La gran variedad de paisajes de Catalunya nos permite disfrutar de preciosos pueblos en la costa, zonas boscosas de interior o de alta montaña como en la Vall d’Aran. Algunos son muy populares y no te sorprenderá nada encontrarlos en esta listado como es el caso de Cadaqués, Tossa de Mar o Rupit. Otros se han ido haciendo un hueco a medida que hemos priorizado las visitas de proximidad.
Conoce a continuación nuestro listado de 35 pueblos bonitos de Catalunya. Si crees que nos puedes recomendar algunos más no dudes en compartírnoslo para ampliarlo.
Peratallada (Baix Empordà): un pueblo construido en la roca
Se cree que el nombre de Peratallada (algo así como “piedra tallada”) hace referencia al foso excavado en la roca que circunda la población sobre el que se construyeron parte de las casas. En algunos puntos esa roca es visible, así que el nombre no puede ser más significativo.
Peratallada conserva un buen centro antiguo de aspecto feudal con calles estrechas y algunos detalles que aportan esa autenticidad que quizás ya no tienen otras villas como un antiguo pozo, un Castillo-palacio del siglo XI bien conservado y hasta una Torre del homenaje. La Plaza de les Voltes con sus porches donde hace años se celebraba un mercado (ahora ocupados por bares y restaurantes), la calles d’en Bas, Jaume o de la Roca, ésta última donde son visibles los cimientos de piedra, o las murallas exteriores son algunos de los puntos más bonitos del pueblo.
Una recomendación gourmet que seguro que te interesa: en la calle Mayor 13, la tienda Gelat artesà de Peratallada vende los que están considerados los mejores helados del Empordà.
Amplia más información: Peratallada y Monells, ruta por pueblos medievales del Empordà
Monells (Baix Empordà): Ocho apellidos catalanes se rodó aquí
Si te acercas en un día a Peratallada tienes a apenas unos 15 minutos en coche hasta otro de los pueblos bonitos de Catalunya: Monells. Saltó a la fama por ser el plató real de la película Ocho apellidos catalanes protagonizada por Dani Rovira. En concreto, era el pueblo independentista en el que vivía el personaje de Rosa María Sardà, la madre de Berto Romero en la ficción.
Es un pueblo con un núcleo medieval mucho más pequeño que Peratallada, pero en el que encontrarás algunos puntos interesantes como la popular (y cinematográfica) porticada Plaza de Jaume I que acogía el mercado medieval. En la misma podrás ver la gran casa señorial de principios del siglo XVII, el Palauet de Monells, que conserva una volta catalana en el vestíbulo o la reducida Plaza del aceite a la que se accede a través de arcos de piedra construidos bajo las casas.
Se trata de una aldea colindante a las de Cruillas y Sant Sadurní, que también conservan algunos núcleos antiguos.
Te puede interesar: Peratallada y Monells, ruta por pueblos medievales del Empordà
Santa Pau (Garrotxa): un pueblo medieval entre volcanes
Puede que Santa Pau esté entre los primeros puestos de los pueblos bonitos de Catalunya y que seguramente compita por el primer puesto en los de la Garrotxa con el permiso de Besalú. Lo que más me gusta de él es que son muy visibles las principales características de los pueblos medievales. Está situado sobre una cima a los pies de la Sierra de Finestres, cuenta con un castillo en la zona más alta del pueblo y con una villa medieval en forma de laberinto medieval de calles estrechas entre murallas.
Fue el centro de la baronía de Santa Pau y conserva dos accesos originales a la parte antigua del pueblo en forma de portales: el Portal de la Vila vella, que corresponde a la primera fase de expansión del pueblo, y el Portal del Mar, desde donde en un día claro se puede ver el perfil de la Bahía de Roses a lo lejos.
La Plaza Mayor es una de las más curiosas ya que está construida con forma de triángulo irregular porticado con ventanales y arcos de varios estilos del gótico catalán. En las fachada de muchas de las casas del pequeño “laberinto medieval” puedes ver dinteles construidos entre 1600-1700.
Santa Pau es un buen sitio para comer: sus fèsols (judías pequeñas) son muy populares en Catalunya y suelen ser protagonistas de platos gastronómicos tan populares como la butifarra con mongetes.
