntos. Su amplio entorno natural, su accesibilidad y la posibilidad de adentrarse un poco en las arenas del río Couesnon con la marea baja (aunque no demasiado puesto que en algunos tramos se convierten en arenas movedizas) son algunos de los puntos fuertes del Mont Saint-Michel a ojos del turista.
Mont Saint-Michel: breve historia de un santuario emblemático
La larga historia del Monte Saint-Michel comienza en el año 708 cuando Aubert, el obispo de Avranches, decidió elevar sobre el Monte Tombe un santuario en honor al Arcángel Miguel. El lugar no pudo ser mejor: Saint-Michel se encuentra situado sobre un peñasco de 92 metros en la bahía donde desemboca el río Couesnon sobre el mar Atlántico. Los alrededores se han mantenido prácticamente vírgenes y no hay apenas edificaciones que hagan sombra (algo imposible) a la visión del monte desde distintos puntos de los alrededores.
Aquí el dónde aquí lo es casi todo puesto que el objetivo cuando se edificó en la Edad Media era el de representar la Jerusalén celeste sobre la tierra, imagen del paraíso, algo que sin duda consiguieron.
El monte se convirtió rápidamente en un lugar importante de peregrinaje en Europa junto a Roma y Santiago de Compostela, lo que propició que el santuario inicial fuera creciendo y convirtiéndose también en una fortaleza inexpugnable que resistió a todos los ataques ingleses durante la guerra de los Cien Años. Los monjes benedictinos vivían en la Abadía, mientras que más abajo se desarrollaba un pueblo del que hoy quedan un par de calles reconvertidas en establecimientos turísticos.
La comunidad religiosa se disolvió durante la Revolución francesa y la Abadía pasó a ser utilizada como prisión hasta que en 1874 fue reconvertida en monumento histórico y fue objeto de importantes restauraciones. El buen estado de conservación del Mont Saint-Michel nos transporta a una época de esplendor medieval donde las obras de mejora siguen y recientemente se ha renovado la pasarela de acceso al monte. Desde 1979 el Mont Saint-Michel está incluido en la lista de Patrimonio mundial de la UNESCO.
Visitar el Mont Saint-Michel en un día o dos
Un día es más que suficiente para visitar el Mont Saint-Michel. Puedes dejar tu coche en el aparcamiento oficial de pago cerca del recinto o bien llegar andando dejando tu coche en los pueblos de los alrededores. Si estás en ruta una opción interesante es alojarte en el recinto de acampada o los hoteles próximos a la Abadía, lo que te permitirá acceder por la tarde cuando hay menos afluencia a los alrededores y ver cómo anoche. A continuación te doy todos los detalles.
Reserva tu hotel para visitar el Mont Saint-Michel
El Mont-Saint Michel es uno de los lugares más visitados de Francia por lo que si quieres visitarlo con calma te recomiendo que reserves hotel especialmente en temporada alta (verano).
Cuándo ir al Mont Saint-Michel: horarios
Los mejores meses para tener buen tiempo en Mont Saint–Michel son junio, julio, agosto y septiembre ya que son los meses más calurosos, pero por contra también los que registran mayor afluencia. Los meses más fríos son enero y febrero coincidiendo con el invierno y los más lluviosos se registran en enero, octubre, noviembre y diciembre.
El monte no está sujeto a horarios concretos. Se permite pasear por las calles de la aldea libremente y disfrutar por la tarde e incluso cenar en alguno de los restaurantes de noche. Sí debes tener en cuenta que las lanzaderas gratuitas que conectan todo el año con el parking y los hoteles están activas de 08:00h a 01:00. Fuera de esa hora deberás ir andando.
¿Cuál es la mejor hora para visitar el Mont Saint-Michel?
Si madrugas antes de las 10 de la mañana y por la tarde después de las 5 de la tarde es cuando menos gente encontrarás en temporada alta. En verano durante las horas centrales suele haber mucha gente, los autobuses no paran de traer personas y dentro del recinto amurallado se apelotonan multitudes. En verano de 2020 todos llevábamos mascarilla, pero resultaba muy chocante estar rodeado de tanta gente a pesar de la pandemia.
Mágicamente todo cambia por la tarde: a partir de las 18:00 se empieza a vaciar. Si no te quieres complicar, no piensas entrar en la Abadía y vas en verano lo mejor es que vayas a partir de las19:00 y hasta las 01:00 cuando el parking baja de precio. En los meses de julio y agosto no anochece hasta casi las 23:00h y podrás disfrutar de la espectacular luz del atardecer.
