Cuando viajé a Nueva York conocía a una persona que hacía tiempo que vivía allí. Me dijo: en NYC se rinde culto al dinero. En cambio, en Los Ángeles se rinde culto al cuerpo. Entonces, ¿qué pasa en San Francisco?
Ni una cosa ni la otra. Se rinde culto a la contracultura, al ser diferente. Es la meca de lo”cool”. Pero sus habitantes no parecen tan obsesionados ni por el dinero, ni las por las apariencias. Simplemente hacen lo que quieren.
San Francisco: meca cool
En los años sesenta y setenta, las calles fueron tomadas por jóvenes a favor de la revolución sexual y en contra de la guerra de Vietnam. Hoy, la ciudad que vio nacer a los primeros hipsters (por cierto, hace más de 50 años), intenta sobrevivir a los altos precios de los alquileres.
Los ricos influencers de Silicon Valley abren sus startups en locales situados en barrios rodeados de sin techo (como la sede de Twitter en Tenderloin). Vive y dejar vivir.
Si viajas por Estados Unidos te das cuenta de que San Francisco es una ciudad diferente. Cuenta con tradición e historia, pero siempre está a la vanguardia de todo. Además, puedes visitarla callejeando y eso se agradece en un país con grandes junglas de asfalto como Los Ángeles.
Si tienes pensado viajar a San Francisco, te recomendados este recorrido que hicimos durante cuatro días por las zonas más conocidas de la ciudad. ¡Sigue leyendo!
Día 1. Height y Painted ladies
Visita al Barrio de Haight
Aun quedan hippies colgados durmiendo cerca de la entrada al Golden Gate Park a la altura de la calle Haight. Esta calle hasta el cruce con la calle Asbury fue el epicentro revolucionario en 60′ y 70′. Por allí fumaban marihuana y bebían bourbon Janis Joplin y Jimmy Hendrix entre muchos otros hippies.
Hoy la calle sigue viviendo de recuerdos, aunque también encontrarás bares bistro de comida orgánica, garitos musicales y tiendas de ropa vintage de todo tipo.
Amoeba Records es la tienda más influyente de la zona. Este gran espacio dedicado a la música organiza desde hace muchos años conciertos y firmas de discos. En definitiva, allí se mueve parte de la cultura local musical de la ciudad.
Para amantes de la música, no hay nada más mítico para hacer en San Francisco que pasarte un par de horas rebuscando entre las ofertas de Amoeba.
Painted Laides: vista de postal
Cruzamos el barrio y llegamos andando hasta Alamo Square, el lugar donde están situadas las famosas Painted Ladies. En la modesta colina frente a estas casas se amontonan la mayoría de turistas, ya que se consigue la mejor fotografía de las Ladies con el barrio financiero al fondo.
Estas casitas de colores simplemente son famosas por haber aparecido en centenares de películas y anuncios rodados en la ciudad.
Japantown: una pequeña muestra de lo que fue
Desde las Painted Ladies hacemos un paseo de unos 40 minutos para llegar a Japantown. Esta es una pequeña zona donde se instalaron los primeros comerciantes japoneses que llegaron a Estados Unidos allá por 1860. Hoy en día apenas quedan los santuarios y comercios que una vez existieron en la zona. En cambio, Chinatown está mucho mejor conservado.
La convivencia en Japantown nunca fue fácil para todos aquellos pioneros. Muchos llegaron a esta zona tras el gran terremoto de 1906, cuando se desplazaron hasta aquí procedentes de otro barrio japonés que había en la ciudad. El momento álgido se vivió durante la Segunda Guerra Mundial, cuando se convirtió en el principal área habitada por japoneses fuera del país. El único “pero” es que estaba en Estados Unidos, enemigo de Japón durante la guerra.
En 1942, los habitantes y descendientes de Japantown fueron expulsados por el presidente Rooosvelt y poco quedó de la herencia del país del sol naciente en la ciudad.
Nos acercamos hasta el Japan Center, un centro comercial lleno de tiendas y restaurantes japoneses. Uno de los mejores sitios para cenar allí es el restaurante Kui Shin Bo, un local con auténtica comida japonesa y un menú por unos 10$ con platos deliciosos. Muy recomendable.