Te detallo más sobre Santa Pau en este post: Qué ver en Santa Pau, el pueblo medieval entre volcanes de la Garrotxa
Llafranc (Baix Empordà): un buen punto para iniciar un camino de ronda por la Costa Brava
También en el Baix Empordà, pero ya en la costa encontramos Llafranc, uno de esos pueblos blancos con pequeñas calas que cada verano se llena de miles de catalanes y franceses dispuestos a disfrutar de uno de los paisajes mediterráneos más espectaculares y genuinos.
Estos pueblos de costa me gustan mucho porque tan pronto estás disfrutando de un baño en una cala, como estás rodeada del olor de los pinos y de su sombra en verano a apenas unos pocos metros en el interior. Además de visitar el pueblo, te recomiendo subir hasta el Faro de Sant Sebastià. La fuerte pendiente hasta lo alto dará paso a una de las vistas más espectaculares de la Costa Brava que puedes disfrutar mucho más si reservas habitación o mesa en El Far Hotel Restaurant que hay en la cima junto al faro.
Si tienes ganas de una excursión inicia desde este punto el Camino de ronda de Llafranc a Tamariu, uno de los más espectaculares de la Costa Brava y que cruza bonitas calas. La esencia del Mediterráneo catalán la encontrarás aquí.
Puedes leer más en este post: Camino de ronda de Llafranc a Tamariu (I)
Rupit i Pruït (Osona): uno de los pueblos medievales más populares de Catalunya junto al salto de Salllent
Pocas presentaciones hacen falta para un auténtico must visit de los pueblos bonitos de Catalunya. Osona es una comarca con interesantes propuestas rurales en el Parque Natural del Montseny y en pueblos donde abundan los bosques y el buen comer como Rupit i Pruït.
La panorámica del famoso puente colgante construido en 1977 por el que se accede al pueblo es una de las más bonitas y las calles suelen estar muy cuidadas con adornos florales y tiendas de productos gastronómicos de proximidad. Como pueblo reclamo encontrarás un buen número de restaurantes donde podrás degustar algunos de los platos más típicos de la gastronomía catalana.
No te vayas de allí sin hacer la excursión hasta el espectacular salto de Sallent, el más alto de Catalunya con una caída libre de 115 metros. Para llegar solamente tienes que seguir el fácil camino de bajada de la riera de Rupit que parte desde la iglesia de Sant Miquel. La ermita de Sant Joan de Fàbregues, una iglesia romana Patrimonio Arquitectónico Catalán, pone el punto final de esta popular escapada.
Lee con más detalle: Escapada a Rupit y Tavertet para disfrutar de un fin de semana rural
Mura (Bages): encanto medieval instagramer cerca de Barcelona
Los instagramers han revitalizado las calles empedradas de Mura, un pequeño pueblo situado cerca del Parque Natural de Sant Llorenç. Su pequeño núcleo de estilo medieval caracolea en buen estado de conservación alrededor de la Iglesia de Sant Martí y cuenta con interesantes calles peatonales empedradas con casas de piedra del mismo color a ambos lados de las callejuelas.
El paseo de Camil Antonietti situado en la parte baja del pueblo es uno de los puntos más fotografiados de Mura gracias a su arco de medio punto que une ambos lados de la calle habrás visto en un montón de fotografías en Instagram.
Además del pueblo, te recomiendo hacer alguna de las rutas por fuentes, saltos de agua y ermitas que hay señalizadas en los alrededores. La Font de l’Era (Fuente de la Era) es la parada más popular junto a la riera de Nespres.
Lee más sobre nuestra visita en este post: Mura y Talamanca: escapada medieval cerca de Barcelona
Talamanca (Bages): tras los pasos de las batallas de 1714
A apenas unos 15 minutos en coche desde Mura puedes llegar a otro pueblo más que interesante como es Talamanca. Cuenta con un pequeño núcleo urbano peatonal con arquitectura de estilo medieval aunque la mayoría de casas son del período XVI-XVII. Es mucho menos conocido y visitado que Mura, pero me pareció incluso más interesante y auténtico.
Conserva además los restos del castillo de Talamanca, levantado por la familia del mismo nombre. Talamanca acaba de ser incluido como uno de los puntos de la ruta histórica de 1714 ya que desde aquí el Marqués de Poal dirigió la Batalla de Talamanca, la última victoria del ejército catalán durante la Guerra de Sucesión del siglo XVIII.
