Debo admitir que visitar La Paz me generaba dudas. Cuando preparo un viaje siempre intento buscar el máximo de información. En el caso de La Paz, la mayoría de comentarios y experiencias sobre esta ciudad que encontré por Internet dibujaban un lugar complicado y con graves problemas de seguridad entre turistas: los casos de robos y asaltos a cargo de falsos taxistas y policías son fáciles de encontrar por la red.
Las guías también recomendaban tener mucho ojo a la hora de pedir un transporte. Afortunadamente, viajar sirve para romper estereotipos. Y esto fue con lo que nos pasó con esta ciudad. Debemos reconocer que fuimos bastante precavidos a la hora de pedir un transporte y de elegir alojamiento (lee nuestras recomendaciones de seguridad en Bolivia aquí). Pudimos pasear sin problema durante horas por el centro histórico con nuestras mochilas de turista a la espalda.
En 2019 la situación del país se agravó debido a la crisis política, aunque parece que de momento se ha estabilizado un poco.
Qué ver en La Paz: la ciudad de las alturas
El Alto
La Paz es una ciudad muy peculiar. Los barrios altos están a casi 4.000 metros de altura, son fríos y la gente con menos recursos vive allí. Tanto si llegas desde Copacabana, como si te diriges en dirección a Tiwanaku, seguramente pases por El Alto.
Es difícil olvidar una zona como ésta, llena de baches, basura y carreteras sin asfaltar. Pensé que el bus daría una vuelta de campana mientras intentaba cruzar este barrio anexo al aeropuerto y una de las zonas más deprimidas de la ciudad.
Las pintadas amenazadoras en las paredes (“Ladrón pillado será quemado vivo” u otras lindezas similares) no invitaban a bajar del autobús.
Esta es una zona poco aconsejable para visitar. Sin embargo, allí se celebran los Cholitas wrestling, las luchas en ring de las cholitas que en los últimos años se han puesto de moda. Si quieres ver este espectáculo, es muy recomendable hacerlo con un tour guiado y nunca ir solo. También hay otras zonas interesantes en el Alto como el teleférico y que podéis visitar con también con algún tour guiado.
De la Estación de autobuses a Sopocachi
La zona comprendida entre la estación de autobuses a Sopocachi conforma el centro histórico. El tráfico de La Paz es infernal. Sin embargo, puedes visitar todo este tramo a pie. Esta es la mejor forma darte cuenta que, incluso dentro del caos, existe un cierto orden.
La Paz es la ciudad de los mercados ambulantes y puestos callejeros. Miles de personas, muchas de ellas vestidas con trajes típicos del país, se enfilan a diario por las cuestas de la ciudad para vender comida, bebida, telas y cualquier cosa. Desde la estación podemos bajar la calle en dirección a la Avenida América hasta llegar a la Iglesia de San Francisco, situada en la Plaza Mayor.
Cerca de allí podemos llegar al Palacio del Gobierno cruzando la calle peatonal Comercio. Estuvimos caminando un buen rato por esta zona hasta llegar a la popular Calle Jaén. Se trata de una bonita calle de casas bajas de colores de estilo colonial que cuenta con un bueno número de pequeños museos como el Museo Costumbrista o el Museo de Metales Preciosos.
Mercado de las Brujas
Cerca de la Iglesia de San Francisco enfilamos la calle Santa Cruz. Esta zona es bastante bonita y permite constatar el gran desnivel de altura que hay por toda la ciudad. Al subir las cuestas se nota la altura, ya que enseguida te cansas y cuesta respirar. Aquí hay una gran cantidad de pequeñas tiendas que venden prendas hechas con lana de alpaca, artesanía boliviana, souvenirs, etc.
Todo cambia a la altura de la calle Linares. Dejamos atrás los souvenirs de alpaca para empezar a ver amuletos, charangos, cóndores para la protección y cartas del Tarot. Aquí empieza el Mercado de las Brujas, el mejor lugar para encontrar amuletos.
Sin embargo, lo que más llama la atención son los fetos de llamas colgados con cuerdas en las fachadas de las tiendas. Por fuerte el olor sabréis que son reales.
Estos fetos se entierran bajo la tierra sobre la que se va a construir una vivienda para que den buena suerte y protección. Hay diversos mercados al aire libre donde también se venden estos fetos para asombro de todos los que visitamos por primera vez esta ciudad.
Mirador del Parque de Laikota
Seguiremos el recorrido bajando por la calle 16 de julio. Esta es una gran avenida comercial llena de heladerías, bancos y restaurantes. Mucha gente joven se mueve por esta zona. Quedan con los amigos para pasar la tarde. También hay muchas familias paseando por allí.
A la altura de la calle Batallón de Colorados nos desviamos para subir hasta uno de los muchos miradores que tiene la ciudad. En este caso, nos acercamos hasta el Mirador del Parque de Laikota. Subimos por la Avenida del Ejército y llegamos hasta el mirador que está situado en el interior de un pequeño parque infantil (el acceso es de pago).
Las vistas desde allí son muy buenas. Por un lado podemos ver el centro histórico que hemos recorrido durante horas. A nuestras espaldas observaremos el Estadio de Olímpico Hernán Siles. Si hay partido, podemos confirmar que el rugido de los seguidores que ven el partido desde el interior del campo se extiende por toda la zona.
Optamos por bajar por las pasarelas elevadas sobre la avenida por las que muchos adolescentes deciden pasear junto a su primer amor.
Sopocachi, el barrio de las embajadas
Volvemos hacia el Paseo 16 de julio y seguimos bajando la ciudad en dirección a la Plaza Avaroa. Aquí empieza el barrio de Sopocachi, la zona de embajadas y un barrio residencial de nivel alto.
De repente, el ruido del tráfico se escucha cada vez menos. Es un lugar bastante tranquilo para pasear. Hay restaurantes y también vemos gimnasios donde acuden funcionarios y clase acomodada. Los trajes típicos son menos comunes.
Acabamos este recorrido por la ciudad desde el mirador situado en la Plaza del Montículo. Desde allí observamos como poco a poco anochece y vemos los teleféricos subir hasta El Alto.
En el horizonte observamos las siluetas de las montañas nevadas de más de 6.000 metros que rodean la ciudad. Un lugar único.
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2 comentarios
Hola, Elena. Nada como viajar para romper con los estereotipos y los prejuicios. Me ha impresionado lo que explicas sobre los fetos de las llamas. Saludos
Hola Alex! En general Bolivia nos sorprendió mucho y nos gustó bastante. Los mercados de las brujas son realmente shocking y no creo que se hagan de cara al turismo.