Cruzar Austria es tren es todo un espectáculo. Se trata de un país con algunos de los trayectos en tren más espectaculares de Europa. Desde la ventanilla puedes ver los Alpes, grandes lagos, prados, estaciones de esquí de alta montaña…
Nosotras partimos desde Ljubljana rumbo a Salzburgo con ganas de mirar por la ventanilla tras algunos cambios en la ruta prevista.
Nuestra primera opción siempre fue ir a Graz, pero ojeando la guía, la ciudad donde nació Mozart tenía más cosas qué ofrecer. Además, la ruta Ljubljana-Graz tenía un recargo en el Interrail de 10€ por persona para hacer ese trayecto.
Si bien el pase de Interrail tiene un precio cerrado, algunos trenes tienen un sobrecargo especial. En cambio la ruta de 4h de Ljubljana a Salzburgo no costaba ni un euro más: así que la elección estaba clara.
Desde el tren pudimos ver típicos pueblo alpinos como Bad Gastein y pasamos cerca del parque nacional de Hohe Tauern, el más grande del país y que se extiende por los estados federados de Salzburgo, Tirol y Carintia.
Qué ver en Salzburgo
La historia de Salzburgo sigue estrechamente ligada a Mozart y a la fortaleza de la ciudad, dos referentes históricos que marcan la identidad de la ciudad.
Tras las huellas de Mozart
Mozart nació en Salzburgo en 1756 y fue enterrado en una fosa común en Viena 35 años después. Obviamente en el siglo XVIII no había tantos recursos destinados a proteger las pertenencias y legado histórico de este genio.
Sin embargo, se conservan la casa natal de Mozart, así como la residencia donde vivió entre 1773 y 1980. Restaurada tras el impacto de una bomba en 1944, en la residencia están expuestos algunos objetos personales del compositor y la visita permite hacerte una idea de cómo se vivía en la época. La casa natal está a unos pocas calles y allí también se exponen objetos personales.
Pero lo mejor que puedes hacer para acercarte a Mozart en Salzburgo es asistir a un concierto de música clásica. Encontrarlos es fácil. Hay numerosos buenos músicos tocando música clásica en las calles y plazas. También puedes ir a la Abadía de San Pedro para escuchar sonatas de Mozart o reservar cenas-conciertos con músicos vestidos de época en el Stiftskeller St. Peter, el restaurante más antiguo de Europa central, entre otras opciones.
Hohensalzburg, la fortaleza del archiduque
El otro principal punto de interés de Salzburgo es la imponente fortaleza de Hohensalzburg, situada en lo alto de la montaña de sal que da nombre de la ciudad (Salzburg significa literalmente “Montaña de sal”).
Construida en 1077 y ampliada durante varios siglos, siempre se mantuvo inexpugnable y fue el lugar de residencia de los sucesivos arzobispos de Salzburgo, una de las figuras eclesiásticas más poderosas en Europa central a lo largo de los siglos.
El archiduque controlaba la vida política y religiosa en la región y muchos de los que llegaron al cargo fueron impulsores de buena parte de la larga tradición musical de la ciudad.
El príncipe-arzobispo Schrattenbach fue uno de los apoyos más sólidos para Mozart y su familia. Leer más para visitar Hohensalzburg.
Se accede a pie o en funicular. Desde la ventanilla del funicular puedes comprar la FestungsCARD, que incluye la visita al castillo y el funicular de subida y bajada por 11,50€ en total. El ticket de entrada al castillo incluye una visita guiada con audioguía en español que merece la pena. Las vistas desde los alto son espectaculares.
Dulces en el centro
El elegante centro de Salzburgo se expande a lo largo de Getreidegasse, una larga calle con muchas tiendas y cafeterías. Destaca por sus edificios altos y estrechos, tal y como se construyeron en la época medieval. En el número 9 está la casa natal de Mozart.
El casco antiguo de Salzburgo es Patrimonio Mundial de la Humanidad
Un paseo por las calle Jugendgasse o Goldgasse también merece la pena.
Subiendo por Rathausplatz cruzas el arco que hay frente al puente Staatsbrücke, el principal punto de acceso al casco antiguo. El río es un buen lugar para apreciar todo el casco antiguo, con la fortaleza al fondo controlando la ciudad desde lo alto.
Por cierto, si visitas Salzburgo debes probar los Mozartkugel, unos bombones típicos de la ciudad que se venden desde 1890. Están hechos con base de mazapán, pistacho y chocolate y son uno de los souvenirs más vendidos en Salzburgo ya se venden con la imagen de Mozart estampada en el envoltorio.
Salzburgo: valoración
La ciudad nos dejó una grata impresión. Se nota que Salzburgo ha permanecido inalterable a lo largo de los años. Para los amantes de la música es un lugar especial, llena de músicos y con mucha tradición musical. ¡Si hasta la Catedral tiene nada menos que seis órganos! Sin embargo, también notamos por qué es una las ciudades más caras de Austria. El precio del alojamiento en el centro es bastante alto. Para mantener nuestro presupuesto de 25€ por persona como máximo, y sin haber reservado previamente, tuvimos que dormir en un hostel situado a 20 minutos en autobús.
Por cierto, no puedes visitarla sin haber visto Amadeus, la espectacular película de Milos Forman sobre la vida de Mozart.