“La hospitalidad iraní llega a unos niveles que no podemos ni imaginar”
Genís, co-autor del blog areveure.cat, es un gran aficionado del cicloturismo. Un día decidió hacer realidad esa gran aventura que le rondaba por la cabeza: recorrer 13.000 kilómetros de Barcelona a Bangkok en bicicleta. Así nació el proyecto Pedals Inquiets que durante 7 meses le llevó a cruzar el sur de Europa, Turquía, Irán, Azerbaiyán, Uzbekistán, Kirguistán o Tailandia. En esta entrevista nos explica su experiencia sobre las dos ruedas.
En junio de 2017 iniciaste el proyecto Pedals Inquiets (NOTA: Pedales Inquietos), que te llevó a recorrer de Barcelona a Bangkok en bicicleta. ¿Qué te motivó hacer un viaje así?
Siempre me ha gustado desplazarme en bicicleta. La utilizo como medio de transporte en mi día a día (en Barcelona voy en Bicing, la bicicleta urbana) y también me gusta usarla para viajar.
En 2010 me inicié en el cicloturismo recorriendo toda Islandia. La experiencia fue increíble y me quedé con la sensación de que quería más. Quería conocer más países y culturas montado sobre mi bicicleta.
Vuelves a casa, empiezas a pensar, a planear… Y un día Pedals Inquiets se convierte en realidad.
A partir de tu experiencia y teniendo en cuenta que pasaste del Bicing a esta aventura, qué consideras más importante para superar una aventura así ¿tener un buen estado físico o fortaleza mental?
Sin lugar a duda, lo más complicado es tener fortaleza mental. Los primeros días pueden ser duros físicamente, pero a base de pedalear kilómetro a kilómetro vas ganando fondo físico.
En cambio, en el plano mental debes superar largas distancias y pronunciados desniveles, enfrentarte a múltiples jornadas en soledad, no sucumbir al calor extremo o el frío terrible, trampear la cotidianas incertidumbres de “¿dónde dormiré hoy?”, “¿dónde comeré?” o “¿podré comprar comida y agua?” que pueden convertirse en una auténtica quimera y en un motivo suficiente para bajarse del sillín y dejar la experiencia a medias.
Haznos una breve descripción de Valentina.
Fiel compañera en todo momento del viaje, Valentina es una bonita bici de cicloturismo alemana de color verde oliva que adquirí a principios del 2017. Amor a primera vista.

La bautizó mi hermana, puesto que empecé a pedalear con ella sin que tuviera nombre, pero dado que estaba relatando sus crónicas viajeras en el blog de areveure.cat, creyó que era necesario dotarla de la entidad que se merece una acompañante de semejante calibre. ¡No puedo estar más encantado con ella!
Tu viaje pasó por el sur de Europa, Turquía, países de la ruta de la Seda como Irán, Azerbaiyán, Uzbekistán o Kirguistán, y países del sudeste asiático. ¿Cuánto tardaste en hacer este recorrido y cuántos kilómetros calculas que recorriste?
En total pedaleé unos siete meses, acumulando más de 13.000 km a lo largo de este tiempo.
¿Qué ventajas tiene viajar en bicicleta por lugares tan poco habituales?
Uno de los motivos principales de viajar en bicicleta es el hecho de avanzar por regiones y superar pueblos que no salen destacados en una Lonely Planet.
Esto, que a priori puede ser poco interesante si sólo tienes el tiempo justo de conocer los highlights de un país, te pone en contacto con lugares desconocidos y gente que no está habituada a toparse con turistas, propiciando todo tipo de encuentros y situaciones impredecibles: compartir una taza de té en casa de alguien que te observa con curiosidad; convertirte en el invitado estrella de una boda, un bautizo o un cumpleaños; pasar la noche con una familia que se preocupa por tu salud, o entablar una charla de signos con alguien bajo un árbol mientras te tomas un descanso de los pedales.
Viajar en tren, bus o avión, de ciudad en ciudad, te aleja de estas situaciones que se convierten en la esencia de un viaje por esta zona del mundo.
Uno de los países que más te sorprendió fue Irán. ¿Qué fue lo que más te gustó de viajar por allí?
La gente y su hospitalidad, que llega a unos niveles que no podemos ni imaginar. Podría poner mil ejemplos cotidianos más, pero os invito a vividlo en primera persona visitando el país.

