El Salar de Uyuni es un lugar de visita casi obligada en Bolivia. Para ver el desierto de sal más grande del mundo hay que llegar hasta Uyuni, la población más cercana al salar. Desde La Paz, la mejor opción para llegar a este impresionante lugar consiste en ir a bordo del autobús nocturno de la compañía www.todoturismo.com.
Cuando compramos el billete no sabíamos exactamente qué tipo de autobús nos íbamos a encontrar. Habíamos leído por Internet muchas experiencias negativas de viajeros que habían hecho este trayecto nocturno a Uyuni a bordo de autobuses mediocres donde pasaban bastante frío.
Esta agencia era una de las opciones que recomendaba la guía Lonely Planet, así que decidimos seguir su recomendación y la experiencia fue muy positiva.
Autobús a Uyuni
El autobús estaba muy bien equipado, nos ofrecieron mantas y hasta una cena bastante apetitosa. La comodidad es algo a considerar a la hora de reservar un pasaje nocturno. Quizás es mejor pagar un poco más por viajar en un buen autobús con asiento-cama que ahorrar y hacer un viaje frío e incómodo.
En el caso de www.todoturismo, además de mantas, el autobús contaba con calefacción y lavabo.
Por otra parte, si quieres a viajar a Uyni para hacer un tour de varios días también es aconsejable comprar algo de comida y agua, puesto que una vez en ruta, el precio es más caro. Nosotros compramos snakcs y bastante agua en La Paz y lo cargamos todo en el autobús.
Además del autobús, otra opción para llegar a Uyuni consiste en viajar en avión. La ciudad cuenta con un pequeño aeropuerto con conexiones con La Paz y Sucre. Obviamente, el precio del billete de avión no es tan competitivo como el del autobús nocturno.
En base a nuestra experiencia, el viaje en el bus nocturno fue bastante cómodo y lo recomendamos como la mejor opción calidad-precio (250 bolivianos por persona).
Un tour de 3 días con Esmeralda Tours
Tras unas 8 horas de viaje, llegamos a las 6 de la mañana al pequeño pueblo de Uyuni. Desayunamos los snacks que nos ofrecieron en el bus y tomamos el té de coca caliente que nos ofrecieron en la sede de la agencia.
No debes preocuparte si llegas a la ciudad sin reserva previa para hacer un tour. El pueblo vive del turismo y hay un gran número de agencias que ofrecen tours a diario por el Salar. Los promotores de las agencias trabajan desde bien temprano para conseguir llenar las excursiones en 4×4.
Es mucho más fácil negociar buenos precios una vez llegados a Uyuni que contratar la excursión previamente online.
Agencia recomendable para visitar Uyuni
Para elegir una buena agencia debes tener en cuenta varias consideraciones. La seguridad es una de ellas. En Internet puedes leer malas experiencias por Uyuni debido a la poca profesionalidad de algunas agencias. Las historias son de terror: conductores borrachos, malos guías, mala comida, etc.
Los precios pueden ser bastante diferentes entre agencias y a menudo la diferencia reside en la calidad del servicio ofrecido: que tu guía sea responsable, que la comida sea abundante y buena y la calidad de la excursión en sí pueden depender del precio.
Las agencias más baratas normalmente subcontratan a personas con menos experiencia para llevar a los turistas por el Salar.
Durante los tours, la mayoría de agencias comparten hoteles y comedores en diferentes puntos del recorrido. Viajas con tu conductor pero los puntos de parada son comunes (básicamente, porque apenas hay infraestructuras en esta zona desértica).
Visitar Uyuni en dos o tres días
Respecto al número de días, existen varias combinaciones.
- En el tour de 1 día ves el Salar y la espectacular isla de cactus de Incahuasi.
- El tour de 2 días, durante la segunda jornada llegas hasta la Laguna colorada y luego regresas a Uyuni. La opción de dos días no sale mucho más a cuenta que el tour de tres días, ya que pagas más que el precio de una jornada pero no ves muchas más cosas, puesto que parte del segundo día se invierte en volver a la ciudad.
- Nosotros decidimos hacer el tour de 3 días y dos noches para ver bien el desierto de Uyuni y la Reserva Eduardo Abaroa.
Tras dar un paseo por el pueblo y escuchar las ofertas de varios promotores decidimos acercarnos hasta la oficina de Esmeralda Tours, una de las agencias recomendadas por la Lonely Planet. El trato fue bastante correcto y al final optamos por hacer el tour con ellos tras negociar 780 bolivianos por persona.
