Besalú es uno de esos lugares que siempre aparece en cualquier listado de pueblos con encanto para visitar durante una escapada rural cerca de Barcelona y Girona. En cuanto llegas, te das cuenta del porqué: el famoso puente románico que da acceso al pueblo es toda una invitación para conocer uno de los conjuntos arquitectónicos del medioevo mejor conservados de Catalunya.
El pueblo fue un relevante condado independiente con un territorio que se extendía desde los valles de Camprodon (otro pueblo con puente) hasta Banyoles y Figueres y está situado en un estratégico cruce de caminos de la comarca de la Garrotxa. En realidad, era como una fortaleza entre dos ríos: el Fluviá y el Capellades. Recientemente, su popularidad se ha incrementado todavía más gracias a Instagram y a la aparición del fotogénico puente en la sexta temporada de Juego de Tronos, como telón de fondo para Alto Jardín.
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No hay un punto mejor por dónde empezar una visita a Besalú. El puente románico es uno de los vestigios del antiguo condado y destaca por sus majestuosos siete arcos desiguales por encima del río Fluvià. En el primero, se levanta como un portal fortificado mientras que en el quinto pilar encontramos una torre fortificada.
Una de las cosas que más sorprende del puente es su anchura. La calzada es amplia y permite caminar con tranquilidad a pesar del habitual gentío para observar sin prisa una estampa de postal: la del pueblo tras el puente con el río por delante. Se calcula que el puente se construyó sobre el año 1075 y fue reconstruido tras la Guerra Civil Española cuando se volaron dos de los arcos.
Antes de cruzarlo, y si el caudal lo permite, merece la pena bajar hasta la orilla del río para ver el puente desde otra perspectiva. La vista desde abajo es todavía más imponente.
La Besalú actual conserva parte de la urbanización de la Edad Media. Nada más cruzar el puente, nos sorprenden algunas callejuelas empedradas colindantes al río. Cerca de éste, podemos visitar a un miqvé del siglo XII, unos antiguos baños que los judíos utilizan para la purificación del cuerpo. Este espacio fue redescubierto en diciembre de 2002 durante el transcurso de unas obras en la Plaza de los judíos. Se tenía constancia del miqvé desde 1264, cuando Jaume I el Conquistador otorgó un privilegio a la comunidad judía de Besalú para construir una sinagoga, que también contaba con un edificio y la miqvé contigua.
Hoy este espacio se puede visitar mediante la inscripción en la oficina de turismo local y se accede por unas escaleras de piedra hasta llegar a una sala rectangular con una piscina en el centro que recibía el agua necesaria para la purificación procedente del río Fluvià (de ahí su ubicación en el pueblo). Se consideran, junto a los baños de Girona, los únicos de origen judío descubiertos hasta ahora en la península ibérica.
Los usuarios más comunes del baño ritual eran las mujeres casadas después del período, las recién alumbradas, los hombres muy religiosos cada viernes antes de la celebración del shabbat y los que habían tenido contacto con un muerto durante una ceremonia funeraria. De la sinagoga original sólo se conserva parte del muro y de las puertas de las salas de oración para hombres y mujeres.
En los alrededores se pueden ver algunas de las típicas callejuelas del barrio judío.
Precio de la visita: 2,5€
Otros lugares de interés del pueblo son el Monatserio de Sant Pere de Besalú situado en la plaza del mismo nombre donde podéis aprovechar para descansar y tomar algo.
El antiguo Monasterio fue fundado en 997 y fue reformado en 1060. Actualmente, es una iglesia que se puede visitar con una visita guiada por la Oficina de turismo del pueblo. Otro punto de interés situado a la salida de la plaza por la calle Forn es Casa Llauda, un edificio que fue una de las casas feudales más importantes del pueblo y que es un ejemplo de la arquitectura civil románica mejor conservada del medievo catalán. Cuanta con un patio interior y un antiguo granero.
La Iglesia de Sant Vicente es otro lugar que también podéis visitar si os gusta el románico. En general, os recomiendo pasear por el pueblo ya que además encontraréis algunas que otras carnicerías que venden productos típicos de la zona y pastelerías muy interesantes.
Con niños, podéis acercaros hasta el pequeñito Museo de Miniaturas de Besalú donde podéis ver obras artísticas en miniatura y microminiatura, esta últimas con la ayuda de lupas y microscopios. Un espacio curioso, para pasar un buen rato en familia.
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