Portugal es uno de los destinos más encantadores para visitar en cualquier época del año. Sus paisajes, su historia, su gastronomía y los pueblitos que circundan Lisboa son algunas de las grandes razones por las que los viajeros del mundo califican este lugar como imperdible si se lleva a cabo un viaje a Europa.
Si ya tienes los billetes de vuelo, lo ideal es que empieces a planear qué lugares visitarás sin falta. Así mismo, debes tener en cuenta que si quieres moverte con libertad y comodidad es oportuno que, si llegas a la capital, alquiles un coche con anticipación. No solo te servirá para ir de pueblo a pueblo, sino también para llegar al aeropuerto y desplazarte hasta tu hospedaje.
En función de los días que tengas planeados disfrutar en este país podrás familiarizarte a fondo con su cultura. En Lisboa encontrarás principalmente una amplia gama de atractivos turísticos para todos los gustos como museos, templos religiosos, monumentos, castillos, jardines y hasta playas. En sus alrededores, podrás disfrutar de una escapada corta a cualquiera de las ciudades o pueblos aledaños, dándole a tu viaje un toque de aventura.
Museos
Si eres de los apasionados por conocer el pasado y las raíces de la ciudad, el Museo Nacional de Arqueología es ideal para ti porque encontrarás exposiciones y piezas sorprendentes, como minerales, joyas, adornos y utensilios de la cultura portuguesa y de otras culturas como la egipcia.
Para los amantes del arte también hay un espacio en la ciudad: el Museo de Arte, Arquitectura y Tecnología, localizado a orillas del río Tajo, que envuelve a sus visitantes con exposiciones de mágicos colores y performances con conceptos vanguardistas. Según la temporada en la que los visites podrás participar en conferencias y talleres. Consulta la programación en su web.
Pero esos no son todos los museos. Quizá el más recomendable para recorrer sea el Museo Nacional del Coche, en donde te parecerá que estás en el cuento de la Cenicienta, caminando entre carruajes antiguos. Si vas con niños, ellos disfrutarán mucho más el plan.
Miradores
Si por algo se caracteriza esta bella ciudad es por sus calles empinadas y miradores con vistas irremplazables de los tejados de las viviendas lisboetas y del rio Tajo. Disfrutar de los atardeceres en cualquiera de ellos es una experiencia relajante y muy agradable. Aprovecha para tener una buena conversación mientras degustas una bebida tradicional portuguesa.
Los miradores que recomiendo visitar sin falta son: el de Santa Lucia, porque los murales, flores y melodías que allí encuentras te brindan una sensación de no querer irte jamás, y el de Das Portas Do Sol, que es imprescindible, pero suele estar atiborrado de gente. Te recomiendo ir temprano en la mañana para evitar la muchedumbre.
Arquitectura
La arquitectura de Lisboa está relacionada en parte con el ámbito religioso. De hecho, algunas de las construcciones más sorprendentes son de monasterios, conventos e iglesias.
Un claro ejemplo es la Catedral Santa Maria Maior o el Monasterio de los Jerónimos, popular por su estilo manuelino, el cual impacta a simple vista al igual que lo hace en la Torre de Belem, la puerta de la Iglesia Matriz de la Golegã o la ventana del Convento de Cristo en la ciudad de Tomar.
Si alquilaste tu auto en Lisboa, podrás desplazarte hasta estos últimos dos lugares para dejarte deslumbrar por esta corriente arquitectónica. El tiempo para llegar hasta cualquiera de ellos es de una hora y media aproximadamente, pero vale la pena 100%.
No hay que dejar de lado el estilo suntuoso y exclusivo que tenía la corte y que está representado por Castillo de San Jorge es prueba de ello. Fue habitado por fenicios y griegos en un principio, pero con el paso del tiempo y debido a múltiples enfrentamientos a lo largo de la historia fue habitado por diferentes personajes de la realeza.
Actualmente el lugar ofrece visitadas guiadas cuyo recorrido te permite conocer sus 11 torres, el patio de armas y los calabozos. Aunque lo mejor siempre será esa hermosa vista panorámica de la ciudad que ofrece desde su torre más alta, donde podrás obtener increíbles fotos de postal.
En tu viaje es importante no dejar por fuera ningún detalle, por eso mi último consejo de esta sección es el Acueducto de las Aguas Libres, una gran obra de arquitectura que valdría la pena destacar como monumento teniendo en cuenta su extensión y que fue la principal fuente de suministro de agua en Lisboa en el siglo XVIII.
Monumentos
Los más representativos para ver en poco tiempo son.
- El Monumento a los descubrimientos, localizado a orillas del río Tajo y que tiene forma de carabela. Fue elaborado en conmemoración de la muerte de Enrique el Navegante y en sus laterales están esculpidos varios personajes, la mayoría marineros y otros entre los que hay cartógrafos, poetas y reyes.
- El de Sacadura Cabral y Gago Coutinho, que fue construido con el fin de hacer un reconocimiento a quienes hicieron un recorrido desde Lisboa hasta Brasil en un hidroavión, revolucionando así la historia de la navegación.
El arco del triunfo, que al igual que en muchas ciudades de Europa, en Lisboa también existe uno. Este se localiza en la parte norte de la plaza del comercio en la Rua Augusta (calle principal del barrio Baixa) y es popular entre los turistas por su altura y diseño.
Para complementar tu viaje no estaría de más visitar algunas de las playas más bonitas de Portugal. Aprovecha tu auto y escápate un día a gozar de un baño de sol y de un relajante masaje de sus aguas. Si quieres un consejo, la playa de Carcavelos está a solo media hora y cuenta con todos los servicios necesarios para pasar un día de descanso total. Además, tienes la posibilidad de estacionar a bajo costo.
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Autora: Jenny Pérez