En ese sentido, puedes visitar un monumento memorial a la batalla de 1714 situado junto al castillo donde también encontrarás un mirador con unas excelentes vistas sobre la zona que en su día fue un campo de batalla.
Te explico más en este post: Mura y Talamanca: escapada medieval cerca de Barcelona
Tossa de Mar (La Selva): un clásico de la Costa Brava que nunca defrauda
Hace más de 50 años la estrella de Hollywood Ava Garner se quedó prendada de Tossa de Mar, un idílico pueblo costero cuyo emblemático castillo profusamente amurallado es la primera imagen que se te viene a la mente cuando piensas en este lugar.
La Vila vella de Tossa de Mar conserva los restos de este castillo, pero además también cuenta con varias murallas y un patio muy protegidos para evitar las constantes acciones de piratería que sacudían años atrás este pueblo.
Además de visitar la parte antigua, también puedes encontrar bonitas calas de aguas turquesas rodeadas de las típicas grandes rocas de las playas de la Costa Brava, y de varias grandes playas que en verano se llenan de familias y parejas.
Un clásico que no puede faltar en una ruta por pueblos bonitos de Catalunya.
Sant Pol de Mar (El Maresme): un pueblo blanco fiel a sus orígenes
Me gusta incluir a Sant Pol de Mar en este listado de pueblos bonitos de Catalunya porque representa parte de la herencia del Maresme, la costa más cercana de Barcelona. A principios de siglo XX allí esta comarca acogió a buena parte de la nueva burguesía que había hecho fortuna en el sector del textil en Cuba. Pueblos como Canet de Mar, Alella o el propio Sant Pol de Mar vieron como esos nuevos ricos vecinos se construían bellos edificios burgueses de estilo modernista.
En el caso de Sant Pol de Mar, ese crecimiento urbanístico fue más modesto y controlado y hoy es uno de los pueblos del Maresme que mejor conserva su casco antiguo. Predominan las casas bajas y blancas y su paseo junto al mar es una auténtica delicia con acogedoras playas donde poder darte un baño en verano.
Otra excursión muy recomendable es la subida al Faro de Calella desde Sant Pol, un bonito paseo que culmina con buenas vistas desde lo alto. Por cierto, hasta su cierre aquí tenía abierto su restaurante Sant Pau la popular chef Carme Ruscalleda.
Guimerà (Urgell): herencia medieval en la Ruta del Císter
Dicen en Guimerà que el pueblo se encuentra en el centro de todo ya que ocupa una posición geográfica a medio camino entre Barcelona y Lleida, entre el norte y el sur de Catalunya, en el centro de su término municipal y a medio camino del recorrido del río Corb que parte en dos el pueblo.
Guimerà es un ejemplo de recinto medieval histórico rural que conserva además un castillo bajo el cual se arremolinan las casas sobre una ladera. Hay un total de nueve arcos repartidos por diversas zonas de la villa, uno de los elementos arquitectónicos más característicos.
No te vayas sin visitar la Iglesia de Santa Maria de Guimerà y sin ver a las afueras del pueblo los restos del monasterio femenino de Santa Maria de Vallsanta, del que quedan visibles algunos muros de la iglesia y arcos de medio punto de estilo flamígero.
Lee más sobre nuestra visita: Escapada a Guimerà, encanto medieval en Lleida
Escaladei (Priorat): entre bodegas, viñedos y una antigua cartuja medieval
Escaladei es uno de los secretos mejor guardados. Se trata de un pueblo situado entre viñedos del Priorat. El origen está muy ligado al gran reclamo que nos llevó a visitarlo: la Cartuja de Escaladei, un monumento medieval abandonado que fue muy relevante para la historia de la comarca. El nombre de la comarca (famosa por sus vinos de Denominación de origen) procede de la actividad de este monasterio.
El pueblo en sí es muy pequeño y se construyó como un anexo a la Cartuja, que está situada a apenas unos 10 minutos a las afueras. Cuenta con varios hostales rurales con encanto y las bodegas Cellers Scaladei, fundadas por las mismas familias que en 1840 compraron la Cartuja.
No te pierdas la visita a la Cartuja y acaba el día haciendo una cata en las bodegas del pueblo.
