Cuando organicé un viaje para visitar el castillo de Neuschwanstein en Baviera me quedé sin las entradas anticipadas que vende la web oficial. Según me dijeron en la Oficina de turismo de la ciudad, sólo tenía dos alternativas: hacer las largas colas de hasta cuatro horas que se forman en la entrada de Neuschwanstein (todavía más si lo visitáis en primavera y en feriado nacional, como fue mi caso) o ir en una excursión mucho más completa que incluyera Linderhof y el bonito pueblo de Oberammergau. Sólo así tenía asegurada la entrada a Neuschwanstein.
Optamos por hacer el tour y la experiencia acabó siendo una interesante excursión de un día desde Múnich que nos permitió conocer con más detalle la obra y personalidad de Luis II, el joven heredero al trono de Baviera que impulsó ambos palacios en plena revolución industrial cuando ya no era necesario levantar grandes fortificaciones para defender reinos.
Porqué Neuschwanstein y Linderhof paracen castillos de cuento: el ideal romántico de Luis II
La revolución industrial ya estaba en marcha y las casas reales europeas contaban desde hacía siglos con palacios emblemáticos como Versalles, Buckingham o el Palacio Real. Entonces, ¿por qué construir Neuschwanstein en 1869?
Admirador del renacimiento, de leyendas medievales como Tristán e Isolda, del absolutista Luis XIV de Francia (también llamado el Rey Sol) y mecenas de Richard Wagner, Luis II de Baviera decidió, nada más acceder al trono, dejar los asuntos de estado al parlamento para dedicarse en cuerpo y alma a su gran pasión: impulsar la construcción de grandes castillos en homenaje a sus inquietudes artísticas. Sin reparar en gastos, como si no importara nada más y sin construcciones defensivas.

Entre todos los tres palacios que promovió, Herrenchiemsee, Linderhof y Neuschwanstein, éste último estaba destinado a ser la joya de la corona, pero sólo pudo ver terminado el Linderhof, inspirado en estancias de Versalles y palacetes florentinos. Todos tienen su qué, pero el más simbólico es Neuschwanstein, donde los ideales del romanticismo por el medievo, las leyendas, el yo, la creatividad o la nostalgia se palpan en cada centímetro del castillo, del que Walt Diseny tomó la inspiración para crear los suyos en los parques temáticos.
Luis II (también conocido como el “Rey loco”) murió en extrañas circunstancias tras que el parlamento de Baviera le declarara mentalmente desequilibrado y antes de ver finalizada su gran obra. En vida, apenas pasó más de 100 días entre las paredes de Neuschwanstein y dejó al reino de Baviera con enormes deudas debido al gran gasto contraído para construir el castillo.
Tras su muerte, lo acabaron como pudieron y el gobierno decidió abrirlo al público para conseguir el dinero necesario para liquidar las deudas.
Hoy en día es uno de los destinos turísticos más populares de Alemania y recibe 1,4 millones de visitantes al año. El rey no tan sólo dejaría deudas, también un legado arquitectónico único y admirado.
Visitamos el Palacio de Linderhof inspirado en Versalles
Al día siguiente de llegar a Múnich iniciamos la excursión a los palacios en un autocar con guía.
Linderhof es un pequeño palacete situado a poco más de una hora de la capital bávara y muy cerca del pueblo de Oberammergau. Allí, Luis II ordenó construir en el coto de caza de su padre un pequeño palacete en 1870. No os esperéis una gran obra. Es un palacio bonito, pero no tiene nada que ver con la espectacularidad y las dimensiones de Neuschwanstein. El rey lo utilizaba como lugar de retiro y casi nunca recibía visitas.
La principal inspiración fue Luis XIV, el rey absolutista francés que ordenó construir Versalles y que fue apodado como el “Rey Sol”, puesto que estaba casi considerado como un Dios y adoptó el sol como elemento representativo de su reinado.

El interior de este palacio, donde está prohibido fotografiar el interior, es el más lujoso de los tres que ordenó construir y fue el único que vio terminado. Dentro se pueden visitar la mayoría de salas decoradas con joyas incrustadas. Por ejemplo, su dormitorio cuenta con una enorme araña de cristal con 108 velas y 500 kilos de peso. La visita se realiza con una audioguía.
Una de las partes más curiosas del palacio es el comedor. Allí la mesa principal cuenta con un peculiar sistema mecanizado que permitía al Rey bajarla para que sus criados la prepararan sin que él los viera. Otro lugar interesante es el quiosco morisco, donde Luis II presidía espectáculos nocturnos desde un trono con motivos reales. Sin duda, fue un hombre que había nacido en otra época.