Es un precio medio, ya que otras agencias nos llegaron a ofrecer 650 bolivianos por persona, pero queríamos asegurarnos de ir en un tour de calidad. El precio incluía el chófer, todas las comidas y el alojamiento de dos noches (además del saco de dormir proporcionado por la agencia e incluido en el precio, algo que no siempre se contempla en las tarifas).
Primer día: Salar de Uyuni e Isla de Incahuasi
Sobre las 10:30 de la mañana partimos en un 4×4 compartido por 6 personas: nosotros, una pareja de británicos, una brasileña y una alemana.
Nuestro conductor, Antonio, demostró ser un gran profesional durante todo el trayecto. Hacía años que trabajaba por el Salar como conductor de tours. Además de conducir, se encargó de prepararnos la comida y de hacer el mantenimiento del coche. No paró de trabajar durante los 3 días.
Visita al cementerio de trenes de Uyuni
La primera parada de la mayoría de tours está uno pocos minutos a la salida del pueblo: el Cementerio de trenes.
Aquí “reposan” los vagones abandonados de la línea de tren que conectaba Bolivia y Chile y que se utilizaban en el siglo XIX para transportar minerales. El alto coste de mantenimiento de la línea obligó a cerrarla y los vagones en vía muerta en medio del desierto.
La visita es interesante aunque los vagones no estén muy bien conservados. Algunos tienes pintadas en el exterior y están oxidados debido a la sal, pero es un buen lugar para empezar el tour.
El Salar en coche
Tras visitar el cementerio y hacer una breve visita a un mercadillo de artesanía local, recorrimos el Salar en coche. El salar más grande del mundo ocupa una superficie aproximada de 10.000 km2. Pero el salar en sí sólo es una pequeña parte del tour. Sorprende lo llano que es y la claridad de la sal en contraste con el cielo de color azul intenso debido a la altitud.
Tras el almuerzo, seguimos la ruta en dirección a Incahuasi. Esta parte de la ruta la hicimos prácticamente solos (sin ver a más turistas por los alrededores) e hicimos una parada para tomarnos las clásicas fotografías que juegan con las perspectivas y que son tan populares en el Salar.
Por la zona se venden Gozillas y otros juguetes para que puedes hacerte fotos divertidas.
Isla de Incahuasi
Finalmente llegamos a la isla de Incahuasi. Este espectacular islote está lleno de cactus. La entrada cuesta 30 bolivianos. Subimos hasta el punto más alto para ver una de las mejores perspectivas del Salar de Uyuni, tal y como muestran las imágenes.
Sorprende que en un lugar tan aislado pueda crecer vida. Años atrás el salar formaba parte de un mar interior.
Tras esta visita, recorrimos otro buen trozo para ver el atardecer desde otro punto. Hicimos este tour a finales de agosto y en esta época del año (invierno en el Salar) el suelo del salar está seco. En la época de lluvias, el suelo se inunda y se puede ver como el agua hace un efecto espejo con el cielo.
De día las temperaturas son cálidas, pero en cuanto se va el sol, el termómetro baja. El aire es muy frío, así que conviene abrigarse.
Durmiendo en un hotel de sal
La primera noche dormimos en un hotel de sal situado el pequeño pueblo de San Juan. Tal y como su nombre indica, tanto el suelo, como las paredes, como incluso la cama están hechos de sal. Fue una experiencia bastante curiosa.
El hostal está regentado por una familia y se deben pagar unos 10 bolivianos si quieres utilizar el agua caliente de la ducha. Nos ofrecieron unas cena deliciosa y estuvimos un buen rato charlando con nuestros compañeros de viaje, compartiendo anécdotas y experiencias.
El hotel no tiene calefacción, así que lo mejor es dormir muy abrigados. Nos metimos dentro del saco y luego nos pusimos una manta encima.
Día 2: Visita a las Lagunas de Uyuni
De buena mañana partimos hacia el mirador del Volcán Ollague (5.865 m.s.n.m.), desde donde observamos el humo del volcán en activo. En esta zona ya empezamos a notar el intenso frío, que fue en incremento a medida que nos íbamos acercando a la frontera con Chile. El aire era realmente congelado y en ocasiones apenas podíamos aguantar más 10 minutos fuera del coche.
Las lagunas de Uyuni: Hedionda, Honda…
Tras ver el volcán, iniciamos un recorrido de varias horas para ver varias lagunas que hay en esta zona: la laguna Cañapa, la Hedionda, la Honda, la Chiarcota y la Laguna Ramaditas.