Así fue nuestra visita a Escaladei: Qué ver en la Cartuja de Escaladei en el Priorat: un monasterio y bodegas
Siurana (Priorat): las mejoras vistas panorámicas
A menos de 30 minutos de Escaladei puedes visitar Siurana, uno de los pueblos bonitos de Catalunya que suele aparecer en todos los rankings debido a sus impresionantes vistas.
Se trata de un pueblo histórico famoso por su pasado sarraceno y uno de los últimos reductos musulmán durante la reconquista gracias a su posición estratégica en lo alto de un peñón tras una carretera con bastante pendiente. Además de pasear por el pueblo, sigue el camino Antiguo de Siurana ya en el pueblo para ver esas excepcionales vistas sobre el pantano de Siurana que tantos visitantes atrae los fines de semana.
Otra excursión interesante la encontrarás de camino al salto de la Reina Mora.
Cadaqués (Alt Empordà): ¿el pueblo más bonito de Catalunya?
No hace falta ni presentación. Sobre la belleza de este pueblo de la Costa Brava se ha escrito largo y tendido en numerosos relatos y ha sido pintado por numerosos artistas, el más popular y arraigado, el genio de Salvador Dalí.
Cadaqués cuenta con un bonito núcleo antiguo de casas blancas y callejuelas que acaba en pequeñas plazas, pero a mi siempre me fascina su paseo marítimo que se extiende y permite ver las espectaculares vistas de este pueblo que tan famoso lo han hecho. El Chiringuito Marítim es uno de los locales más famosos para degustar bajo el sol y frente al mar de la vida mediterránea.
No faltan espectaculares calas alrededor como Cala Sa Conca o Cala Cullaró y si te animas tienes un paseo fantástico de 11 kilómetros hasta el Cabo de Creus.
Pals (Baix Empordà): una villa medieval en el interior del Empordà
La historia de Pals es curiosa. Otro de los pueblos bonitos de Catalunya estaba medio derruido hasta que a mediados de los años cuarenta del siglo XX el afamado doctor cirujano Jaume Pi i Figueras (fundador de la prestigiosa Clínica Corachán) empezó a adquirir propiedades para su posterior restauración.
Hoy este pueblo es uno de los más populares para una escapada gracias a esa labor de conservación, ya que se pueden observar un gran número de casas de piedra propias del gótico catalán. También se mantienen en pie los restos de la antigua muralla.
No te pierdas los detalles de la decoración gótica en portales, arcos y fuentes a lo largo del pueblo.
Tamariu (Baix Empordà): una antigua villa de pescadores en la Costa Brava
La pequeña cala de Tamariu en donde hasta hace pocos años todavía llegaban los barcos pesqueros de los vecinos del pueblo es una de las más reconocidas de la Costa Brava. A pesar del turismo, su fisonomía de pueblo tradicional se ha mantenido prácticamente intacta: casitas blancas junto al mar y estrechas callejuelas.
Su playa está considerada una de las más bonitas de Catalunya, aunque no siempre es fácil acceder puesto a que se encuentra situada en un lugar algo recóndito que a veces no absorbe todo el volumen de coches que llegan.
Por cierto, en Tamariu no te pierdas la posibilidad de andar uno de los caminos de ronda más espectaculares de la zona. Estos caminos bordean toda la costa, cruzan varios pueblos y eran utilizados por la policía para vigilar el contrabando con Francia.
Te puede interesar: Camino de ronda de Llafranc a Tamariu.
Isil (Pallars Sobirà): no te pierdas las Fallas de Isil en la noche de San Juan
La comarca pirenaica del Pallara Sobirà cuenta con varios pueblos interesantes como Espot, Llavorsí o Esterri d’Àneu para acercarte a disfrutar de la naturaleza del Alto Pirineo y del Parque Nacional de Aigüestortes (el primero creado en España). La mayoría de ellos cuenta con núcleos antiguos de casas de piedra, bellas iglesias con campanarios picudos y antiguos puentes románicos.
Isil es uno de los pueblos más pequeños de esta comarca, popular para practicar deportes de aventura. Allí encontrarás además enclaves entrañables como el Museo del Oso, el lago de la Torrassa o la iglesia de Sant Joan d’Isil.
