Hpa-an es una ciudad situada al sur de Myanmar y a unas 6 horas en autobús de Yangón, la capital del país. Se trata de una zona muy lluviosa durante el mes de agosto y el monzón birmano, pero aún y así nos atrevimos a ir tras haber visitado el lago Inle. Llegamos a la ciudad en un autobús nocturno desde Inle que duró 17 horas y que nos dejó sobre las 10:00 de la mañana en Hpa-an tras algo más de 1 hora de retraso debido a una avería.
Aunque estábamos muy cansados decidimos ir a tope y explorar el lugar en un día. Nuestro plan era ir al día siguiente a Bago y acabar la ruta de viaje por Myanmar en Yangón para empezar una nueva etapa por Tailandia.
Si Hpa-an es popular es porque en los alrededores hay un gran número de templos excavados en cuevas. Además de las cuevas, éste también es un lugar interesante porque es una zona mucho más rural y con menos turistas que Mandalay, Bagan e Inle.
Tal y como te avanzamos en este post, hay dos maneras de explorar Saddan y sus alrededores.
Puedes optar por una motocicleta que se pueden alquilar en los hostales de Hpa-an. Otra buena opción consiste en hacer una excursión de un día en tuk-tuk con un conductor por unos 15.000 kyats por persona (10€). En nuestro caso, decidimos hacerla en tuk-tuk porque apenas tenemos experiencia en moto.
Sólo os recomendamos la opción de la motocicleta por los alrededores de Hpa-an si tenéis mucha experiencia en moto. De lo contrario, os será muy difícil conducir por allí puesto que las carreteras están muy mal asfaltadas y en muchos tramos hay que conducir sobre barro y baches.
Fue una de las zonas del país en la que vimos que las carreteras estaban en peor estado. Además, las carreteras y las cuevas no están muy bien señalizadas. Por este motivos recomendamos un par de días en moto para ir con tranquilidad.
Las distancias son más largas de lo que pudiera parecer y por este motivo no aconsejamos hacer la visita en bicicleta a menos que tengáis varios días para estar por allí.
La primera parada de la ruta. Llegamos a esta cueva y vimos un montón de estatuas de Buda de colores chillones y adornadas con luces de colores en una especie de jardín situado en el exterior de la entrada.
Éramos los únicos turistas en ese momento y, para ser sinceros, todo aquello nos pareció muy kitsch y desangelado.
Esta cueva es famosa tanto por su interior como por su exterior. Este último destaca por la gran fila de estatuas de 150 monjes de piedra que portan el típico bol de la ofrenda. Si seguís el camino de los monjes llegaréis hasta una piscina de agua natural frecuentada por gente local y en la que os podréis dar un baño (no es necesario pagar un ticket de entrada).
La cueva ees alargada y se va estrechando hasta llegar a un entrante a modo de un pequeño altar con estupas. Como entras en un lugar sagrado es necesario descalzarse y cubrirse un poco los hombros (si vas en tirantes) y las piernas (si llevas shorts).
Saddan es la cueva más grande de toda esta ruta. Nos llevó un buen rato llegar porque pasamos por caminos que estaban en bastante mal estado, pero que pasaban por bellos paisajes llanos con cultivos de arroz. Pasamos por distintas zonas rurales y en todas ellas siempre había alguna persona o niño saludándonos. Lo cierto es que en todo el viaje por Myanmar el trato con nosotros fue muy bueno, pero en esta zona fue especialmente agradable.
Tras un buen rato sorteando baches, barro y todo tipo de carreteras en muy mal estado por fin llegamos a Saddan. El acceso se realiza a través de unas escaleras que suben hacia el hueco de la cueva.
El interior es bastante amplio y al fondo hay una imagen de un Buda reclinado dorado. A su izquierda hay un camino hacia el interior de la cueva que decidimos tomar sin saber exactamente hacia dónde iba. Lo que pasó a continuación te lo contamos aquí en un post mucho más extenso.
Para resumir, Saddan es una cueva muy profunda y que cuenta con galerías muy grandes y espectaculares que hay que recorrer descalzo sobre el barro. En algunos puntos tiene luces de colores, pero es muy recomendable llevar una linterna.
Pues bien, nosotros no teníamos linterna y fuimos siguiendo a un chico birmano que nos encontramos allí dentro que llevaba una pequeña linternita. El chico no sabía inglés. Nos fuimos metiendo cada vez más en la cueva sin saber hacia dónde íbamos y cada vez estábamos rodeados de más murciélagos.
