El Palau Güell (Palacio Güell en castellano) quizás no sea el edificio de Gaudí más popular en Barcelona, pero cuenta con una peculiaridad interesante en la historia de la ciudad. Está situado en la calle Nou de La Rambla, a pocos metros de las Ramblas. Durante el modernismo buena parte de la burguesía catalana trasladó su residencia a zonas más espaciosas de la ciudad como el creciente Eixample , el Paseo de Gràcia o la zona alta en las faldas del Tibidado. Sin embargo, la familia Güell contaba con un edificio en propiedad en esa zona y la reconstrucción del palacio le fue encargada a Gaudí.
Gaudí ya había dejado parte de su reconocible estilo en la Casa Vicens en 1883, la primera casa que construyó en Barcelona rehabilitada hace tres años, y Eusebi Güell le encargó el proyecto iniciando así una fructífera colaboración que dio origen posteriormente a las Boguedas Güell (1891), el aclamado Parque Güell (1900) o la Cripta de la Colonia Güell (1908).
Si todavía no has hecho una visita al Palau Güell descubrirás un palacete con el reconocible sello de Gaudí : las formas de la naturaleza, la búsqueda de la luz y una azotea con unas vistas espectaculares sobre el Raval y el barrio Gótico de Barcelona.
Visita al Palacio Güell: tras los pasos de Gaudí en Barcelona
La primera obra de Gaudí para la familia Güell introdujo todos los elementos propios de la arquitectura del genio catalán: los detalles florales en el forjado de la entrada y de las ventanas, el uso de la cerámica a través de la popular técnica del trencadís, la búsqueda de la luz en los patios de luces interiores diseñados para una mayor eficiencia en la ventilación o el uso del vidrio, la madera o la piedra como elementos ornamentales.
Además anticipó otra de sus obras más celebradas con una azotea de modernas líneas ondulantes y chimeneas y conductos de ventilación reconvertidos en formas flores y guerreros que luego desarrollaría mucho más en La Pedrera.
El Palau Güell también cuenta con una fachada marca de Gaudí, pero que la estrechez de las calles del Raval impide admirarla en plenitud y con perspectiva. Por cierto, si quieres hacerlo una buena opción puede ser la de alojarte en el hotel que hay justo en frente de la Casa.
Gaudí presentó hasta 25 propuestas diferentes para la fachada y finalmente se quedó con la actual de tres niveles donde destaca el uso de las líneas curvas (en el modernismo se huía de las formas rectas) de la piedra calcárea procedente de una pedrera en el Garraf propiedad de la familia Güell, una de las más importante familias industriales de Catalunya.
Horario de visita y precio de la entrada del Palau Güell
- Del 1 de abril al 31 de octubre: de 10h a 14h y de 16h a 20 h (cierre de las taquillas a las 19 h)
- Del 1 de noviembre al 31 de marzo: de 10 h a 13.30 h y de 14.30 h a 18 h (cierre de las taquillas a las 17 h).
- Últimos accesos: mañana: a las 12.30 h y tarde: a las 17 h
- Cerrado: lunes no festivos, 25 y 26 de diciembre, 1 y 6 de enero y la tercera semana de enero (por mantenimiento).
El precio de la entrada es de 12€, pero con motivo de la actual situación de pandemia y hasta nuevo aviso se aplica una tarifa reducida de 5 €. Puedes comprar tu entrada por anticipado en la web oficial.
TE PUEDE INTERESAR: Completa tu visita al Palau Güell con este tour guiado por que también incluye un recorrido por Las Ramblas y el mercado de La Boquería.
Sótano: el antiguo establo y zona de carruajes
El palacio de los Güell se ideó para asegurar la máxima confortabilidad y muestra de prestigio de tan insigne familia. En la zona baja de la vivienda Gaudí diseñó un sótano para tener un establo y unas caballerizas a las que se accedía a través una rampa suave adaptada a los caballos y de una rampa helicoidal, muy pronunciada y pavimentada con guijarros, utilizada por las personas.
El ladrillo es el gran protagonista de las caballerizas, que destacan por los capiteles y el techo abovedado completamente recubiertos de este material. Me recordó en parte a una zona el antiguo Hospital de Sant Pau, otra de las joyas modernistas de Barcelona.
En este mismo sótano hay un patio interior que airea la caballeriza y le da claridad, una de las obsesiones de Gaudí. Los caballos se dejaban al aire libre en ese pequeño espacio y el agua de la lluvia que caía se re-aprovechaba. Por cierto, no te vayas sin encontrar dos de las argollas con forma de unicornio utilizadas para atar a los caballos.
Planta baja y entresuelo: espectaculares escaleras de honor
El acceso al Palau Güell se realiza por una doble entrada desde la calle. Ambas puertas están recubiertas con hierro forjado diseñado por Gaudí. Las rejas representan dos serpientes que con sus colas forman las letras E y G (de Eusebi Güell), mientras que entre las puertas se sitúa otra celosía de hierro ornamentada con el escudo de Cataluña y un yelmo con un ave fénix. La doble entrada desde la calle facilitaba el movimiento de coches y carruajes (una puerta se utilizaba para entrar al edificio y la otra para salir) y permitía ver el exterior sin ser vistos gracias a la forja.
Sorprende el color oscuro de la piedra calcárea del Garraf para adornar parte de las estancias, ya que quizás un material más claro le hubiese dado un plus de luminosidad. Aquí la gran protagonista es la gran escalera de honor que conduce a la planta del entresuelo donde el patriarca Eusebi Güell contaba con su despacho de negocios, un archivo y la biblioteca del palacio.