Pero la magia de este pueblo se produce durante la noche de San Juan cuando se celebran las Fallas de Isil. Esta fiesta popular Patrimonio de Interés Nacional y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO es un culto al fuego: los vecinos bajan desde las montañas con antorchas encendidas por un recorrido zigzagueante hasta el pueblo donde encienden una gran hoguera alrededor de la cual se bailan danzas tradicionales .
Beget (Ripollès): una oda al románico en el valle de Camprodón
Este pequeño municipio anexionado a Camprodón en 1969 es una de esas joyas de visita imprescindible si queremos recorrer pueblos bonitos de Catalunya.
En Beget las calles y las casas parecen ancladas en el medievo, época en la que se originó este pueblo donde la piedra lo domina todo y que nunca ha llamado demasiado la atención pese a estar situado en el popular valle de Camprodón, una zona con muchas segundas residencias. El lugar más emblemático y fotogénico es la iglesia románica de Sant Cristòfol, catalogada como Bien Cultural de Interés Nacional.
El pueblo cuenta con dos hermosos puentes románicos y es fácil sentirte en calma puesto que es una villa con pocos habitantes a pesar de su espectacularidad.
Imprescindible.
Lee con más detalle el post: Qué ver en Beget: un pueblo medieval y un Cristo milenario
Montblanc (Conca de Barberà): un pueblo medieval amurallado donde nace la leyenda de Sant Jordi
El escritor Joan Amades situó en Montblanc la lucha de Sant Jordi contra el dragón que atemorizaba el pueblo. Fue según la leyenda en las murallas del pueblo donde creció el rosal de rojas rojas tras la muerte del animal a manos del caballero Sant Jordi. Nace aquí según la tradición una de las fiestas populares más importantes de Catalunya.
Con este contexto (entre otras leyendas) no podemos esperar otra cosa que no sea un pueblo con murallas, un castillo y un núcleo antiguo donde la piedra es la protagonista. Las murallas son el elemento más significativo de Montblanc. Tienen un perímetro de 1500 metros y podemos contar hasta una treintena de torres. La más popular es la Torre dels 5 cantons, de base pentagonal y hoy propiedad privada.
Además también podrás encontrar una pequeña judería con un arco de piedra, el Palacio Real donde se alojaba el rey de la Corona de Aragón en sus visitas a Montblanc y en el llano de Santa Bárbara situado en lo alto del pueblo los restos de un poblado ibérico y un castillo además de unas excelentes vistas.
Por cierto, cada 23 de abril se conmemora la leyenda de Sant Jordi durante la Semana Medieval de Montblanc. Durante dos fines de semana la villa luce banderas y estandartes señoriales y se celebran una gran cantidad de actos inspirados en el medievo como un mercado medieval y la recreación de escenas de la vida cotidiana y política de la época.
Alpens (Osona): una pequeña joya en ascenso
La comarca de Osona es una de las más cercanas a Barcelona y cuenta con pueblos relevantes como Rupit o éste punto de la lista: Alpens, un enclave mucho menos más conocido, pero con un hermoso núcleo antiguo y muchas opciones de naturaleza alrededor.
En un paseo visita la iglesia de Santa María de Alpens, un edificio barroco-neoclásico de 1708, y la iglesia de San Pedro de Serrallonga. La Fuente de Llena es una de las mejor conservadas, pero hay más en Alpens.
A las afueras se encuentra una curiosidad geológica que ha dado lugar a varias leyendas: Rocadepena, donde según dicen de noche se oyen los gemidos y risas de las almas.
Besalú (La Garrotxa): un espectacular puente medieval y una antigua judería
Puede que la tríada de pueblos bonitos de Catalunya más visitados la formen Cadaqués, Rupit y Besalú. Éste último conserva uno de los conjuntos arquitectónicos del medioevo catalán más espectacular, lo que demuestra la importancia que tuvo el condado al que perteneció.
Se trata de una villa conocida por su gran puente románico, precisamente uno de los principales vestigios del antiguo condado, y que destaca por sus majestuosos siete arcos desiguales por encima del río Fluvià. En el primero, se levanta como un portal fortificado, mientras que en el quinto pilar encontramos una torre fortificada.
También conserva parte de la urbanización de la Edad Media y los restos de una antigua judería donde en 2002 se descubrió un miqvé del siglo XII, unos antiguos baños que los judíos utilizan para la purificación del cuerpo. Te recomiendo sentarte en una terraza de la plaza central del Monatserio de Sant Pere de Besalú para encontrarte con uno de los pueblos más bonitos.