Las lagunas son una parte del paisaje realmente espectacular y además son el hábitat natural de un gran número de flamencos que las usan como puntos de alimentación y descanso durante sus movimientos migratorios.
Nunca habíamos visto flamencos en libertad, así que estuvimos un buen rato fotografiándolos.
Tras almorzar en un comedor compartido, cruzamos el Desierto Siloli, una zona inhóspita donde se encuentra el Árbol de Piedra, cuya evolución y forma se debe a la erosión del viento. La última parada de este segundo día fue en un lugar realmente espectacular: la Laguna Colorada.
La Laguna Colorada
Se la conoce así por el color rojizo que adquieren las aguas debido a que el viento agita las algas rojas de la laguna. Éste lugar es también la puerta de ingreso a la Reserva Eduardo Abaroa. La mayoría de tours no incluyen el precio de acceso a la reserva, así que tuvimos que abonar los 150 bolivianos que cuesta la entrada.
Pasamos la noche en un hotel compartido con otras agencias en Huayllajara, un pequeñísimo poblado situado en una zona donde hacía más frío. Nada más llegar, nos ofrecieron una merienda con galletas, te y café para entrar en calor, algo que agradecimos.
Durante todo el día habíamos notado como el frío había ido en aumento y, a última hora de la tarde, apenas podíamos pasar unos pocos minutos fuera del coche durante las paradas. En el hotel no hay agua caliente y se comparte lavabo con un gran número de turistas de otras agencias que también paran allí. También se comparte habitación con tus compañeros de 4×4.
Pese a que parecía que íbamos a pasar una noche muy fría, conseguimos dormir bastante bien. Eso sí, dormimos vestidos, metidos dentro del saco y con una manta por encima.
No es broma.
Día 3: Géisers, aguas termales y el desierto de Dalí
Géisers en Uyuni
Nos levantamos a las 4 de la mañana (sí, a las 4AM) y tras desayunar, partimos una hora después para llegar hasta una zona donde hay géisers (y que está situada a 4.950 metros sobre el nivel del mar). Ese fue el lugar donde pasamos más frío.
Las temperaturas a primera hora de la mañana rozaban los 0º y el viento añadía más grados negativos, pero valió la pena ver durante unos minutos como los géisers y las fumarolas emanan gas tóxico y vapor.
Además de frío, notamos el fuerte olor a azufre de la zona. Posteriormente, nos acercamos hasta un par de lagunas más (la Laguna Blanca y la Laguna verde), pero la verdad es que apenas conseguíamos estar fuera del coche poco más que unos minutos.
Aguas termales en Uyuni
A continuación, seguimos en coche hasta llegar a unas aguas termales. Hacía tanto frío que, a pesar de tener la posibilidad de entrar en calor bañándonos en aguas calientes a unos 28ºC-30ºC, sólo dos de las seis personas que íbamos en el 4×4 fuimos lo suficientemente valientes como para entrar en el agua.
El problema: las termas están al aire libre y hay que recorrer en bikini los 2 metros que separan el vestuario (sin calefacción) de la balsa de agua caliente. Yo no lo dudé y creo que fue una muy buena decisión. El agua estaba realmente caliente y disfruté del baño. Además, me ayudó a conseguir y mantener una temperatura más normal en mi cuerpo durante todo el viaje de vuelta a Uyuni.
Tras las termas iniciamos el viaje de regreso. Estábamos un poco cansados. La excursión por Uyuni es muy interesante pero pasas mucho tiempo dentro del coche recorriendo kilómetros y kilómetros.
Es el precio a pagar por ver unos de los paisajes más marcianos del planeta tierra. Debido al clima extremo, no puedes recorrer Uyuni en bicicleta o caminando, lo que te obliga a resguardarte dentro del coche.
Fue el único “pero” del viaje y conviene tenerlo en cuenta a la hora de elegir el número de días de un tour por Uyuni.
Desierto de Dalí
Tras hacer una breve parada en el Valle de Rocas y ver el desierto de Dalí (llamado sí porque el paisaje recuerda los cuadros del genial pintor catalán Salvador Dalí), comimos en el pueblo de San Cristobal y finalmente llegamos de nuevo a Uyuni sobre las 17:00h.
Antonio, nuestro conductor que había trabajado incansablemente más de 14h al día preparándonos la comida, conduciendo y haciéndonos de guía, se despidió. Se iba a limpiar al coche porque al día empezaba un nuevo tour con otros turistas por Uyuni.
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