Al final de la escalera encontramos una bonita vidriera con los colores de la Senyera, la bandera catalana. A continuación, se accede al vestíbulo donde destaca el uso del mármol en las paredes, el pavimento y el techo.
El vestíbulo da acceso a la planta noble a través de otra suntuosa escalera de honor de piedra realmente espectacular donde no te olvides de admirar el techo artesonado y la espectacular lámpara de época.
Planta noble: los lujos de los Güell sala a sala
La planta noble es sin duda la más espectacular del Palau Güell. Aquí encontrarás las estancias más importantes y el mayor trabajo de diseño en el interior. En la antesala ya verás unas bonitas vidrieras de cenefas inspiradas en diseños ingleses.
Me gustó especialmente la sala de confianza, utilizada por las familia como lugar de reuniones y tertulias y el lugar donde las hijas de la familia tocaban el piano. De hecho, podrás ver uno en la sala.
Al fondo, tras un cristal, se encuentra la sala de fumadores con una gran mesa y armario para guardar lo licores.
En el otro extremo encontrarás la sala de visitas, que era la estancia donde los visitantes se esperaban antes de entrar al salón central. Una pequeña sala junto a ésta era utilizada como tocador para las señoras antes de entrar a los eventos que organizaba la familia dentro. Aunque ahora está vacía, estaba decorada con muchos muebles, pinturas y otros objetos artísticos. Se trata de la zona más bonita, que además da acceso a través de la sala de los pasos perdidos al salón central.
Por cierto, no te olvides salir a la terraza posterior para contemplar la bonita fachada posterior.
Música y arte en el Salón central del Palau Güell
La visita al Palau Güell ya vale sólo la pena por esta sala. Se trata de una gran estancia a modo de eje vertebrador de todo el interior abierta en la zona alta a las plantas superiores. Es una sala diseñada para que tuviera una acústica excepcional puesto que se utilizaba como espacio para dar conciertos. Las visitas se situaban en este salón central junto al escondido teclado del órgano al derecha y un piso más arriba se disponían la orquesta y las corales.
Los tubos del órgano se sitúan muchos metros más arriba y son visibles desde el salón. En su día la mecánica diseñada para su funcionamiento fue la más larga del mundo para un interior. Me recordó en cierto modo a una iglesia con le órgano tan en lo alto. De hecho, en una de las paredes del salón encontramos una capilla-armario donde se celebraban oficios.
Como curiosidad de la visita, cada 30 minutos se escucha una canción relacionada con la época o la historia del Palacio para que puedas escuchar la formidable acústica del lugar. Cuando fui de repente empezó a sonar Els segadors y el efecto de escuchar música que parecía que salía de todos sitios fue espectacular.
Planta de los dormitorios: la zona privada familiar
El ámbito privado familiar se reservada para las plantas superiores. Sobre la planta noble se encuentran las estancias matrimoniales, los dormitorios de los hijos y la sala de baño. Se trata de una zona muy similar en concepto al diseño que podemos encontrar en el interior de la Casa Batlló o La Pedrera, obras también de Gaudí. Es decir, toda la planta se organiza a partir de un deambulatorio, una galería con ventanas que dan al salón central y que conecta las estancias.
Los dormitorios están en dos salas separadas (una para el marido y la otra para la mujer) aunque conectada por una estancia intermedia. El dormitorio de Isabel Güell tiene adornos arabescos. Desafortunadamente, la popular chaise longue que diseño Gaudí y tapizada con piel de vaca suiza no se encuentra expuesta. De hecho, la mayoría de salas están bastante vacías.
Es curioso observar que el lavabo, con el lavamanos y las dos tazas de water, están en tres excusados separados. Me hubiese gustado ver más muestras de mobiliario modernista, aunque si te queda con ganas puedes visitar en Barcelona el Museo del Modernismo, que contiene muchos muebles originales de la época.
Azotea del Palau Güell: vistas espectaculares del Raval y el barrio Gótico
Gaudí quería hacer espectacular la más mínima estancia aunque ésta no fuera visible o importante en una primera idea como es el caso de los patios de luces o las azoteas. En una visita al Palau Güell disfrutarás de lo lindo de la espectacular azotea.
Allí encontramos 20 chimeneas y una aguja central de 15 metros de alturas. Ambos elementos están construidos con un estilo y unos materiales que Gaudí repetiría en muchas otras otras en la ciudad. La chimeneas, un elemento que casi suele querer destacar aquí se convirtieron en 20 espectaculares monumentos de formas diferentes. Algunas parecen guerreros con el casco puesto y otras son formas más propias de la naturaleza como un bonito racimo verde dispuesto al revés. Ninguna es igual a la otra: todas tienen bases, troncos y capiteles de formas insólitas.
En el centro encontrarás la aguja central recubierta de una piedra de reciclaje también muy típica de Gaudía y que puedes ver por ejemplo en otras zonas del parque Güell. Desde el centro de Barcelona se observa la Catedral e incluso Colón y el aéreo de Barcelona. Me encantó encontrar otra azotea tan bonita como por ejemplo la de la Casa Batlló, que organiza durante el año incluso conciertos. De momento, puedes disfrutar de una visita al Palau Güell sin eventos, aunque quién saber si en un futuro se propondrá una agenda de actividades.
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