Carmelo e Isabel, fundadores del proyecto Cinecicleta, decidieron empezar un viaje en bici por África totalmente único. Cruzaron el continente en sus bicis y además llevaban otra muy especial: una especie de bicicleta estática que permitía, mediante ultracapacitores y aprovechando la energía cinética, proyectar películas de cine en aldeas remotas africanas. En esta entrevista nos cuentan su particular aventura.
Dejarlo todo para iros a difundir la cultura por pueblos africanos. ¿Qué inspiró vuestro viaje?
Isabel: Nuestro viaje toma la idea de las Misiones Pedagógicas que durante la II República impulsó el gobierno español para ofrecer un primer contacto con la cultura y la educación en pueblos y aldeas rurales.
Algunos de aquellos misioneros pedagógicos fueron personajes como Luis Cernuda, María Zambrano o el fotógrafo José Val del Omar, que además fotografió durante aquellas misiones a gente viendo cine. Vimos una exposición de Val del Omar en el Museo Reina Sofía con fotos de aquella época y eso nos inspiró.
Carmelo: Por otra parte, yo ya había viajado bastante tiempo en bicicleta por diferentes países y tenía la necesidad de devolver toda la hospitalidad y generosidad que había recibido. Según mi experiencia, el mundo es menos peligroso que lo que muestran los medios.
Eligimos ir a África por cuestiones lógicas. En muchos pueblos del continente no hay acceso a la electricidad ni a la cultura. Además, no es un lugar que esté tan lejos de España.
¿Dónde encontrasteis el equipo?
Carmelo: Encontramos un equipo en Londres que funcionaba y fuimos a buscarlo. El equipo consiste en una caja de 50×50 y en una bicicleta tipo estática. Cuando la gente pedalea genera la electricidad suficiente como para proyectar imágenes.
¿Dónde empezó vuestro viaje?
Isabel: Salimos desde Madrid en dirección a Marruecos y fuimos avanzando por toda la costa occidental africana hasta llegar a Togo. Allí cogimos un avión que nos llevó los 15 meses cruzamos hacia la costa oriental.
¿Cómo era llegar a un pueblo y explicar este proyecto?
Carmelo: Básicamente, se reducía a dos opciones: llegar a una aldea, hablar con el jefe del pueblo y ofrecerles una proyección de cine, o bien colaborar con ONGs y asociaciones que nos permitían llegar a sitios inaccesibles para nosotros: cárceles, orfanatos, centros de acogida, slums.
Las proyecciones eran siempre gratuitas y pedíamos a cambio que la gente
¿Qué tipo de películas se proyectaban?
Isabel: Estuvimos en un festival de cine panafricano que se celebraba en Burkina Faso unos meses antes de empezar nuestra aventura. El objetivo era disponer de material de directores africanos para que el contenido fuera comprensible para el público y para acercar la propia cultura.
Allí contactamos con varios directores que nos pasaron sus películas. A ellos eso les venia bien distribuirlas por otras zonas.
Carmelo: En Burkina Faso por ejemplo se hablan 65 idiomas y era complicado tener una película en cada idioma. Llevábamos también películas en francés, portugués o inglés (las lenguas coloniales) y cine mudo, de animación o documentales. El cine mudo cómico suele gustar mucho.
¿Qué supone cruzar África en bicicleta?
Carmelo: Es una aventura totalmente diferente. Tienes que cargar con todo el material para ser autosuficiente (tienda, cocina, herramientas, botiquín) y arrastrar la bicicleta por arena a veces hasta 11 horas diarias. Es un reto duro a nivel físico, pero tiene su recompensa porque es una forma de estar más contacto con la gente y con el terreno que si fuéramos en autobús.
Isabel: Puedes hablar más con la gente y además una bicicleta te abre las puertas. La gente te ve y te ayuda mucho más porque generas una confianza mayor yendo a ese ritmo. Sufres los primeros días, pero cuando ya tienes nivel acabas las jornadas más satisfecho de ti mismo.
¿En qué os ha cambiado este viaje?
Carmelo: Hemos aprendido a relativizar. Viajábamos con los básico y eso nos hizo valorar lo que realmente es más importante. África supone un cambio de realidad. Aquí en cambio hay mucha gente amargada.
También ves cosas que no te gustan. El trato a la infancia es muy duro en África. Hay menos oportunidades de educación, más machismo y abuso de poder.
A pesar de las riquezas naturales que tienen, el neocolonialismo impide que el beneficio que se genera se revierta en África.
¿Cuál es vuestro próximo reto viajero?
Carmelo: Nuestro objetivo ahora es quedarnos por España para ofrecer un cine de verano con la cinecicleta. A más largo plazo queremos aligerar el equipo de la cinecicleta para volver a salir.
Isabel: Pero poco a poco. En África aprendimos a no hacer demasiados planes por anticipado y es una lección muy valiosa que intentamos seguir.