TE PUEDE INTERESAR: Compra tu entrada anticipada a la Abadía del Mont Saint-Michel y evita las largas colas de horas que se forman.
Horarios de las mareas en Saint-Michel
Una de las peculiaridades de Saint-Michel es el efecto de las mareas provocan en los alrededores. En fases de marea alta, el agua rodea por completo el peñasco y el acceso únicamente queda habilitado por la pasarela. Con marea baja de hasta 15 metros mar adentro todo este entorno queda al descubierto permitiendo a los visitantes caminar por los alrededores y ver la base de roca que sustenta el monte. Este lugar es el escenario de las mareas más altas de la Europa continental.
Las mareas más fuertes se producen de 36 a 48 horas después de la luna llena y nueva aunque pueden verse afectadas por otras condiciones meteorológicas. Para observar el fenómeno de la marea creciente se recomienda estar presente 2 horas antes de las horas indicada.
¿Es mejor visitar el Monte Sant-Michel en marea alta o baja?
Mi respuesta es que lo mejor es que haya tiempo despejado para ver los cambios de luz. La vista brumosa me parece muy interesante también, pero los atardeceres si no hay nubes son muy espectaculares haya marea alta o baja. Cuando fui la marea estaba baja y lo pudimos disfrutar muchísimo, puesto que tienes más espacio para pasear y estar a tu aire por los alrededores. No te recomiendo nada que te adentres mucho por el lecho del río: el Mont Saint-Michel está rodeado de arenas movedizas, uno de los principales obstáculos para todos aquellos ejércitos que intentaron conquistarlo.
Si tiendes tiempo y realmente quieres planificar tu viaje para que coincida con la marea alta (ten en cuenta que como tu habrá muchas personas que también quieran verlo) puedes consultar en la web oficial el horario de las mareas y la planificación por meses para 2021 de éstas.
Los mejores puntos para tomar fotografías en los exteriores de Saint-Michel
Como te ido adelantando, hay varios puntos estratégicos en los alrededores para hacer buenas fotografías de Saint-Michel. Uno de los mejores está situado en el Barrage du Mont Saint Michel, la presa situada a las afueras del recinto hotelero y de camping próximo al monte y de camino a los aparcamientos de un día.
El Barrage es una pasarela de madera sobre el río Couesnon que deja la vista del monte a los lejos y que permite ver el camino del río al mar. Es un buen punto para ver el amanecer y el atardecer (sobretodo si te alojas en la zona) puesto que la luz se reflejará sobre el río. También lo es para descansar de la caminata por la pasarela que se inicia justo en ese punto y que lleva durante unos 30-40 minutos hasta la entrada del monte.
Además de este lugar, en las carreteras de los alrededores hay otros puntos panorámicos señalizados. Uno de ellos se encuentra más atrás del Barrage en el pueblo de Portoson con una vista similar, pero desde mucho más lejos.
Una vista interesante que encontramos dando vueltas con el coche por los alrededores fue en la intersección de la carretera D275 con la D280 en la calle Route de la Rive Ardevon tal y como podéis ver en Google Maps. Desde allí nos hicimos una foto muy chula con el coche y Saint-Michel de fondo.
Mucha gente se paraba para hacerse la foto o adentrarse andando hasta la Bahía.
Qué ver: recorrido por el pueblo amurallado y mirador
Más adelante te detallaré más información práctica sobre cómo llegar a pie y en coche, pero llega el momento de entrar al recinto. Tras esa fortaleza y los altos muros de aspecto inexpugnable se desarrolló un pequeñísimo pueblo de apenas dos o tres calles que cuenta con su propio Ayuntamiento, un cementerio, una iglesia parroquial y sus propios funcionarios electos. En la Edad Media la roca alcanzó los 400 habitantes y más de mil personas vivieron allí durante el período de prisión de la Abadía.
En temporada alta esta visita puede ser muy agobiante ya que se acumula mucha gente en estas estrechas calles. Si llegas al mediodía con la intención de comer algo en los numerosos restaurantes a lo largo de la Grande Rue debes espabilar puesto que los franceses empiezan a comer a las 12.00 y se llenan rápidamente. Nosotros tuvimos que empezar a buscar sitio sobre las 12:45 porque no veíamos sin poder comer. Puedes hacerlo a partir de 20€ y algo más barato si te decides por un bocadillo o una créperie.
Uno de los puntos más espectaculares dentro del pueblo es el recorrido por murallas. Siete torres se comunican entre sí a través de una rampa abierta al público siendo la Torre Norte del siglo XIII uno de los mejores miradores sobre la bahía y el mar. Por supuesto, en pleno mes de agosto las murallas estaban abarrotadas a pesar de la pandemia.
