[Actualización Febrero 2019 ] El maltrato animal en Tailandia es un tema bastante polémico y complejo. Uno de los reclamos turísticos del país es el contacto con los animales, pero este contacto no siempre se ha promocionado sobre la base del respeto animal.
Maltrato animal en Tailandia
A día de hoy todavía existen muchos shows circenses con monos, serpientes, cocodrilos… Años atrás era bastante popular entre turistas la visita al Templo de los Tigres de Kanchanaburi, un lugar en el que se podía tocar a tigres que misteriosamente no respondían de forma agresiva al contacto humano. El centro, que había sido denunciado por múltiples ONG’s, fue cerrado en 2016 tras el hallazgo de 40 crías de estos felinos en un congelador.
Los elefantes no han corrido mejor suerte. Tradicionalmente han sido utilizados para realizar trabajos forzados en la industria maderera. En la actualidad se siguen utilizando en este sector.
Doblegar la voluntad de un elefante no debe ser fácil y durante años en Tailandia se ha utilizado el Phajaan, una técnica centenaria de adiestramiento que tiene el objetivo literal de “doblegar la voluntad de los elefantes” para que se conviertan en sumisos.
Phajaan: adiestramiento de elefantes a base de golpes
El Phajaan separa a elefantes de unos 4 años de edad de sus madres para ser encerrados en jaulas en las que no pueden moverse durante unos 4 o 7 días. En este período son golpeados repetidamente en los ojos y las orejas con palos que llevan clavos afilados. Cuando el elefante ya está “roto”, se prosigue con el entrenamiento para que sean capaces de obedecer a los humanos sin rechistar.
En la industria maderera son obligados a levantar peso durante largas jornadas de trabajo. Normalmente están atados y también sufren maltrato para doblegar su voluntad.
Para uso turístico se han promocionado muchas excursiones en las que los turistas montan a lomos de los elefantes y en números circenses en la calle. El Phajaan también suele estar detrás de estas prácticas para doblegar su voluntad y obedecer.
Los turistas no siempre son conscientes de estas prácticas, especialmente cuando es la primera vez que visitan un país exótico y ven que se promocionan estas actividades. Pero cada vez hay más conciencia animal.
Santuarios de elefantes: cuál elegir
Hace unos años aparecieron en Tailandia los primeros santuarios de elefantes que rescataban a paquidermos procedentes de la industria maderera y de shows en cautividad con el objetivo de ofrecerles una vida mejor y curar sus heridas.
Estos centros proponen una interacción con los elefantes basada en el respeto, no invasiva (no se pasea a lomos del elefante) y en la que los animales pueden vivir en manada. Sufragar el coste de tener un santuario con más de 30 elefantes no debe ser fácil y por eso muchos de estos santuarios ofrecen estas experiencia a turistas y buscan voluntarios para gestionar los costes. ¿Rescate o negocio? Siempre habrá una línea fina.
Tanto es así que incluso hay webs que denuncian que actualmente hay “falsos” santuarios de elefantes en los que se crean actividades innecesarias encaminadas al entretenimiento del turista y no al beneficio del elefante.
Para saber cuál elegir hay varias opciones. La FAADA propone en este post diversos centros de rescate recomendados en Tailandia.
2 días en Elephant Nature Park
Cuando en 2017 fuimos a Elephant Nature Park seguía en los listados de los centros de rescate pioneros del país y contaba con una buena reputación entre expertos. Por eso nos decidimos a pasar allí dos días para visitarlo.
Poco después, en 2018 fue retirado del listado de la FAADA por quejas de algunos visitantes. El motivo es que el centro se ha popularizado y ofrecen algunas actividades que permiten la interacción como bañar a los elefantes.
A priori esto es lo que ofrecía:
- En el centro viven en manada más de una treintena de elefantes. La mayoría procede de la industria maderera o son rescatados de shows circenses. Cada elefante cuenta con un cuidador (la mayoría población local de la zona).
- El centro cuenta con una lista de espera para trabajar allí como voluntario, ya sea cuidando a los perros y gatos que también recogen, haciendo de guías para los visitantes o trabajando para el centro en otras tareas necesarias.
- De cara al turista ofrecen a través de sus web diferentes experiencias en las que nunca se monta sobre los animales y con diversos grados de interacción. Se trata de un centro muy popular y conviene reservar con antelación.