¿Es peligroso viajar por Irán?
¡En absoluto! Incluso diría que es uno de los países más tranquilos y seguros por los que me he movido. Tenemos muchos prejuicios sobre Irán que nos llegan a través de los medios de comunicación.
La realidad, una vez que estás allí e interactúas con la gente, es radicalmente distinta y te cambia tu percepción del país.
¿Qué lugares recomiendas visitar en una viaje a Irán?
Empezaría por el norte en Tabriz, con su espectacular mezquita Azul y dedicaría unos días a recorrer el desierto en Kashan y visitar las casas que los mercaderes de la época utilizaban para hacer negocios durante las migraciones a lo largo de la ruta de la seda.
También plantearía conocer Esfahan, Yazd y Shiraz, sus majestuosas plazas y algunas de las mezquitas más impactantes que jamás verás, y probar la excelente gastronomía persa.
No dejaría pasar la posibilidad de dormir bajo las estrellas en el lugar más caluroso del planeta: el desierto de los Kaluts, que hace años era un océano enorme. Y terminaría de nuevo en el norte, relajándome en algún lugar de playa del mar Caspio. ¡Un país fascinante!
¿Qué otro país de la Ruta de la Seda recomiendas?
Si eres fan de la naturaleza, de las montañas y los lagos espectaculares, Kirguizistán hará tus delicias. Si quieres seguir conociendo más sobre la cultura musulmana, Uzbekistán debe estar en tu punto de mira. ¡Ambos se complementan, son ideales!

¿Por qué no pudiste entrar a China?
Te pongo en situación: China en bicicleta estaba en mi plan original. La idea era acceder por el oeste del país, en la región del Xinjiang (que está justo encima del Tíbet). Lo intenté de todas formas, en Turquía, Irán, Azerbaiyán, Kirguistán… Visité la embajada China en estos y otros países, pero no hubo manera de conseguir un visado que me permitiese superar la frontera.
No querían de ninguna forma. O bien les mostraba un billete de avión con llegada y regreso de Shanghai, Pekín o alguna de las principales ciudades del este del país acompañado de todas las reservas en hoteles durante mi estancia en China, o nada.
Me quedé con la nada. Reservarlo todo por anticipado era totalmente incompatible con mi forma de viajar.
¿Qué presupuesto se necesita para hacer un viaje de este tipo?
Hacer un cálculo exacto es muy complicado porque depende mucho de la ruta establecida y sobretodo de las condiciones que uno elija para el alojamiento.
Si optas por acampar y usar tu tienda de campaña, el presupuesto diario se reduce considerablemente y con unos 10€ al día tienes suficiente. En cambio, si buscas más confort y eliges dormir en albergues u hoteles, esta cifra se verá multiplicada por tres tranquilamente.
La comida es muy asequible una vez superas las fronteras de Europa, así que tu cartera no se resiente. Pero también debes tener en cuenta los días que pasas en cada país. No gastarás lo mismo dos semanas en Italia que en Laos porque en Europa todo es “mil veces” más caro que en Asia.
En resumidas cuentas, puedes contar que mensualmente vas a invertir menos viajando en bicicleta que en tu vida diaria en Barcelona.
¿Dormías en hoteles?
Casi nunca y sólo en ocasiones muy puntuales. Opté por acampar siempre que me era posible o hacer uso de alguna guest house cuando hacía mucho frío, no veía posibilidad de plantar la tienda en ningún lado o cuando me apetecía estar en contacto con alguien local.
También hubo incontables veces que me alojaron en casa de alguien. ¡Sin preverlo!
¿Puedes contarnos alguna anécdota?
Uzbekistán, superando un puerto de montaña. Me acompaña un frío terrible y una niebla tan densa que no me permite ver a dos palmos de mi nariz. Llevo puesta toda la ropa que tengo en mis alforjas, y aun así, mi cara delata que no estoy en mi temperatura de confort.
A media subida de un tramo de obras, un hombre grita algo en uzbeko que no logro comprender, llamando mi atención. Valentina y yo paramos. Se acerca. El operario, de expresión ruda, deja sus utensilios en medio del asfalto, se saca los guantes y me los pone encima del manillar.
Por sus gestos y sus palabras, me expresa que los míos no sirven para combatir este severo frío. Enfundo mis dedos en los nuevos guantes y continuo la subida con una sonrisa.
Otro gesto más de la habitual generosidad que uno vive en Asia Central.
¿En qué crees que te cambió este viaje?
Un viaje de estas características te cambia la percepción del tiempo, te ayuda a relativizar las dificultades, pero sobre todo a darte cuenta de que la gente en todas partes es curiosa, amable y generosa por naturaleza.

