Jerusalén, la ciudad 3 veces santa, merece la pena descubrirla callejeando durante horas por la ciudad vieja para entender su complejidad y diversidad. Sin embargo, también es muy recomendable buscar buenas vistas para admirar las murallas y parte de su arquitectura más destacada.
Mejores miradores de Jerusalén: el Monte de los olivos y el Gallicantu
En el segundo día en Jerusalén durante nuestro viaje a Israel, decidimos visitar dos de los miradores más espectaculares de Jerusalén: el Monte de los olivos y el mirador del Gallicantu.
Desde ambos te das cuenta de que los principales puntos sagrados de la ciudad para judíos, musulmanes y cristianos están apenas separados por unas pocas calles. También de lo bonita que es la silueta de la ciudad con sus murallas y callejuelas.
Por cierto, dentro de la ciudad vieja, también podréis encontrar miradores estratégicamente situados e, incluso, andar sobre una parte de las murallas.
Escogimos visitar esos dos miradores porque nos permitieron tener vistas de la ciudad vieja con la Cúpula de la roca en primer plano de la imagen, una de las postales típicas de la ciudad.
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Punto de observación de Rehavam en el Monte de los olivos
El Monte de los olivos es uno de los lugares más sagrados para judíos y cristianos. Allí acudía Jesús a rezar y es el lugar donde se supone que fue arrestado. En este monte al este de la ciudad viaja ubicadas las iglesias de Getsemaní, Pater Noster y Dominus Flevit y los Jardines de Getsemaní, donde Jesús se hospedó en Jerusalén.
Para los judíos también es un lugar sagrado, puesto que en el Libro de Zacarías aparece identificado como el lugar desde el que Dios comenzará a redimir a los muertos al final de los tiempos. Por esta razón, desde los tiempos bíblicos el monte se ha usado como cementerio para los judíos de Jerusalén.
Hay aproximadamente 150.000 tumbas en el monte, incluyendo las de muchas figuras famosas como Zacarías (que profetizó allí). Además de la importancia religiosa, el Monte de los olivos también es un lugar relevante desde el punto de vista histórico ya que allí acamparon los romanos durante el sitio a Jerusalén el 70 dC. que acabó con la destrucción de la ciudad.
Si podéis os recomiendo visitarlo al atardecer, aunque puede estar muy lleno. Nosotros fuimos sobre el mediodía y pudimos disfrutar de la vista con cierta tranquilidad.
Cómo llegar al Monte de los Olivos
El Punto de observación de Rehavam se encuentra situado en lo alto y desde allí podéis observar la vista más popular de Jerusulén. Desde la puerta de Herodes, se tarda unos 20-25 minutos en llegar hasta la falta del Monte. Simplemente hay que ir por la parte trasera de la ciudad vieja y luego bajar hasta el pie de la montaña.
La subida se realiza a pie en apenas unos 15-20 minutos (los autobuses turísticos se quedan aparcados abajo). De subida, podéis ir visitando las iglesias. Desde muchas de ellas también hay bonitas vistas. Una de las cosas que más me impactó fue ver los cientos de miles de tumbas de los judíos sobre la ladera. Realmente el Monte es un cementerio milenario y también se aprecia desde arriba.
Un vez llegados al punto de observación, veréis varios espacios en el que os podréis hacer fotos o simplemente admirar la silueta de la ciudad con las tumbas de os judíos en primer plano. El acceso al mirador es gratuito y es una visita casi obligada en Jerusalén.
La vista más bonita.
Mirador del Gallicantu
Otro mirador interesante lo encontraréis dentro del recinto de la Igelsia de San Pedro del Gallicantu. Desde aquí, la ciudad vieja os queda prácticamente de frente y es un buen punto para ver los barrios de David (la ciudad original del rey David y en la que se pueden visitar diversas cuevas y túneles) e incluso el muro que divide Israel de Cisjordania.
La Iglesia católica del Gallicantu está situada sobre en el lado oriental del Monte de Sión y la entrada cuesta 10 shekels (3€). Fue la única entrada que pagamos en todo el viaje y nos dio acceso al mirador de 180º sobre la ciudad, a la Iglesia y a las ruinas de una antigua prisión que se encuentra bajo la misma.
La iglesia toma su nombre de la palabra latina “Gallicantu”, que significa “Canto de Gallo”. Esto es, en conmemoración de la negación triple de Simón Pedro a Jesús descrita en el Evangelio de Marcos 14, 30: “… antes de que el gallo cante dos veces, me negarás tres veces”.
La iglesia acoge desde hace años algunas de las Misas del gallo más populares.
El mirador apenas tiene visitas y como os he dicho es bonito porque ves de frente la ciudad vieja, el Monte de los olivos, y los barrios orientales de Jersualén.
Mirando el paisaje nos pareció ver lo que tenía toda la pinta de ser el muro que divide Israel de Cisjordania. Sobre lo alto de lo que era (según información del propio mirador) un parque arbolado ya no quedaban árboles y se alzaba un imponente muro que suponemos que el “famoso” muro”.
Cómo llegar al mirador del Gallicantu
La visita al Gallicantu la hicimos de bajada del Monte de los olivos, rodeando la muralla oriental y subiendo por las calles Derech HaOfel y Ma’ale HaShalon. Tardamos casi una hora en llegar porque fuimos haciendo un montón de fotos de esta zona.
Es un paseo super entretendido, fuera del bullicio de la ciudad vieja y de los autocares de turistas del Monte de los olivos.
A lo largo de este recorrido veréis las ruinas de Yad Avshalom, lugar de reposo de los restos de Absalón.
Jerusalén siempre sorprende.
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