En la Plaza de la Paz cerca del Japan Center puedes ver la pagoda regalada por la ciudad de Osaka.
No muy lejos allí, junto a Bush St. entre Webster St y Fillmore St se conserva el Cottage Row, un jardincito declarado paraje histórico porque se pueden ver pequeñas casitas de madera donde vivían los japoneses.
No es muy espectacular, pero es de lo poco que queda de aquel Japantown.
Día 2: Castro, el barrio gay y Mission
Recorrido por Castro, el barrio LGTBI
Castro es el barrio emblemático por excelencia para la comunidad LGTBI. A mediamos de los 70, muchos homosexuales dejaron de esconderse y empezaron a reclamar sus derechos. Allí Harvey Milk fue elegido el primer cargo político abiertamente homosexual del país.
Las banderas son las protagonistas de Castro. La más grande ondea en la intersección de la calle Market, Castro y la calle 17. Cerca de la salida del metro, encontramos el memorial a Harvey Milk.
Fuimos una mañana a Castro y no encontramos a demasiada gente por las calles ni muchas tiendas abiertas, así que supongo que para ver el ambiente de esta zona es mejor acercarse por la tarde o de noche. Castro ofrece todo tipo de servicios orientados para gays y lesbianas: teatros, agencias de viaje, librerías, etc. Si tienes tiempo, otra buena opción es subir hasta el Mirador de Twin Peaks, cerca de la calle Market y desde donde podrás ver una de las mejores vistas de la ciudad.
Mission, el barrio latino
La frontera entre el barrio gay y el barrio latino empieza a partir del Mission Dolores Park, uno de los mejores parques de la ciudad. Es un buen lugar para descansar un rato tras un buen paseo. Para llegar hasta los famosos murales de Mission hay que andar cerca unos 30 minutos. A medida que vamos adentrándonos en el barrio, cada vez escuchamos a menos gente hablar en inglés y a más en español.
Mission está lleno de locales de tacos y burritos, tiendas de vegetales y de souvenirs de parafernalia mexicana del Día de los Muertos.
Ni qué decir que es uno de los mejores sitios de la ciudad para comer. Se ofrece buena comida mexicana (principalmente) a precios competitivos.
Hay tres puntos para ver los conocidos murales reinvidicativos del barrio. Nosotros nos acercamos hasta los murales de Balmy Alley, entre Treat Ave y Harrison St.
Es un pequeño callejón por el que no pasa mucha gente pero que cuenta con pintadas bien conservadas dedicadas al cine mexicano, hitos políticos del barrio o ecologismo.
Día 3: Golden Gate y Chinatown
Cruzar el Golden Gate a pie
Por fin llegamos al puente del Golden Gate, el gran emblema de la ciudad que une la Bahía de San Francisco. Para llegar es aconsejable tomar el bus 101 y bajarse en el mirador de Fort Point que hay justo antes del inicio del puente. Allí hay un pequeño centro de interpretación donde explican la historia de la construcción y una tienda de souvenirs.
También hay una sección de uno de cables de acero formado por 27.572 alambres que se utilizaron para construir el puente y resistir las fuertes rachas de viento.
Se tarda casi una hora en cruzar andando los 2,7 killómetros de largo que mide el puente que conecta con Sausalito, pero cruzarlo a pie merece la pena. Caminas sobre una acera que hay a lado y lado de la carretera. También es buena opción cruzarlo en bicicleta.
Es bastante impresionante darte cuenta de la altura y longitud del Golden Gate. Por cierto, es uno de los lugares preferidos para suicidarse en San Francisco.
Una vez llegamos al otro extremo hay dos miradores: Vista Point (Sausalito), al que se accede nada más cruzar, y Battery Spencer, situado en lo alto de una colina. Desde este último se ve la mítica vista del puente desde lo alto con la ciudad de San Francisco al fondo.