Grande Rue y Venelle du Guet
De todas la callejuelas destaca la Grande Rue, que es la calle que asciende desde la puerta hasta las puertas de la Abadía en lo alto. En ella, las tiendas de baratijas de los primeros peregrinos han sido remplazadas por tiendas de souvenirs, restaurante y créperies. La calle está protegida por varias puertas sucesivas como La Porte de l’Avancée o la Porte du Boulevard, frente al puente levadizo.
En la zona alta del pueblo destacan la iglesia de Saint-Pierre, la Maison du Pèlerin y la plaza de la Cruz en Jerusalén, que dan testimonio de la actividad espiritual pasada y actual del lugar. Como curiosidad, la Venelle du Guet también llamada “Ruelle des cocus”, es la calle más pequeña del Mont Saint-Michel y según dicen no se puede pasar con cuernos, de ahí el nombre. Está cerca de la Grande Rue girando a la izquierda frente al Hotel La Croix Blanche.
Visita al interior de la Abadía: un santuario que también fue una cárcel
Las expectativas de la visita a la Abadía del Monte Saint-Michel era muy altas y fue algo decepcionante. No me entendáis mal: el lugar es precioso y las vistas desde lo alto son excepcionales, pero el hecho de que el interior apenas esté amueblado la resta cierto atractivo. A pesar del gentío pudimos disfrutarla con cierta comodidad gracias a que compramos la entrada por anticipado evitando así las colas de horas que se forman para comprar el ticket del día. También hay opción de audioguía.
En un país como Francia donde los castillos pueden guardar tesoros fue una experiencia algo vacía ver una Abadía… pues eso, vacía. Tiene lugares muy interesantes como el camino de acceso por la sala de los guardias que cruza pasajes suspendidos en la más pura tradición medieval y que finaliza en la espectacular terraza del oeste desde donde se aprecia una vista general de toda la bahía, de la pasarela con las hordas de turistas y la Torre Gabriel en la parte baja del lado oeste.
Iglesia abacial, criptas y jardines
La iglesia Abacial es otro punto interesante. Su interior está vaciado y fue instalado en lo alto de Saint-Michel sobre una plataforma de ochenta metros de largo. A continuación puedes visitar el claustro que da acceso a diversas estancias como el dormitorio y el refrectorio. Era un lugar de meditación y de oración bajo los bonitos arcos góticos que lo adornan y durante las fiestas religiosas se organizaban procesiones.
Desde el claustro comenzamos a descender por el interior de la Abadía a través de diversas estancias como la casa de huéspedes, destinada a recibir a reyes y nobles, y de diversas criptas. Desde la cripta de San Martín se accede por un pequeño pasaje al antiguo osario de los monjes. La última estancia que se visita es la capellanía, situada en la parte baja y el lugar donde los monjes acogían a peregrinos de cualquier condición.
A la salida de la visita accederéis a los pequeños jardines amurallados donde los monjes todavía cultivan su huerto. El lado norte de la roca, más empinado, se ha mantenido en estado salvaje.
Si realmente te hace ilusión entrar a la Abadía te lo aconsejo con entrada anticipada, pero pienso que se puede disfrutar igual o más de la visita recorriendo los alrededores.
Horario de visita a la Abadía y venta de entradas
- Del 1 de septiembre al 30 de abril: De 9:30 h a 18:00 h. Último acceso 1h antes de cerrar el monumento.
- Del 2 de mayo al 31 de agosto: de 9:00 h a 19:00 h. Último acceso 1h antes de cerrar el monumento.
- Cerrado: 1 de enero, 1 de mayo y 25 de diciembre.
Para evitar las largas colas que se forman a la entrada de la Abadía te recomiendo comprar la entrada anticipada en la web oficial o aquí sin costes ni sobreprecios ocultos.
- Precio: 11€ adultos
Alrededores: una experiencia también recomendable
Visitar el Mont Saint-Michel no tiene por qué ser sólo una experiencia masiva. Hay quién en dos horas la ha visto: recorre la pasarela hasta la puerta, se hace dos o tres fotografías y vuelve al parking. Se tarda unos 30-40 minutos andando en llegar del parking al monumento aunque también hay autobuses lanzadera.
Para mi la experiencia fue muy de relax a pesar de los turistas. Quise disfrutarla al máximo puesto a que sin saberlo habíamos reservado en el recinto hotelero junto a Saint-Michel en la zona del parking. Así que hicimos dos noches (llegamos la noche de antes de la visita) y puede caminar por la zona y captar con la cámara cómo la luz iba cambiando de color sobre la Abadía a lo largo del día sin prisas.