Más información: Escapada de fin de semana a Besalú, un pueblo con encanto medieval
Sant Joan les Fonts (La Garrotxa): el pueblo de la lava
También en la Garrotxa puedes visitar el curioso municipio de Sant Joan les Fonts. A diferencia de otros pueblos conocidos de esta zona como Santa Pau o Besalú, no conserva su núcleo medieval de viviendas, pero sí podrás ver una de las características de esta comarca de origen volcánico.
Tres coladas de lava petrificada se extienden a lo largo de una ruta (la número 16) que se inicia junto a la Iglesia del pueblo, en la zona del Molí Fondo y Boscarró sobre el río Francolí. El molino fue utilizado en la época industrial para proveer de energía a la fábrica papelera del mismo nombre que fue el origen de la actual empresa Torras de Papel.
Además de las coladas, también encontrarás los restos de un pequeñísimo poblado ibérico. A la entrada del pueblo puedes ver un ejemplo más de puente medieval que tanto abundan en Catalunya.
Te cuento más sobre el pueblo: Qué ver en la Garrotxa: visita a Sant Joan les Fonts, el pueblo de la lava
Castellfollit de la Roca (La Garrotxa): una villa rodeada de acantilados
Entre los pueblos que parece que se aguanten sobre acantilados debo añadir otro gran clásico de la comarca de la Garrotxa: Castellfollit de la Roca. Este pueblo tan simbólico se encuentra sobre un espectacular risco basáltico de 50 metros de altura y de casi un kilómetro de largura, recortado por el río Fluvià.
La panorámica del pueblo antes de llegar ya él es una de las más fascinantes de Catalunya. Ya en Castellfolit, encontrarás pequeñas callejuelas (no es un pueblo muy grande) y un excepcional mirador junto a la antigua iglesia de Sant Salvador. Por cierto, también aquí puedes visitar dos coladas de lava petrificada.
Castellar de N’hug (Berquedà): el lugar del nacimiento del Llobregat
Una de las excursiones más populares de Catalunya consiste en visitar el hermoso pueblo de Castellar de N’hug para ver las cuevas de Les Fonts del Llobregat, el lugar de dónde surge uno de los ríos más relevantes. Lo hace muchos kilómetros arriba en la montañosa de la comarca del Ripollès y es una visita muy accesible gracias a un camino guiado que hay en el pueblo y que tiene una duración de unos 30 minutos.
Además de las fuentes, en Castellar tienes otra muestra de pueblo medieval bien conservado en el que destaca la iglesia del siglo XI de Santa María de N’hug y otras curiosidades como el Museo del Pastor. Esta actividad siempre ha tenido una gran importancia en la zona (además claro está el turismo). Tanto es así que el famoso Concurso Internacional del ‘Gos d’Atura’ (Perro Pastor) se celebra en esta localidad el último domingo de agosto.
Miravet (Ribera d’Ebre): un pueblo de postal junto al Ebro
Si hablamos de pueblos de postal que parecen puestos en lugares bellos no pasamos por alto Miravet, la joya de la Ribera d’Ebre. La silueta de esta villa junto a un meandro del río Ebro, visible desde distintos puntos, es una de las más hermosas de Catalunya.
La fotografía más popular puedes tomarla desde el embarcadero aunque también te recomiendo pasear por el pueblo y subir hasta las murallas del antiguo castillo de Miravet, una fortaleza estratégica en la historia de Catalunya durante acontecimientos como la Guerra de Sucesión, las guerras carlistas o la Guerra Civil española durante la batalla del Ebro.
Les Cases d’Alcanar (El Montsià): la meca de la paella catalana
No abandonamos para Tarragona para visitar otro enclave bonito cerca del Ebro. Les Cases d’Alcanar es un pueblo de costa tranquilo, caluroso en verano y con fama de servir excelentes paellas catalanas gracias a la gran calidad del arroz que se cultiva en esta comarca. Los restaurantes abundan cerca del paseo marítimo y se llenan fácilmente en temporada alta.
Cuenta con un núcleo de casas antiguas de pescadores que dan color y alegría al pueblo y con buenas calas para darse un chapuzón en verano. Además, es un buen punto de inicio para hacer rutas de senderismo hacia Sant Carles de la Ràpita o Vinaròs ya en Castellón.
