Neuschwanstein es uno de los castillos más espectaculares de Europa. También cuenta con una curiosa historia detrás. Si bien las torres y la fachada pueden remitirnos a época medieval, lo cierto es que el Neuschwanstein empezó a construirse en 1866.
En la Europa previa a la entrada en el siglo XX ya no era necesario levantar grandes fortificaciones para defender reinos. La revolución industrial ya estaba en marcha y las casas reales europeas contaban desde hacía siglos con palacios emblemáticos como Versalles, Buckingham o el Palacio Real.
Entonces, ¿por qué construirlo?
El ideal medieval de Luis II
Neuschwanstein surge como una iniciativa del joven heredero al trono de Baviera, Luis II.
Admirador del renacimiento, de leyendas medievales como Tristán e Isolda, del absolutista Luis XIV de Francia (también llamado el Rey Sol) y mecenas de Richard Wagner, al acceder al trono decidió dejar los asuntos de estado al parlamento para dedicarse a su gran pasión: impulsar la construcción de grandes castillos en homenaje a sus inquietudes artísticas. Sin reparar en gastos, como si no importara nada más.
Entre todos las palacios, Neuschwanstein iba a ser la joya de la corona. Otras iniciativas del rey se inspiraron en estancias de Versalles o palacetes florentinos, pero su gran sueño se basaría en un ideal medieval y en literatura fantástica.
¿Podrían las hadas habitar un castillo así? ¿O Cenicienta? Cuando Walt Disney vio este palacio lo tomó como base de inspiración para crear el castillo de sus parques temáticos. Algo de mágico tendrá.
Luis II (también conocido como el “Rey loco”) murió en extrañas circunstancias tras que el parlamento de Baviera le declarara mentalmente desequilibrado y antes de ver finalizada su gran obra.
En vida, apenas pasó más de 100 días entre las paredes de Neuschwanstein. Dejó al reino de Baviera con enormes deudas debido al gran gasto contraído para construir el castillo.
Tras su muerte, lo acabaron como pudieron y el gobierno decidió abrirlo al público para conseguir el dinero necesario para liquidar las deudas.
Hoy en día es uno de los destinos turísticos más populares de Alemania y recibe 1,4 millones de visitantes al año. El rey no tan sólo dejaría deudas, también un legado arquitectónico único y admirado.
Visitar Neuschwanstein
Salas interiores
El castillo cuenta con 200 cuartos pero sólo pueden visitarse algunas estancias.
La sala dorada del trono, de inspiración bizantina y renacentista, y el dormitorio de Luis II (de estilo gótico tardío) son dos de las habitaciones más espectaculares.
Al tener poco más de 100 años, el palacio está bien conservado y se aprecia esa fascinación (o locura para algunos) por transmitir a través de la decoración lo mejor de cada época artística.
También se incluyeron elementos innovadores para la época como un sistema de timbres y calefacción. La gruta es una de las salas más extrañas. Simula una cueva iluminada por colores verdosos o lilas.
También hay pequeño invernadero.
Además de la decoración, Neuschwanstein destaca por las pinturas que representan temáticas centrales de las obras Wagner, gran amigo del rey.
Precio de las entradas al castillo de Neuchswantein
El palacio está situado a unas dos horas de Múnich. Neuschwanstein es un destino muy popular y es muy recomendable reservar con antelación día y hora de visita a través de la web del castillo (Nota: sólo se puede reservar hasta las 15h dos días antes de la fecha elegida).
El riesgo de no reservar es tener que hacer una larga cola de 2-3h en las taquillas. También existe la opción de reservar un tour guiado con agencias que ofrecen packs combinados .
La entrada cuesta (12€) y también hay un ticket combinado para ver el palacio de Hohenschwangau (23€), la residencia del padre de Luis II situada al pie de Neuschwanstein. Con la entrada se incluye una audioguía en castellano.
Cómo llegar a Neuchswantein
La opción más económica pero lenta es comprar el billete Bayern Ticket que permite viajar durante todo un día en tren a partir de las 09:00h (28€) y parar en el pueblo de Füssen.
Desde aquí, hay que subir al bus 73 o 78 que paran al pie del castillo.
Si te has quedado sin poder hacer la reserva previa (como nos pasó a nosotras), es recomendable reservar el tour en bus que sale desde Múnich (54€) e incluye la visita al palacete de Linderhof y al pintoresco pueblo de Oberammagau.
Los tickets para esta excursión de ida y vuelta pueden comprarse hasta las 18:00 del día anterior a las visita en la oficina de información situada al lado de la estación principal de Múnich.
Subir al castillo de Neuchswanstein
Se tardan unos 30 minutos en subir a pie hasta las puertas del palacio de Baviera.
Otra opción es hacerlo en un coche de caballos que sale desde las taquillas o en un bus que para en el mirador Jugend, a unos 10 minutos de la entrada. Subir en transporte también puede suponer hacer colas.
La mejor vista de Neuchswanstein
Marienbrücke es un puente situado a unos 15 minutos de la entrada principal desde donde se puede ver la mejor panorámica del castillo (ver imagen superior).
Hasta julio de 2016 está previsto que esté cerrado por obras de restauración. Sin embargo, los visitantes de Neuschwanstein han abierto un camino alternativo tras las vallas para ver el castillo desde la mejor perspectiva.
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