Narbonne es una de las ciudades del sur de Francia que puedes visitar fácilmente en una escapada desde Barcelona. En coche no tardarás más de 3 horas. Sin embargo, hay una opción más rápida que quizás no conozcas y que puede ser interesante: el tren, ya varias compañías como SNCF o Renfe conectan Barcelona, Tarragona, Madrid o Zaragoza con Perpignan, Carcassonne, Toulouse, Montpellier, Marsella e incluso París y muchas más.
En todo caso, Narbonne es una ciudad muy interesante y coqueta. El centro está muy bien cuidado y el paseo junto al Canal de La Robine es un imprescindible en un viaje a Narbonne. Además, en diciembre la Navidad de Narbonne es una de las más destacadas del sur de Francia.
¡No te pierdas qué ver en Narbonne!
Qué ver en Narbonne en 7 imprescindibles
Narbonne es una ciudad fundada por los romanos hace 2.500 años con una fuerte herencia patrimonial romana y medieval. Fue una de las ciudades más importante de la Galia y fue un punto de paso destacado. La ciudad no es muy grande y puedes verla en un día.
Para llegar a Narbonne tienes varias opciones:
- En coche: Narbonne está comunicada por la autopista A9 desde París (800 km) y Montpellier (100 km). También puedes llegar desde Toulouse a 150 kilómetros por la autopista A61.
- En tren: puedes llegar por la línea TGV (Tren de Alta Velocidad) desde París y Toulouse, o la Línea TER (Tren Exprés Regional) Aviñón-Cerbères. Incluso desde Barcelona también tienes opciones.
- En avión: los aeropuertos más cercanos son el de Montpellier (1 h), Toulouse (1 h 30 min.), Béziers (20 min.), Perpiñán (45 min) y Carcasona (30 min).
Catedral de Saint-Just-et-Saint-Pasteur de Narbonne
La Catedral de Narbonne es el edificio más importante de la ciudad y es una de las catedrales góticas más relevantes del sur de Francia. El inicio de la construcción data de 1.272, pero nunca llegó a acabarse. Para que quedara completa era necesario derribar buena parte de la muralla que protegía la ciudad y los gobernantes se negaron.
Además de pasear por el exterior entre los muros inacabados, también puedes ver el claustro recientemente remodelado. Desde allí también se observan varias gárgolas en buen estado de conservación.
La visita al interior es bastante recomendable. Destacan las vidrieras y el enorme órgano dentro del coro. También os animo a que no os perdáis la Sala del tesoro, una sala acústica en la que podréis ver una variada colección de objetos litúrgicos, marfiles, orfebrerías y tapicerías.
La entrada a la Catedral es gratuita.
🛌Reserva tu hotel en Narbonne
Narbonne es una ciudad bastante popular del sur de Francia por lo que si la visitas te recomiendo reservar un hotel con tiempo. No es muy grande por lo que puedes encontrar un buen alojamiento en el centro.
Algunos de los más recomendable son:
- Les Chambres des Barques: en pleno centro este hotel ofrece una habitación independiente con aire acondicionado en Narbona.
- Entre ville et canal: si buscas un apartamento ésta es una de las mejores opciones en Narbonne. Muy céntrico y acogedor
- Domus Via Domitia: con vistas a la Via Domitia, te ofrece una perfecta ubicación.
- ibis Budget Narbonne: una de las cadenas económicas más populares te ofrece un alojamiento funcional a buen precio.
Palacio de los Arzobispos de Narbonne
Este palacio adyacente a la Catedral fue construido a lo largo de diversos períodos de la Edad Media. Actualmente acoge el ayuntamiento de la ciudad, el museo arqueológico y el museo romano. Es uno de los edificios más bonitos de la ciudad y está dividido en diversos espacios.
Si quieres ver buenas vistas de la ciudad te recomiendo subir los 170 peldaños de la torre del homenaje Gilles Aycelin, junto al edificio. Desde la terraza, puedes contemplar la torre Saint-Martial, la catedral gótica Saint-Just y Saint-Pasteur, su claustro, y el Palacio de los Arzobispos.