Si tienes tiempo puedes recorrer algunos de los caminos señalizados que cruzan el río e incluso alquilar una bici para pedalear por la zona lejos de las arenas movedizas.
De noche: luces en los espectáculos de Abbey Nocturnes
Durante los meses de julio y agosto si te interesa conocer el monte desde una perspectiva más artística puedes comprar tu entrada para el espectáculo Les Chroniques du Mont – Entre mer et ciel” que se organizan cada tarde al caer la noche de 19:00 a 23:00h en la Abadía.
Dónde aparcar en el Mont Saint-Michel: precio y horario del parking
El aparcamiento suele ser uno de los mayores quebraderos de cabeza a la hora de visitar el Mont Saint-Michel. Si quieres estacionar cerca solo te queda una opción: pagar el precio del parking.
Las tarifas del aparcamiento oficial son las siguientes:
- Coche (precio 24h desde la entrada): 14,20€ en temporada alta (del 1 de abril al 30 de septiembre) / 9,10€ en temporada baja
- Autocaravana: 17,80€ (temporada alta) /12, 10€ en temporada baja
A partir de las 19:00h y hasta las 01:00h los precios del parking bajan a 4,60€ para los coches y puede ser una opción muy interesante para organizar tu visita.
El aparcamiento funciona las 24 horas del día y ofrece la posibilidad de llegar andando al Mont-Saint-Michel por unos caminos con paisajes llenos de contrastes en unos 30-40 minutos, para mi lo mejor de la experiencia de visita. Desde el parking también puedes subirte a los autobuses lanzadera gratuitos, que pueden llegar a tener un tiempo de espera de 30 minutos en temporada alta.
Hay personas que deciden evitarse el coste del parking estacionando en las aldeas o pueblos de los alrededores como Portison, pero personalmente creo que quedan realmente lejos y lo desaconsejo para familias. Perderás la mayor parte del día andando hasta llegar allí.
Autobuses lanzadera Le Passeur: una cómoda opción gratuita para desplazarse
La gran ventaja de dejar el coche en el aparcamiento oficial o la de alojarte en el completo hotelero situado junto a éste es la facilidad de subir a los autobuses lanzadera gratuitos que conectan la zona con Saint-Michel. La frecuencia es bastante alta, pero aún y así puede que tengas que esperar y hacer cola para cogerlo en temporada alta.
Le Passeur (que es como se llama el servicio) lleva a la última parada Mont-Saint-Michel, situada a 350 metros del monumento. En mi caso, lo cogí un par de veces y fue muy cómodo.
Funciona de manera continuada de 7:30 a 00:00. El tiempo del recorrido entre la parada de las lanzaderas y la parada de bajada, situada a 350 de las murallas, es de unos 12 minutos.
Dónde alojarse para visitar el Mont Saint-Michel
Portison o Avranches son dos pueblos cercanos donde podrás encontrar alojamiento para visitar el Mont Saint-Michel. También hay pequeños hostales en las aldeas más próximas, pero no es una zona rodeada de grandes complejos hoteleros.
Nosotros íbamos de ruta por Normandía y reservando sobre la marcha, así que cuando busqué alojamiento dos o tres días antes de llegar allí me quedaron pocas opciones a buen precio. Sin saberlo acabé reservando un hotel dentro del recinto hotelero que hay junto al parking. Esto me permitió dormir muy cerca del monumento y no tener que madrugar para darme el palizón.
El complejo hotelero cuenta con un par de restaurantes y un pequeño supermercado donde podrás comer. Desde allí, también puedes coger los autobuses lanzadera con mucha menos gente esperando, ya que la mayoría sube o baja en la parada anterior/posterior en función de si vas o vienes del monte.
El precio por aparcar dentro del recinto es algo más barato (9,20€) al día. Para poder entrar deberás llamar al alojamiento para que te de una clave de acceso y a la salida abonar tu ticket. Esto realmente no está muy bien detallado y estuvimos un buen rato dando vueltas con el coche y llamando al hotel (con suerte te indicarán en inglés). Cada vez que salgas con el coche deberás volver a pagar, así que lo dejamos aparcado durante nuestra estancia y nos desplazamos a pie o con los buses.
Dormimos dos noches dentro porque queríamos un poco de calma tras muchos kilómetros. Creo que es una experiencia muy recomendable aunque como todo depende del presupuesto y de los días que tengas para visitar el Mont Saint-Michel. Los precios no son demasiado caros y te facilita la visita.
reserva para vistar el mont saint-michel:
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