No os voy a descubrir ahora las bondades de la cocina tailandesa: gusto por la cocina, buenos productos, fusión de sabores, etc. Durante los días que estuvimos por Tailandia comimos bastante bien y el salto culinario en cuanto a calidad respecto a Myanmar (el país de donde veníamos) fue muy significativo.
Pero entre todos los platos que probamos en Mochileros de viaje hubo uno que destacó por encima de la media y que descubrimos por casualidad: el Lava Noodle con salmón de K-Kitchen Yotse.
No se trata del típico plato que encontraréis en cualquier puesto callejero de Bangkok, ni en la mayoría de restaurantes del país. De hecho, sólo lo pude probar en uno de esos barrios de Bangkok donde no hay ni un turista (por imposible que parezca) y bastante alejado del centro.
Tuvimos que caminar a pie casi 30 minutos desde la Golden Mountain para volver al restaurante. Pero esa es una historia que os explicaremos más adelante.
El mejor plato de Tailandia: sopa con filetes de salmón y fideos fritos
Esta sopa lo tiene todo a nivel culinario. Se trata de un salmón tierno cocinado lentamente con verduritas y un poco de cilantro sobre una base de fideos gruesos fritos hechos a mano.
Como imaginaréis, el nombre de lava está determinado por el recipiente que se usa para cocinarlo. Se trata de una especie de cazuela que hace todos los sabores se mezclen con gracia de estrella Michelin y que se sirve muy caliente. Cuando te llega el plato en ebullición a la mesa sabes que es imposible que de ahí puede salir algo que no esté realmente bueno y lo cierto es que no defrauda. Por eso lo declaramos como el mejor plato de Tailandia.
Como hemos dicho, este plato sólo vimos que lo cocinaran en K-Kitchen, un lugar escondido para la mayoría de turistas en Bangkok. ¿Cómo llegamos hasta allí?
La anécdota
El karma a veces tiene sus recompensas y este plato es una buena muestra. La historia arranca en Barcelona cuando antes de embarcar le dijeron a nuestro colaborador Toni que no podía volar por un error en el nombre registrado al comprar el vuelo. O lo que es lo mismo: si vuestro pasaporte indica ANTONIO como nombre y os registráis como pasajero con el nombre de TONI no volaréis a menos que lo podáis cambiar.
Sólo dispusimos de 30 minutos para hacer el cambio frente a la puerta de embarque y fue imposible. Toni se quedó en tierra y yo tuve que correr por toda la terminal con la mochila a cuesta sin tiempo para poderla facturar para poder subir al avión rumbo a Mandalay (con dos escalas). Con las prisas me dejé el teléfono móvil en el control de seguridad del aeropuerto, algo que no ayudó durante las primeras horas para aportar calmar al enredo. Tuve que ir comunicándome por Barcelona para saber como estaba la situación a través de los móviles de las azafatas, cabinas telefónicas, ordenadores en terminales y tablets de hoteles. Quedamos que nos encontraríamos en Mandalay dos días más tarde.
Tras comprar otro vuelo, el karma siguió con su lado más negativo y el vuelo de Toni aterrizó en Bangkok con retraso y sin el tiempo suficiente para hacer la conexión Bangkok-Mandalay (el destino final). Si tras perder dos vuelos en dos días no os desesperáis, es que no tenéis prisa u os sobra el dinero. O no tenéis corazón.
Sin posibilidad de llegar a Mandalay el mismo día, nuestro colaborador tuvo que hacer una escala forzosa en Bangkok: reclamar a la compañía, buscar hotel desde el aeropuerto, encontrar la mochila… y no perder el vuelo a Mandalay al día siguiente.
Llegó a un hotel con habitaciones pintadas de rosa y sin ventanas casi a las 9 de la noche. Y fue desde allí cuando le sugirieron K-Kitchen para cenar. Por fin el karma le recompensó con algo bueno.
Tras el reencuentro al día siguiente (y con el móvil recuperado) lo único positivo de toda esa odisea parecía este plato de salmón. Así que acordamos que cuando regresáramos a Bangkok dos semanas después de visitar Myanmar cerraríamos el círculo con una cena en K-Kitchen.
Y así lo hicimos. El dueño se acordaba de ese muchacho de Barcelona que había llegado solo y hambriento unos días y pude certificar que el plato era una delicia. También había versiones con lubina o bien un mixto de sepia, gambas y calamar, pero sinceramente dudo que puedan superar a la versión con salmón.
Cómo llegar
Dirección: 200/34-36 Soi Yotse, Krung Thep Maha Nakhon, อำนาจเจริญ 10100, Tailandia
No está en lugar nada céntrico. Puede que a los viajeros que estéis muy pocos días en la capital tailandesa no tengáis tiempo para acercaros por allí. Pero si estáis cerca de la zona o tenéis varios días no dudéis en hacer esta excursión y probar esta delicia. Se trata de un lugar bastante sencillo que no llama mucho la atención aunque siempre está bastante lleno. El interior es bastante sobrio, no esperéis nada exótico ni de diseño.
Desde Khaosan Road: Desde Khaosan Road se tardan unos 20 minutos en llegar (si no hay tráfico). El precio de un taxi puede ser de unos 200 bahts según como negociéis o menos si buscáis un taxi con taxímetro.
Desde Golden Mountain: K-Kitchen puede ser una buena opción para cenar si estáis cerca de la Golden Mountain, el monasterio budista con mejores vistas de Bangkok. Desde allí tardaréis apenas unos minutos en taxi o tuk-tuk.
Otra opción es ir a pie. Se tarda unos 25 minutos en llegar y es casi indispensable tener una aplicación tipo Maps.Me para que os sirva como callejero. Está cerca del Hospital general y en la zona sí que hay algunos hoteles, pero es un lugar un poco apartado.
Eso sí, la recompensa valdrá la pena. ¡Bon appétit!