Altafulla (Tarragonès): núcleo medieval a pie de playa
En Altafulla encontramos otro de los pueblos bonitos de Catalunya con encanto medieval con la diferencia de que se encuentra a pie de playa. En la fachada litoral puedes visitar el antiguo barrio de pescadores Les Botigues de Mar que cuenta con una excelente oferta de restauración.
Otros lugares interesantes de la villa son el castillo de Montserrat, una imponente fortaleza, y la villa romana de Els Munts y la casa del patricio Caius Valerius Avitus, dos ejemplos del legado romano en Tarragona.
Volviendo al núcleo antiguo, uno de los lugares más bellos del pueblo es la Plaza de la Iglesia, que conserva todo su aire medieval con la espectacular Iglesia de Sant Martí de Altafulla dominando el espacio.
Horta de Sant Joan (Terra Alta): un pueblo de paso para íberos, templarios y Picasso
¿Qué tienen en común los íberos, los templarios y el cubismo? Su paso por Horta de Sant Joan, cuyo núcleo antiguo medieval fue declarado Bien Nacional de Interés Cultural en 1997.
Las casas de piedra parecen arremolinarse unas encimas de otras por los desniveles del pueblo. Su Plaza Mayor está considerada una de las más bonitas de Catalunya y los edificios colindantes a ésta conservan destacados elementos arquitectónicos propios del medievo como arcos ojivales o forjados.
En el Centro Picasso de Horta encontrarás toda la información acerca del paso del pintor malagueño por el pueblo, quién pintó aquí algunos de sus primeros cuadros cubistas. Por otra parte, éste es un punto de acceso natural al Parque Natural de Els Ports por lo que encontrarás un buen número de alojamientos rurales en los alrededores.
Baguergue (Vall d’Aran): postal aranesa en cualquier época del año
Pasamos de las tierras altas y cálidas a de nuevo situarnos en La Vall d’Aran para recomendar otro pueblo de postal: Baguergue, rodeado de bucólicas montañas y espacios verdes. En invierno también tiene su encanto ya que suele quedar cubierto por un espeso manto de nieve.
Además de las casas y calles de piedra, uno de los elementos más significativos de este pueblo es su decoración floreada, ya que pertenece al movimiento de villas floridas.
La iglesia románica de Sant Félix te transportará directamente al medievo. Recuerda que si quieres ver los frescos originales que adornaban las iglesias de esta zona deberás visitar el Museo Nacional de Arte de Catalunya (MNAC) en Barcelona.
Unha (Vall d’Aran): un enclave idílico a orillas del río Unhóla
Otro lugar idílico en la Vall d’Aran que te recordará más a un pueblo suizo que otra cosa es Unha, una villa enclavada en un montículo del Pirineo con excepcionales vistas sobre el valle y picos de La Maladeta. La picuda iglesia románica de Santa Eulària y su torre octogonal es una de las más singulares de la zona.
No te pierdas tampoco el armónico conjunto de casas aranesas que conforman este pueblo que ha resistido muy bien a la popularidad de Baqueira. Algunas tienen más de medio siglo como la Casa Fuerte de Unha, que destaca por sus baluartes defensivos.
Por cierto, este pequeño pueblo cuenta con dos bodegas que se pueden visitar.
Taüll (Vall d’Aran): un mito de la historia del arte románico en Catalunya
Acabo en el listado de pueblos bonitos de Catalunya de la Vall d’Aran con el más relevante para la historia del arte románico: Taüll. Es un pueblo muy pequeño, pero tiene las dos iglesias más relevantes del valle.
Como te he detallado anteriormente, los impresionantes frescos originales del interior de las iglesias de Sant Climent de Taüll y de Santa Maria de Taüll los encontrarás en el museo MNAC en Barcelona (una visita imprescindible en la ciudad condal). En el caso de Sant Climent, una proyección detalla la historia de la iglesia y de los frescos y proyecta sobre el altar el dibujo de su Pantocrátor, el mejor conservado del románico catalán.
Te recomiendo que subas a la torre del campanario para tener buenas vistas del pueblo y sentir las estrecheces propias de la arquitectura románica.