Decidimos pasar allí 2 días y una noche porque ya no quedaban reservas de un día para las fechas en las que íbamos. La reserva cuenta con diversos bungalows. Dormir allí nos sirvió de parón de nuestra intensa ruta por Tailandia.
La organización también ofrece paseos por el Norte de Chiang Mai que no incluyen la visita a las instalaciones.
Primer día en el santuario de elefantes
Como os he comentado, en 2017 fuimos allí por ser un centro recomendado. He intentado actualizar el post acorde con este nuevo criterio y espero que mi experiencia entonces sirva para explicaros como fue y que podáis decidir teniendo en cuenta esta nueva clasificación.
El santuario está situado a unos 55 kilómetros de Chiang Mai. El precio del servicio de dos sías incluye la recogida, una comida en modo buffet, la merienda, la cena y el alojamiento. El segundo día se ofrece un desayuno, el almuerzo y la vuelta al hotel o al aeropuerto. No es el santuario más barato, pero vimos instalaciones bastante grandes, acogedoras y a un gran número de trabajadores.
El coste de la visita de un día es de 60€ y 120€ por persona los dos días y una noche.
Recogida
Nos vinieron a buscar al hotel con una furgoneta compartida. Durante el trayecto nos pasaron varios documentales que explican la nada halagüeña situación de los elefantes en Tailandia y el proyecto Elephant Nature Park.
Desayuno y visita
Sobre las 10 de la mañana por fin llegamos al santuario. Allí esperamos la llegada de algunos de los elefantes tras su paseo matutino para darles comida desde detrás de una valla. Los voluntarios trajeron cestas con sandías, plátanos y otras frutas y rápidamente llegaron los elefantes.
Con sus trompas intentaban pillar cualquier trozo de fruta. Muchos de estos elefantes no son capaces de vivir solos en la naturaleza, ya que han estado durante años sometidos al hombre.
Lo cierto, es que este momento es quizás el que concentra a más gente ya que hay un montón de grupos. A pesar del bullicio que se genera la gente está siempre detrás de la zona vallada.
Tras el desayuno nos dividieron en varios grupos de unas 20 personas e iniciamos un paseo por una parte de las instalaciones del santuario (las más cercanas al recinto principal) para conocer la despensa y a algunos de los elefantes.
Así vimos como viven en manadas y como cada uno de ellos cuenta con un cuidador personal. Había todo tipo de elefantes. Ciegos, viejos, algunos con heridas en las patas y otros con problemas psicológicos fruto del maltrato.
También vimos pequeños elefantes que habían nacido allí. Toda esta excursión se realiza siempre acompañado por un voluntario que ejerce de guía.
Baño de elefantes
Finalmente llegamos al río donde suelen tomar un baño. Reflexionando, esta es quizás la parte más polémica de la visita.
Nos dieron unos cubos para que pudiéramos bañarlos. El grupo de elefantes que vimos acabaron metiéndose hasta el fondo para que los cuidadores los bañaran tranquilamente y pasaron bastante de la gente, pero entiendo que el hecho que grupos de 20 turistas vengan a bañarte quizás no es lo más relajante y que se promueve un tipo de interacción.
Tras el baño, nos dirigimos al comedor para la comida buffet. Normalmente aquí acaba la visita de un día.
En nuestro caso, tras la comida nos separaron en un grupo más pequeño con otros visitantes que como nosotros se quedaban ha dormir. En total éramos unas 10 personas y también había otro grupo.
Lodges
Fuimos a otra parte del recinto situada justo al lado de la zona de rescate de perros y gatos. La cabaña para dos era bastante grande y tuvimos un tiempo de descanso de varias horas hasta la cena.
En todo este tiempo aprovechamos para mirar a los elefantes desde el recinto principal, cruzarnos con paquidermos dentro de las instalaciones e, incluso, nos dimos un masaje tailandés en la parte alta del recinto. Doloroso pero intenso.
Antes del atardecer movieron a los elefantes a otra zona del recinto donde suponemos que duermen y sobre las 19:30 sirvieron la cena. La comida estaba bastante buena y fue un buen momento para charlar y conocer a más gente.