Además de la torre y del edificio del Palacio también destaca junto a él el pintoresco pasaje de l’Ancre, que da acceso al bonito el patio de la Madeleine donde puedes visitar el Museo de arqueología, situado en el Palais Vieux (el Palacio Viejo) y el Museo de Arte y de historia de Narbonne, que ocupa el suntuoso Palais Neuf (Palacio Nuevo), antiguamente residencia de los obispos de Narbona.
La plaza frente al Palacio des Archevêcques también merece la pena visitarla: es uno de los espacios más animado de la ciudad y encontrarás varias terrazas para tomar alguna copa.
Via Domitia de Narbonne
A la salida del Palacio de los obispos puedes ver al descubierto buena parte de la Vía Domitia, la primera calzada romana construida en Galia y que pasaba por Narbonne para conectar los Alpes y los Pirineos. En 1997, durante la peatonalización de la plaza del Ayuntamiento, apareció un tramo de la misma, que hoy se puede ver y pisar.
La Vía Domitia fue construida a partir del año 118 a.C. entre los Alpes y los Pirineos y en paralelo a la costa mediterránea, probablemente sobre un camino ya existente. Y es que Narbona nació en una encrucijada de caminos: la Vía Domitia, que conducía hasta Cádiz convertida en la Vía Augusta; y la Vía Aquitania, que se proyectaba hacia el océano Atlántico.
Además de la Via Domitia, Narbonne tiene mucho más restos romanos como la muralla, la galería subterránea del Horreum y mosaicos y frescos en el Clos de la Lombarde.
Canal de La Robine
El sur de Francia cuenta con un buen número de canales navegables. El canal de La Robine, de 32 kilómetros y Patrimonio Mundial de la UNESCO, es uno de los más importantes. Une el Canal del mediodía al norte de la ciudad hasta el mar y la isla protegida de Sainte-Lucie.
En Narbonne el canal pasa por el centro de la ciudad. Encontrarás varias barcas que hacen parte del trayecto, así que si te animas es una de las excursiones más interesantes del sur de Francia. En Navidad junto a las orillas se instala el mercado de Navidad de Narbonne.
Mercado alimentación de Les Halles
Otra parada muy recomendable en Narbonne es la visita al mercado de la ciudad. En sí los mercados franceses son super limpios, bien organizados y con las paraditas muy bien montadas. Además, se suelen instalar en edificios singulares, como es el caso.
En la mayoría de estos mercados hay puestos en los que puedes beber vino o comer algunas de las delicatessen como quesos, foie-gras y embutidos. El de Narbonne no es una excepción y también está ordenado y cuenta con varios pequeños restaurantes donde puedes comer.
Parque Natural Regional de la Narbonnaise Mediterránea
Si tienes más días te puede interesar visitar el Parque Natural Regional de la Narbonnaise Mediterránea, un espacio protegido con marismas y lagunas de todo tipo y una gran biodiversidad. Esta zona se ve desde el tren antes de entrar a la ciudad.
En bici lo podréis visitar cómodamente.
¿Dónde comer en Narbonne? Les Grands Buffets, un buffet gourmet
Les Grands Buffets es el restaurante más popular de la ciudad. En España fue conocido a raíz de un capítulo de Masterchef que se grabó allí.
Los números lo dicen todo: el restaurante registra más de 210.000 clientes desde 1989 y hay cola de espera de un par de meses para comer allí. Si llegáis el mismo día, podéis intentar entrar, pero no es seguro y lo mejor es que llaméis para reservar. Lo podéis hacer desde la web del restaurante.
¿Cuánto cuesta comer en Les Grands Buffets?
El precio de comer allí es de 52, 90€ por persona. Para los niños de hasta 6 años el menú es gratuito.
Para los niños de 6 a 10 años, el menú está a mitad de precio, es decir 26,40 €.
¿Qué horario tiene Les Grands Buffets de Narbonne?
Hay varios turnos para comer en el buffet. De lunes a domingo y vacaciones de 12h00 a 13h30 y de 19h15 a 21h15.
Mi experiencia allí
Llegamos en el turno de las 14:15 de un sábado, así que el restaurante estaba bastante lleno. Entre semana podréis encontrar más tranquilidad.
Dentro hay mesas, pero en verano también abren una terraza exterior con un pequeño jardín y vaporizadores de agua para solventar la calor que puede llegar a hacer en un día de verano en el sur de Francia. Estuvimos bastante bien en la terraza.