Calella de Palafrugell (Baix Empordà): habaneras y ron en un pueblo de pescadores
Son muchos los pueblos donde disfrutar del Mediterráneo en la Costa Brava. Uno de los más simbólicos es Calella de Palafrugell, un antiguo pueblo de pescadores muy cerca de Llafranc. Su núcleo antiguo de casitas blancas y persianas de colores es un lugar hermoso para callejear en cualquier época del año.
En verano las playas de Port Bo o la del Canadell son perfectas para aliviar el calor (aunque para mi gusto el agua es algo fría). Lo que seguro que siempre verás son las barcas de colores tradicionales de los pescadores ancladas y secándose en la arena. Es un pueblo con gran tradición marina y aquí se celebra cada año una popular cantada de habaneras, un género que rememora historias de los indianos en Cuba entre otros.
Por cierto, desde aquí parte el camino de Ronda que lleva hasta Llafranc-Tamariu (el tramo de Calella a Llafranc es muy sencillo). Es sin duda uno de los pueblos bonitos de Catalunya más marineros.
Cardona (Bages): visita uno de los castillos más espectaculares de Catalunya y las minas de sal
Siempre que pienso en Cardona me viene a la menta Salzburgo, otra ciudad coronada por una gran fortaleza y con un legado histórico muy ligado a la sal.
Fue uno de los núcleos medievales más relevantes debido a la gran cantidad de sal que salía de las minas de la Montaña de Sal, un ingrediente imprescindible para conservar mejor los alimentos. La silueta del Castillo de Cardona, uno de los más imponentes de Catalunya y fundado en el siglo IX por Gifré El Pilós, se levanta y domina bastamente el paisaje de este pueblo.
Puedes hacer una visita guiada al castillo para ver el Patio de Armas (o comer en el Parador que hay dentro) o la Torre de la Minyona, la más alta. No dudes en visitar la minas de sal, el auténtico motor durante años de la región y una visita espectacular a cualquier edad. Sus calles conforman uno de los pueblos bonitos de Catalunya y más populares para una escapada cerca de Barcelona.
El centro histórico de Cardona tampoco defrauda y cuenta con muchas tiendas de artesanía y productos típicos de la zona.
Rajadell (Bages): una discreta villa medieval
Seguimos en el Bages para visitar otro de los pueblos bonitos de Catalunya: Rajadell, una villa discreta en la que podrás visitar la interesante villa romana de Sant Amanç, más de una veintena de masías tradicionales de origen medieval e incluso varios molinos de aceite todavía en funcionamiento que se pueden visitar.
Se trata de uno de esos pueblos que se enrosca hacia la parte más alta coronada por un castillo del siglo XII que dio origen a la población y que me recordó al de otras poblaciones como Peratallada o Santa Pau.
Sitges (Garraf): un clásico que nunca pasa de moda
Sitges fue a principios del siglo XX y durante la Primera Guerra Mundial uno de los lugares preferidos por la burguesía catalana y europea para disfrutar de los beneficios que les aportaba su status: arte, fiestas y buena vida. Sus aires bohemios la convirtieron años después en un referente para homosexuales, al ser uno de los enclaves más permisivos de cara al colectivo.
Su gran propuesta cultural con el Festival de Cine Fantástico de Sitges o el Carnaval a la cabeza y sus grandes playas la convierten en mi opinión en la mejor opción para un día de playa cerca de Barcelona. Su centro de edificios blancos y su amplia oferta de restauración y hotelera no empañan una villa con mucha personalidad.
Alella (El Maresme): herencia modernista entre viñedos
Este listado de 35 pueblos bonitos de Catalunya acaba con una opción muy interesante para amantes de la enología y de la cultura. Alella es un pueblo a apenas unos 20 minutos en coche desde Barcelona con un importante legado modernista burgués como Can Llimona o la finca de Cal Governador.
El pueblo está rodeado de viñedos y es que aquí se cultiva la Denominación de Origen vitícola Alella, formada por pequeñas bodegas y que deja un precioso paisaje de viñas con el mar de fondo. Hay diversas propuestas de enoturismo por la zona, una excelente opción para disfrutar de ese vino con aromas de mar.
Consulta nuestra escapada de enoturismo en Alella: Visita a Alta Alella: escapada de enoturismo por la DO Alella
¿Conoces más pueblos bonitos de Catalunya?