El camino hasta Battery Spencer es bastante empinado si lo haces andando. Nosotros no llevábamos comida, ni teníamos coche y estábamos cansados, por lo que decidimos no subir y regresar a la ciudad montándonos en uno de esos buses turísticos conducido por el tipo menos convencional de la ciudad que había por allí.
Golden Gate Park: un enorme parque
El Golden Gate Park no está muy lejos y es un buen lugar para pasar la tarde paseando. En nuestro caso estuvimos paseando antes de ir al puente y nos sorprendió las grandes dimensiones del parque.
Ojalá todas las ciudades contaran con un lugar así de espacio verde para disfrute de sus ciudadanos.
Visitar Chinatown en San Francisco
Al contrario de lo que pasa en Japantown, en Chinatown es muy fácil sentirte como en China. Una vez te alejas de la abarrotada calle principal Grant Ave, encuentras restaurantes únicamente frecuentados por chinos, tiendas de frutas exóticas y peluquerías orientales.
También es un buen lugar para comer barato. De hecho, hay muchos turistas en los numerosos restaurantes y bares de la zona.
A Chinatown se accede a través de la Puerta del Dragón. Nos acercamos hasta Spofford Alley, el lugar donde Sun Yat-Sen urdió una conspiración para destronar al último emperador chino, aunque lo que nos encontramos fueron discretos locales donde se jugaba al mahjong.
Por cierto, si buscas souvenirs baratos de San Francisco, Chinatown será la meca de tus compras low-cost.
Día 4: Downtown y tranvías
Cable Car al Downtown de San Francisco
El Downtown está cerca del barrio chino. La plaza Union Square es el epicentro de esta zona de grandes centros comerciales y tiendas de lujo. En esta plaza acaba y comienza una de las líneas más concurridas y espectaculares de los Cable cars, los antiguos tranvías de San Francisco.
Hoy son sólo una atracción turística, ya que tuvieron que ser retirados debido al alto precio de mantenimiento y sólo quedan unas pocos líneas de recuerdo. La cola para subirse en el tranvía es de infarto desde primera hora de la mañana.
Una de las líneas de Cable pasa bastante cerca de la famosa calle de curvas Lombard Street. Hay mucho jaleo tanto para bajarla en coche, como para hacerlo a pie.
El centro financiero no es una zona muy grande y de noche hay bastantes sin techo rondando por allí. Cerca de Union está el barrio de Tenderloin, uno de los más deprimidos de la ciudad. Es muy probable que si buscas alojamiento barato en la ciudad encuentres hostales en esta zona.
Conviene saber con qué panorama puedes encontrarte de noche antes de reservar allí. San Francisco es una ciudad con bastantes sin techo, muchos de ellos veteranos de guerra que sobreviven como pueden en la ciudad.
Leones marinos en el Fisherman’s Wharf
El paseo de los domingos en San Francisco consiste en ir al muelle Fisherman’s Wharf para ver tiendas de ropa, ir a la feria, o comer cangrejo. Esta zona es curiosa por la mezcla de olor a fritanga y el ambiente desenfadado y familiar de domingo.
En el muelle 39 podrás ver leones marinos tumbados al sol. Hay cerca de unos 130 ejemplares.
Desde Fisherman’s Wharf es muy recomendable caminar a lo largo del Maritime National Historial Park, donde podremos pisar una pequeña playa y caminar sobre un espigón que se adentra en el mar y desde donde tendremos buenas vistas a Alcatrazz.
A continuación, subimos la colina de Black Point. Desde lo alto veremos la silueta del Golden Gate al atardecer. Es uno de los mejores lugares para fotografiar el Golden Gate desde poniente.
Si vas en viernes es muy recomendable bajar la colina hasta el principio de la Calle Marina Boulevard. Allí tiene lugar a partir de las 17:00h Off the grid, un mercado gastronómico que caravanas vintage donde se sirven hamburguesas y comida orgánica gourmet.
Hay música y puedes tomarte una cerveza por unos 7$ (el precio estándar en Estados Unidos).
Si tienes tiempo suficiente y deseas caminar más (el recorrido previo dura un rato largo) puedes seguir por Marina Boulevard hasta llegar al pie del famoso puente.