El exterior cuenta con unos bonitos jardines de estilo francés que incluye fuentes y estanques ornamentales.
Horarios del Palacio de Linderhof y cómo llegar
- Del 15 de abril al 15 de octubre: De 9:00 a 18:00
- Del 16 de octubre a marzo: de 10:00 a 16:00
- Cerrado el 1 de enero, los martes y los días 24/25/31 de enero
Si optáis por visitarlo por libre podéis llegar en coche o bien con el autobús nº9622 que sale desde Oberammergau nueve veces al día. El último servicio de vuelta es a las 18:00.
Precio de la entrada:
- 8,50€. Podéis por comprar los tickets por avanzado, pero se recomienda reservar primero Neuschwanstein. Con el tour, las entradas se deben abonar al guía ya que la visita está garantizada.
Qué ver en Oberammergau , el pueblo donde siempre es Navidad

La siguiente parada fue Oberammergau, un pueblo pintoresco rodeado de un bonito paisaje que ya impacta desde el bus. Su principal atractivo son las enormes casas tradicionales bávaras talladas en madera y decoradas con llamativos murales con ilusiones ópticas, los Lüftmalerei. Uno de los máximos exponentes los encontraréis en la Pilatushaus.

El pueblo también es conocido en Alemania es por la representación de la Pasión de Cristo. Los vecinos la representan cada 10 años desde hace 377 años en el Passionstheater como promesa a Dios por haber superado la peste. Esto, unido al entusiasmo con el que los alemanes celebran el adviento, hace que Oberammergau sea uno de los destinos preferidos en Navidad. Los tickets para ver la representación se agotan muy fácilmente.
En diciembre el pueblo se ilumina y las calles se llenan de paradas en las que se vende vino caliente. Por eso, no es de extrañar que durante todo el año las tiendas de souvenirs vendan figuritas de madera con motivos navideños. Puede resultar un poco freak llegar en julio y encontrarte con todo un pueblo que espera la llegada de diciembre, pero así es Oberammergau.

Lo mejor que podéis hacer es callejear un poco y perderos por los rincones de este peculiar pueblo.
Visitar Neuschwanstein sin colas

Como os he comentado, una de las ventajas del tour combinado a Neuschwanstein y Linderhof es que si no habéis podido comprar las entradas por anticipado a través de la web del castillo, no tenéis que preocuparos puesto que el guía tiene preferencia para comprarlas. El riesgo de no reservar es tener que hacer una larga cola de 2-3h en las taquillas del castillo.
Si vais en el tour, la entrada al castillo no es obligatoria y os podéis quedar por los alrededores.
Por cierto, frente al Neuschwanstein podéis visitar el castillo Hohenschwangau, la residencia de infancia de Luis II. Fue construido por su padre el rey Maximiliano II de Baviera y los tickets sólo se pueden comprar en las taquillas.

Las mejores vistas de Neuschwanstein en Marienbrücke
Muy justas de tiempo, decidimos correr para ver antes de entrar al castillo las mejores vistas de su impresionante fachada. El mejor lugar es Marienbrücke, un puente situado a unos 15 minutos de la entrada principal. El camino está señalizado y se toma desde el pie de Neuschwanstein tras subir las escaleras.
El camino os llevará hasta Marienbrücke, un puente colgante que atraviesa el desfiladero de Pöllat en los alpes bávaros. Cuando fuimos, el puente estaba cerrado por obras de mantenimiento, pero encontramos un lugar alternativo en un pequeño saliente desde donde se podían ver vistas muy similares.

Interior de Neuschwanstein y sala del trono
Una de las cosas que debes saber antes de entrar a Neuschwanstein es que su interior apenas tiene unas pocas salas terminadas. El castillo cuenta con 200 cuartos, pero la visita sólo recorre unas 10 estancias decoradas profusamente tras la muerte del Luis II. No decepciona si ya lo sabes por avanzando . Al tener poco más de 100 años, el palacio está bien conservado y se aprecia esa fascinación (o locura para algunos) por transmitir a través de la decoración lo mejor de cada época artística.
Durante la II Guerra Mundial los nazis lo utilizaron para esconder obras de arte. Las fotografías no están permitidas. En uno de los niveles hay un balcón desde donde podréis ver las espectaculares vistas a Hohenschwangau y a los alpes.

