Superada la primera fase del confinamiento debido a la Covid-19 en la que hemos arrasado con los productos de primera necesidad como el papel de water o la carne, estudios recientes indican que ahora que tenemos más tiempo lo aprovechamos para cocinar. Nos estamos montando la pastelería y el bar en casa y lo sabes.
La cocina es una buena oportunidad para viajar mentalmente, así que hemos recopilado algunas tradiciones gastronómicas en forma de platos típicos de Semana Santa o de Cuaresma para viajar por el mundo desde casa durante estos días y que se suma a nuestros posts gastronómicos.
En origen, la abundancia del carnaval (no sólo en lo festivo, también en lo culinario) daba paso a las comidas austeras de Semana Santa que tenían su punto culminante en el ayuno completo del Viernes Santo y el Miércoles de Ceniza. La moderación también se extendía a los seis viernes de cuaresma en los que la abstinencia era sólo de carne.
Los pescados, y en especial el bacalao, se abrían paso en esta época y por eso es uno de los platos más tradicionales en Europa y América Latina durante estas fechas. Como curiosidad, en Ecuador se cocina la fanesca, un sopa preparada con vegetales, granos de cereales, y bacalao salado, que se acompaña con un postre de dulce de higos con queso. El plato representa a Jesús con el bacalao y a los doce discípulos o las doce tribus de Israel con su variedades de granos.
En España, uno de los platos más populares es el Bacalao de Cuaresma, que se acompaña de una verdura de temporada como es la alcachofa además de vino blanco, perejil, azafrán, harina, aceite de oliva, pimienta negra en grano, ajo, sal y huevo duro para decorar. Todo pasado por la sartén.
Si en Semana Santa se debía comer con moderación, ¿por qué el cordero es otro plato típico de éstas fechas? La Cuaresma hace referencia a los 40 días del ayuno de Jesús en el desierto y es durante ese período en el que se evita la ingesta de carne. Pero ese lapso acaba el Jueves Santo cuando se inicia la Pascua y vuelven platos más frugales. El fin de la abstinencia se celebra con cordero, un animal simbólicamente sagrado.
Le navarin d’agneau es un plato muy típico francés por estas fechas que cocina con cordero lechal en forma de estofado con verduras como nabo, ajo, cebolla, tomate, zanahorias y patatas.
Un plato típico made in Spain muy fácil de cocinar en ésta época es el potaje de vigilia, que tradicionalmente se ha servía los viernes de cuaresma. Este caldo se acompaña legumbres (pueden ser garbanzos o alguna judía blanca) y se cuece con espinacas, cebollas, ajos, aceite y huevo duro. La variante vasca es el potaje capuchino -sin pescado pero con alubias-.
Los días de Cuaresma también son la inspiración de los romeritos mexicanos. Tendréis un poco complicado cocinarlo si no tenéis romerito, una hierba silvestre que crece en las milpas (no confundir con romero). Se cocina con un mole, una elaborada salsa con chile y otras esencias. El plato final se acompaña de una ‘tortilla’ de camarón seco y patatas.
Una exquisitez que también suele estar presente en Navidad.
Uno de los eternos platos típicos de Semana Santa. Nada más fácil que cocinar una rebanada de pan (habitualmente de varios días) empapada en leche, almíbar o vino que se reboza en huevo y se fríe en una sartén con aceite. Esta receta es muy popular en toda Europa y se acaba con un endulzado con miel, melaza o azúcar y se aromatiza con canela.
En Asturias, son denominadas “picatostes” y, junto a los “frixuelos”, son un dulce típico de las celebraciones del Antroxu (Carnaval). En Cantabria son conocidas como “tostadas” y se elaboran de manera parecida al resto de España pero se consumen en Navidad en lugar de en la Cuaresma.
Esta receta es muy casera, aunque también hay variedades veggies y con chocolate.
Durante siglos, el huevo ha sido sinónimo de fertilidad, esperanza y renacimiento. Los primeros cristianos consideraron el huevo como un símbolo de la resurrección de Jesús y durante la Edad Media en Pascua se pintaban de colores y se consideraban objetos muy preciados en países como Alemania, Irlanda o Italia. Representaban el regocijo y la vuelta a la alegría.
A principios del siglo XIX, en Alemania, Italia y Francia, aparecieron los primeros huevos hechos con chocolate con pequeños regalos adentro que se solían regalar el Domingo de Resurección.
Esta receta pondrá un poco de dulce a estas fechas.
Este panecillo especiado hecho con pasas de Corinto se come en Islas Británicas, Australia, Canadá, Irlanda, Nueva Zelanda, Sudáfrica y algunas partes de las Américas. La cruz superior representa la crucifixión de Jesús y las especias de dentro los compuestos que se usaron para embalsamarlo en su entierro.
El folklore inglés incluye muchas supersticiones alrededor de estos bollos. Una de ellas dice que los horneados y servidos el Viernes Santo no se echarán a perder ni se enmohecerán durante el año siguiente. Otra, alienta a mantener un bollo con fines medicinales porque puede ayudar a recuperarse.
Si se toma en un viaje por mar, se dice que los bollos cruzados calientes protegen contra el naufragio. Si se cuelgan en la cocina, se dice que protegen contra incendios y aseguran que todos los panes salgan perfectamente.
Seguro que con esta receta también os revitalizaréis y es uno de los platos típicos de Semana Santa muy fáciles de hacer.
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