Tras unos buenos 20 minutos por fin vimos una salida. Y lo que nos encontramos allí fue espectacular: una bahía preciosa, lo más parecido a Shangri-La. Y también una señora con una barca que nos pidió 6.000 kyats para llevarnos suponíamos que de vuelta a la entrada principal. Era pagar o dar media vuelta sobre nuestros pies embarrados y bajo los murciélagos. Pagamos la barca.
Nos aventuramos y el paseo en barca nos encantó. Duro unos 30 minutos y estuvimos navegando sobre aguas tranquilas, prácticamente a solas durante todo el camino y rodeados de un paisaje verde y selvático. Realmente nos pilló muy por sorpresa y estábamos boquiabiertos. Las imágenes hablan por sí solas.
Tras la adrenalina de Saddan seguimos por un camino súper embarrado y bacheado hasta el Jardín de Lumbini (también llamado Buda Park). Aquí encontraréis más de un centenar de estatuas de Buda dispersas de forma totalmente geométrica en largas filas.
El lugar es tranquilo y con un paseo por allí ya tenéis más que suficiente. La verdad es que resulta un poco raro ver tantos Budas dispuestos de esa manera tan especial. Pero si queréis más, debéis saber que el jardín también es el lugar de inicio de una ascensión de 725 metros hasta el monte Zwegabi.
El trayecto de subida puede durar unas dos horas, aunque conviene ser muy consciente de que en época de lluvias suele llover bastante fuerte cada tarde. En lo alto del monte Zwegabi hay un monasterio budista en el que se supone que puedes pernoctar gratuitamente.
Nosotros no subimos básicamente porque no teníamos esta información y porque habíamos empezado la ruta bastante tarde y temíamos que anocheciera sin poder ver el resto de cuevas (de hecho, no paramos para comer para poder ver el máximo de templos).
La entrada a los jardines es gratuita.
Proseguimos la ruta para llegar al espectacular monasterio de Kyauk Kalap. Este recinto está situado en lo alto de una roca de grandes dimensiones que parece aguantarse por una puntita y está rodeado por un gran lago de forma circular. La vista del monasterio es espectacular. De hecho, empezamos a pensar en ir a Hpa-an mientras estábamos visitando el norte de Myanmar tras ver una foto de este lugar por redes sociales.
El acceso se hace mediante un puente. Al llegar vimos diversos espacios que usan los monjes que habitan allí en su día a día como el lavadero. Caminamos por la zona y nos los encontramos arreglando parte del suelo empedrado de la base del monasterio.
A continuación, subimos las escaleras que nos llevan hasta lo alto y os encontramos a un grupo de turistas asiáticos arrodillados frente a un monje que les dedicaba unas palabras.
Ni que decir que la vista desde lo alto la vista es más que espectacular y se aprecia el conjunto religioso que forman el monasterio y un par de templos muy grandes que hay alrededor del lago (menos llamativos, pero muy venerados por la gente local).
El cielo cada vez se nublaba más a medida que avanzaba la tarde y quedaba poco para que anocheciera. Así que acordamos con el conductor que Yathaypyan sería el último punto de la visita. Normalmente la ruta suele incluir un templo o dos más.
Esta cueva cuenta con una de las entradas más bonitas y está decorada con un gran número de estatuas de Buda y de monjes en fila con el habitual bol de la ofrenda, una de las estampas que más repiten a lo largo de todo el país.
En el interior también parecía haber un camino que se adentraba, pero tras la aventura en Saddan y que empezaba a llover, desistimos explorarla por dentro.
Como curiosidad esta es una zona en la que hay monos que capan a sus anchas y que suelen merodear cerca de los lavabos que hay a la derecha del acceso de la cueva. De hecho, empezaron a rodearnos y nos fuimos. Están bastante acostumbrados a la gente y son muy listos, así que no saquéis nada de comer por allí desaparecerá a manos de un mono.
Tras la visita a esta cueva emprendimos el viaje de regreso y como era de esperar empezó a diluviar.
Tenéis que saber que además de todas estas cuevas también podéis ver otros puntos de interés por la zona como la Bat Cave (su nombre lo dice todo), el Buda Valley (muy similar al jardín de Lumbini) o Kawgun Cave, una de las cuevas más espectaculares en la que encontraréis casi un millar de estatuas de Buda (la entrada es de pago).
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