Santa Marta es una de las ciudades de origen colonial más antiguas de América Latina. El 17 de diciembre de 1830 muere en la Quinta de San Pedro Alejandrino Simón de Bolívar, el libertador de Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá, Venezuela y reorganizador Perú.
El libertador planeaba viajar a Europa, pero estaba gravemente enfermo de turberculosis y decidió reposar en esta ciudad costera atraído por su suave clima y para huir de una oposición que conspiraba contra él y que estaba decidido a matarle.
Murió a los 47 años tan sólo 11 días después de llegar a la hacienda. Apenas pesaba 40 kilos. Allí hizo su testamento y su última proclama.
Hoy la Casa principal de la hacienda es una visita imprescindible en Santa Marta. La entrada también incluye el acceso a un par de edificaciones modernas integradas en esta vieja hacienda de producción de ron y azúcar en honor al libertador como son el Altar de la Patria y también al Museo Bolivariano de Arte contemporáneo.
Cómo llegar a la Quinta de San Pedro
La Quinta o Hacienda de San Pedro está situada a las afueras de Santa Marta. En coche o taxi apenas se tardan unos 15 minutos desde el centro de la ciudad.
En autobús, las líneas que pasan por allí son la 03G, la 03C y la 03D.
Precio
– Adultos nacionales: $15.000
– Niños: $13.000
– Extranjeros: $21.000
Horarios
- El horario en taquilla, en temporada baja, es de domingo a domingo de 9:00 a 16:30
- El horario en taquilla, en temporada alta, es de domingo a domingo de 9:00 a 17:30 (del 16 de diciembre al 14 de enero, Semana Santa y del 17 de junio al 17 de julio).
Visita a la Casa Principal
La hacienda está formada por distintas edificaciones coloniales y jardines. Fue fundada en 1608 por el canónigo de la Catedral de Santa Marta Francisco de Godoy y Cortesía. El edificio más importante lo constituye la Casa principal, reconocible por el color amarillo ocre de las paredes.
La visita transcurre por las estancias típicas de una hacienda colonial como la sala de fumar (o sala de espera), la biblioteca o la capilla donde hay una imagen del santo San Pedro Alejandrino traída desde Cádiz y donde reposan los restos del médico de Bolívar en sus últimos días, el francés Alejandro Próspero Reverend.
Las zonas comunes son realmente bellas y cuentan con numerosos muebles de la época. Uno de los puntos más curiosos es la cocina, donde conserva un horno blanco y algunas ollas de hierro.
Además de estas estancias se pueden visitar salas especialmente dedicadas al huésped más famoso de esta hacienda. Así, en la Sala de la Independencia se exponen diversos retratos del libertador y algunos objetos comunes de la época de la independencia como documentos, pipas, etc.
Por otra parte, la Sala del Centenario alberga diversos objetos como fotografías, instrumentos musicales, medallas, uniformes utilizados el 17 de diciembre de 1930 fecha en que se conmemoró el Primer Centenario de la muerte de Bolívar.
El lecho de muerte de Bolívar
Pero sin duda la estancia más importante es la alcoba, el lecho de muerte de Simón de Bolívar. En este amplio dormitorio se conservan la cama donde murió el libertador y el sillón de terciopelo rojo donde dictó su última proclama al pueblo colombiano. Afligido, Bolívar se mostró apesadumbrado en su último llamamiento para mantener la unión y la independencia de Colombia.
“¡Colombianos! Mis últimos votos son por la felicidad de la patria. Si mi muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la Unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro.” (Simón de Bolívar).
La cama está recubierta con una bandera de Colombia y el reloj de la estancia está parado a la hora exacta de la muerte del libertador, la una y tres minutos.

Tras su muerte, el cuerpo de Bolívar ha descansado en diversos lugares, aunque desde el 16 de diciembre de 1842 reposan en la cripta de la Santísima Trinidad de la catedral de Caracas.
Jardines, Altar de la Patria y Museo Contemporáneo
Los alrededores de la Casa Principal están rodeados por bellos jardines floreados. El paseo es realmente agradable y muy recomendable. También hay un gran jardín botánico con varias especies de plantas y de animales como iguanas, pericos loros o colibríes.
Cerca de allí se llega hasta el Altar de la Patria, un monumento construido en 1930 para conmemorar el centenario de la muerte de Bolivar. La construcción no tiene mucho interés arquitectónico más allá del homenaje en sí. En la Plaza de las Banderas de la zona se mantienen izadas todas la banderas de los países de América Latina.
Museo Bolivariano de Arte Contemporáneo
Finalmente, la visita incluye la entrada al Museo Bolivariano de Arte Contemporáneo. Acoge una muestra heterogénea de 200 obras de autores de países bolivarianos y de otros países de América Latina. Y es que acabar con arte es una buena manera de poner punto final a uno de los enclaves históricos más importantes de América Latina. ¡No os lo perdáis!
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