Como he comentado, además de visitantes, hay muchos voluntarios que pasan allí largas temporadas. Ofrecen su trabajo a cambio de alojamiento y comida. Todos estaban bastante contentos.
Un poco más tarde voluntarios y cuidadores del parque suelen juntarse para cantar canciones, pero esto la verdad es que ya no nos gustó tanto. Nos pareció un show bastante infantil y un poco forzado y tras unas canciones decidimos irnos a dormir.
Segundo día
El segundo día hicimos actividades similares a las del primer sólo que en grupos más pequeños y alguna cosa extra más.
Nos levantamos temprano y pudimos ver una de las escenas más bonitas que recuerdo: la entrada de nuevo al parque de los elefantes. Aquello parecía Jurassic Park. Fue espectacular ver como avanzaban a paso lento, con sus patazas y protegiendo a las crías.
Recorriendo el santuario
Poco después fuimos con nuestro guía y el grupo a recorrer la parte más alejada del santuario. Aquí pudimos ver una zona en la que vivían elefantes que todavía tenían reacciones violentas y que está vallada.
También visitamos elefantes más sociables. Por lo general, a lo elefantes les dan bastante igual las personas si hay comida de por medio. Eso es lo que realmente les interesa.
Accedimos a otra zona por donde pasa el río y vimos a varias manadas de elefantes cruzarlo, rebozarse en el barro de la orilla y jugar con el agua con su trompa.
Es otro de los puntos fuertes de la visita ya que en esta gran zona van a su aire y realmente hacen lo que quieren. Aquí no hubo ningún tipo de interacción.
Por cierto, fue un gran contraste ver como en el campamento de al lado los turistas hacían una excursión a lomos de los elefantes.
Comida para elefantes enfermos
Finalmente, tras esta vuelta nos dirigimos de nuevo al recinto principal y elaboramos parte de la comida que se da a elefantes enfermos.
Se trata de una bolas de arroz con trozos de plátano. Si es necesario a estas bolas se les añade el medicamento que debe tomar el elefante.
Mientras hacíamos esta comida se asomaron un par de elefantes para pillar plátanos.
Tras elaborar un buen número de bolas fuimos a otra zona del recinto donde se las dimos a un par de elefantes con la pata rota y con problemas intestinales.
Baño en grupos reducidos
Finalmente llegó la hora del baño. Volvimos al río para bañarlos, esta vez con mucha menos gente. No fue la horda del primer día y por eso nos pudimos acercar bastante y ahí sí que lo bañas y lo tocas.
Lo dicho, entiendo que quizás con mirarlos y ver como ellos mismos se entretienen ya es suficiente.
Tras el almuerzo acabó nuestra experiencia en Elephant Nature Park.
¿Recomendarías Elephant Nature Park?
Supongo que todo es mejorable, pero en todo momento vimos un gran respeto por los animales.
Sí que es cierto que cada vez es más popular y que la experiencia de un día se realiza en grupos grandes, lo que quizás puede echar a atrás a gente más sensible. Pero las instalaciones son bastante grandes y los voluntarios hablan bastante bien del trabajo que se hace allí.
Los elefantes tienen espacio para hacer vida en manada y la zona es bastante tranquila. Los impulsores de esta iniciativa tienen previsto abrir varios campos más en Camboya, otra zona en la que también hay maltrato animal.
Como os he dicho, la parte más polémica son los baños en el río. Mientras visitas el parque te vas acercando a algunos elefantes para darles comida, pero se hace en grupos pequeños siempre acompañados por un guía.
Cada elefante tiene un cuidador y me pareció que los animales no se estresaban demasiado con esto.
En el baño sí que es cierto que hay más revuelo y sí que se provoca una interacción un poco menos controlada. Quizás, quitando esta actividad, el centro mejoraría un poco.
Tened todo esto en cuenta a la hora de reservar.
2 comentarios
Este santuario ya no está recomendado por FAADA. No se recomienda que se interactúe con los elefantes, ni para bañarlos, esto es algo más una atracción para las personas que positivo para los elefantes.
Puedes ver la lista de los que están recomendados por FAADA y según mi parecer retirar está publicidad qué haces a este centro y poner otros muchos.
Un saludo.
Hola,
No sabía que lo habían quitado. Añado el nuevo listado y reviso el artículo http://turismo-responsable.com/index.php?pais=173&id=11