En los pisos inferiores del palacio están las oficinas y los cuartos de servicio que hoy albergan la administración del castillo. Los pisos superiores contienen los cuartos de estado, los más pomposos. El edificio delantero tiene en su tercer nivel los cuartos residenciales y un nivel más arriba está la “Sala de los cantores” (Sängersaal). El nivel superior del edificio trasero está ocupado casi en su totalidad por la “Sala del trono” (Thronsaal).
La sala dorada del trono, de inspiración bizantina y renacentista, está decorada con suntuosas arcadas doradas y es una de las estancias más espectaculares. También destaca el dormitorio de Luis II (de estilo gótico tardío) y el vestidor, lleno de cortinas. Como el castillo es una construcción reciente se incluyeron elementos innovadores para la época como un sistema de timbres, calefacción e incluso red eléctrica.

El interior contiene numerosas referencias leyendas medievales y al Santo Grial. Una de las salas más extrañas es la gruta. Simula una cueva iluminada por colores verdosos o lilas y originalmente estaba planeado que tuviera una cascada artificial y una máquina para hacer arco iris. Representa la gruta de Hörselberg en conexión con la ópera Tannhäuser de Wagner y está conectada invernadero.
Wagner y su obra también están muy presentes en las pinturas que decoran el castillo, que representan temáticas centrales de las obras de este autor gran amigo del rey.
Precio de las entradas y horarios de Neuschwanstein
La entrada individual cuesta 13€ e incluye una audioguía en castellano. Hay un ticket combinado para ver el palacio de Hohenschwangau (25€), la residencia del padre de Luis II situada al pie de Neuschwanstein.
Horario:
- De abril a 15 octubre: 9:00 a 18:00 h
- De 16 octubre a marzo: 10:00 a 16:00 h
- Abierto diariamente excepto el 1 de enero y el 24, 25 y 31 de diciembre.
Por cierto, cerca de Neuschwanstein también podéis visitar el castillo de Hohenschwangau, a unos pocos metros. Esa fue la residencia de Luis II de pequeño y fue construido por su padre Maximiliano II de Baviera. Las entradas sólo se pueden comprar en la oficina de venta de tickets del castillo.

Cómo llegar a Neuschwanstein
El palacio está situado a unas dos horas de Múnich cerca de la localidad de Füssen.
La opción más económica pero lenta es comprar el billete Bayern Ticket que permite viajar durante todo un día en tren a partir de las 09:00h (28€) y parar en el pueblo de Füssen. Desde aquí, hay que subir al bus 73 o 78 que paran al pie del castillo.

Si te has quedado sin poder hacer la reserva previa (como nos pasó a nosotras), es recomendable reservar el tour en bus que sale desde Múnich que incluye la visita al palacete de Linderhof y al pintoresco pueblo de Oberammergau. Los tickets para esta excursión de ida y vuelta también pueden comprarse hasta las 18:00 del día anterior a las visita en la oficina de información situada al lado de la estación principal de Múnich. Los precios de la excursión no incluyen la entrada a los castillos.
Subir al castillo de Neuschwanstein
Se tardan unos 30 minutos en subir a pie hasta las puertas del palacio de Baviera.
Otra opción es hacerlo en un coche de caballos que sale desde las taquillas o en un bus que para en el mirador Jugend, a unos 10 minutos de la entrada. Subir en transporte también puede suponer hacer colas.
Visitar Neuschwanstein+Linderhof+Oberammergau
Visitar Neuschwanstein+Linderhof+OberammergauMás sobre Alemania:
- Ruta en tren por Alsacia y la Selva Negra: Estrasburgo, Colmar y Friburgo
- Berlín en 4 días o más: 15 planes para descubrir la ciudad
- Berliner Unterwelten: búnkers y túneles de Berlín
- Los mejores mercados de Navidad en Berlin
- Navidad en Friburgo 2019: qué mercados visitar, alojamiento
- Ruta romántica por Alemania de dos días: De Wurzburg a Donauwörth
- Qué ver en Nördlingen, el pueblo dentro de un cráter de la Ruta romántica
- Visitar Dinkelsbühl, encanto alemán en Baviera