El auge de Emirates Airlines como puente entre Europa y Asia puede darte la oportunidad de conocer una ciudad que muy seguramente nunca te habías planteado visitar: Dubái. La aerolínia (también Qatar Airways, con escala en Abu Dhabi) ofrece vuelos a precios bastante competitivos con un servicio a bordo por encima de la media. Comida excelente, comodidad y una centro multimedia en cada asiento que ofrece un catálogo de más de 100 películas, videojuegos, podcasts, etc. Como para no aburrirte. Importante: si tu escala es de más de 8h tienes derecho a una noche de hotel gratuita con desayuno y transporte al hotel a cargo de la compañía.
La mayoría de vuelos tienen programada una escala de varias horas en Dubái y son muchos los viajeros que aprovechan para visitar la ciudad del desierto.
Los ciudadanos europeos pueden entrar a los Emirates Árabes sin visado de entrada
Si tienes suficientes horas de margen puedes plantearte una salida a una de las capitales mundiales del lujo. Si haces noche en el aeropuerto no te preocupes: las tiendas y cafeterías abren las 24h. Más que una terminal, te parecerá que estás en un gran centro comercial de lujo (que también lo es).
Dubái: qué visitar
En agosto de 2014 aproveché una escala en Dubái para dar una vuelta por la ciudad. Llegué casi a las 2 de la noche y el exterior ya estaba a 32º grados. La típica de una noche fresquita según el taxista. Tras una breve cabezada en el hotel proporcionado por Emirates (no te dejan dormir más de 3 o 4 horas), a primera hora de la mañana le dijimos a uno de los taxistas que nos diera una vuelta por los principales lugares de interés. Durante 2 horas y por entre 50-100€, nos condujo por la ciudad y alrededores. Pese a la burbuja inmobiliaria que también “ha sufrido” la ciudad, el Downtown está lleno de grúas. No hay ni un solo edificio que pueda tener más de 10 años. El taxista nos confirmó que Dubai es una nueva urbe pensada para que residan los extranjeros que viajan a este emirato (uno de los siete que conforman los Emiratos Árabes). Los ciudadanos viven en las afueras.
Downtown y playa
La típica visita en taxi te lleva hasta una playa desde donde se ve el lujoso hotel Jumeirah Beach. Allí puedes aprovechar para darte un baño o remojarte los pies. Luego puedes cruzar The Palm, la mega isla artificial en forma de palmera levantada sobre el mar para la que tuvieron que traer toneladas de arena de otros países. Está pensada como una urbanización de lujo para que famosos tipo Beckham se alojen allí cuando van de compras. No ha tenido el éxito esperado y en parte se entiende: entre el calor y lo artificial del lugar no dan muchas ganas de pisar The Palm. Claro que yo no soy Beckham.
Otra parada ineludible a pies del Burj Califa, el rascacielos más alto del mundo con una altura de 828 metros de altura. También ostenta otros récords arquitectónicos como el del edificio más alto hasta el último piso ocupado, el edificio con el mirador-terraza más alto, superando al Empire State, o el edificio con el elevador que viaja la mayor distancia en el mundo.
Centros comerciales
Los Emiratos buscan turismo de lujo dispuesto a fundirse la tarjeta de crédito en alguno de los mega centros comerciales como el Dubai Mall. Allí se hace la vida en la ciudad. Hay aire acondicionado, muchas fuentes, restaurantes, cafeterías. Si buscas ver algo parecido al día a día en la urbe, tendrás que entrar en uno de los grandes centros comerciales. No hay muchos otros lugares a los que ir.
La otra cara de Dubai: los barrios de la mano de obra barata
La ciudad ha crecido tanto en los últimos años gracias a los petro-dólares. Pero también por el esfuerzo de los miles de trabajadores procedentes de países como Pakistán, India, Bangladesh o China que han acudido a trabajar como mano de obra barata. Una parte interesante de la visita fue por los alrededores del Dragon Mart, un enorme centro comercial situado a las afueras y que está especializado en productos “Made in China” low cost. De lujo, nada.
Cerca de allí, están las villas, que no son otra cosa que las humildes viviendas donde viven trabajadores de la construcción o servicios. Cada conjunto de villas tiene el nombre de un país y el taxista insistió en llevarnos a la de España, que era exactamente igual de austera que todas las demás. La más grande de todas, la de China, por supuesto. Resulta interesante ver el contraste entre el lujo desmesurado del Downtown y esta zona. Aquí sí que hay pequeños puestos de electrónica o peluquería donde comprar productos básicos.
El desierto
Ey, ¿pero qué hay del desierto? Con escalas justas es muy difícil plantearse una excursión en camellos por el desierto, una de la opciones de ocio más habituales. Tras casi dos horas en taxi, la visita acabó en un trocito de desierto situado cerca del aeropuerto done pudimos tocar la arena. Una carretera recta de 130 km con destino a Abu Dhabi era casi lo único que había alrededor. La carretera y el enorme desierto de Arabia a lado y lado del asfalto. Nada más.
Como destino final, Dubái quizás se quede corto si piensas viajar más de una semana. Pero para pasar las horas mientras esperas un vuelo es una buena opción.