La decoración del lugar es bastante efectiva con mobiliario de madera, adornos dorados y grandes espacios para cada tipo de comida. El estilo es clásico, muy de restaurante gourmet tradicional. Como suele pasar en los buffets libres siempre hay gente moviéndose constantemente en busca de comida y allí la oferta es brutal.
Bon apétit: los platos de Les Grands Buffets
Encontrareis desde una espectacular cascada de bogavantes en la zona del “Le Plateau Royal”, además de ostras de Thrau, gambas, langostinos y otras delicatessen del mar, a una gran zona que es la tentación máxima para amantes del queso como yo.
En “Le Formage” hay un surtido de 45 tipos de queso. Touché: Camemberts, Saint Nectaire, Brie, Munsters, parmesanos y todo lo que queráis.
Ni que decir que en un país como Francia los pasteles no pueden faltar. Cada día se elaboran 100 postres diferentes, además de macarons, e incluso encontrareis una fuente de chocolate.
Por cierto, también se ofrecen helados home made. Los que probé de mango y coco estaban deliciosos. También hay espacios con una gran oferta de embutidos, foie gras y sopas tradicionales francesas.
La Röstisserie
Pero sin duda el lugar más icónico del restaurante es La Röstisserie, un inmenso asador panorámico en el que se cocinan los platos al momento.
Ante esta oferta uno tiene que elegir bien qué quiere comer. Yo me decidí a probar lo más delicatessen que encontré en la Röstisserie teniendo en cuenta que no soy muy de mariscos.
De primero decidí probar algo que no había comido nunca: vieiras. Las Coquilles Saint Jacques Gratiné es uno de los platos más típicos de Francia que podréis encontrar en la Röstisserie. Estas vieiras gratinadas se acompañan con una salsa con mantequilla (c’est la France), puerros, bechamel y un puntito de cognac. Me gustó bastante y acompañé el plato con un poco de surtido de mar.
Una vez probada una delicatessen de mar decidí degustar uno de los platos de carne de la Röstisserie y me decidí por el Tournedó con foie. Este corte de solomillo o ternera que se obtiene del filet de bœuf es otro clásico de la cocina francesa. Se saltea rápidamente a la sartén y en este caso se acompaña de foie (aunque podéis pedir otros acompañamientos).
Lo cierto es que estaba bastante delicioso y tierno. A partir de aquí fui picoteando un poco. Nos trajeron un par de bandejas con un surtido de quesos y probamos otros platos como el Vol au vent.
Postres y vinos
Para los postres combiné una tarta deliciosa de chocolate y helados, ya que llegamos a este punto y empachados de comida y calor, necesitaba algo fresquito. Si sois amantes del vino en Les Grands Buffets encontraréis una selección de 70 referencias a precio de bodega. Incluso podéis comprar allí a granel. Bebimos un vino rosado fresquito bastante bueno.
¿Recomiendas la visita a Les Grands Buffets?
Les Grands Buffets es una experiencia gastronómica, así que si lo visitáis os recomiendo reservar como mínimo un par de horas. El restaurante es interesante y vale la pena. Si podéis ir entre semana encontraréis menos gente que un sábado o un domingo.
El ambiente es bastante familiar y hay un gran número de camareros.
Tras la visita volvimos a la estación de tren y llegamos a Barcelona sobre las 21:00h. Quizás en un día es un poco justo ver Narbonne y comer allí, claro que nosotros estuvimos bastantes horas en el restaurante.
Lo interesante sería dedicar un fin de semana a explorar el sur de Francia en tren. Una primera parada el sábado podría ser en Narbonne y podéis dormir en otra ciudad cercana para visitarla el domingo. Perpiñán puede ser muy buena opción.
¿Cómo llegar a Les Grands Buffets?
El restaurante se encuentra a unos 10 minutos andando del centro y a un poco más de la estación de tren. El exterior del restaurante os sorprenderá ya que forma parte de un complejo deportivo con gimnasios y piscinas con bastantes plazas de parking en el exterior.
De hecho, al lado de Les Grands Buffets, hay una piscina gigante que nos quedamos con ganas de probar.
Este viaje forma parte de un blogtrip a Narbonne.