Francia es mucho más que París. Sólo hace falta volver para constatar que sus ciudades de tamaño medio, pueblos y espacios naturales son lugares vibrantes con interesantes propuestas turísticas para todo tipo de viajeros. Por eso, es el primer destino turístico mundial con 90 millones de visitantes y el cuarto en saldo turístico.
Para este año, el país centrará sus acciones de promoción turística en la gastronomía y el turismo sostenible y ha diseñado una completa agenda de acciones en 10 destinos que no puedes perderte si quieres viajar a Francia en 2020.
1. Normandía: impresionismo, historia y festivales gastronómicos
Una región popular por su costa y pueblos pintorescos también es hogar del impresionismo y en 2020 organizará el cuatro Festival Normandie Impressionniste, que reunirá exposiciones impresionistas y eventos relacionados en los principales museos de la región (del 3 de abril al 6 de septiembre).
Además de visitar el Mont-Saint-Michel, seguir los pasos de Guillermo el Conquistador o caminar por las playas del Día D en la Costa de los Héroes, Normandía ofrece opciones para los viajeros que buscan recorrer ciudades con encanto como la histórica Caen o las calles medievales de Rouen. Por supuesto, esta propuesta se puede complementar con opciones de naturaleza que no faltan en esta región de espectaculares paisajes.
Tierra del camembert, los mariscos y las manzanas, los más gourmets tendréis la posibilidad de asistir a “Los Encuentros de Cambremer“, un festival – mercado con talleres culinarios que reúne las diferentes denominaciones de origen normanda (2 y 3 de mayo), la feria gastronómica “Todo el mar en una bandeja” (último fin de semana de septiembre), centrada en los productos de la pesca) o la Feria de la Manzana en Vinomoutiers (tercer fin de semana de octubre), para degustar desde tartas a sidras.
En diciembre, los pueblos y aldeas del departamento de Orne se iluminan y decoran para celebrar la llegada de la Navidad.
2. Rennes-Bretagne: artesanía, patrimonio y ecoturismo
Rennes, la capital de la Bretaña, es una excelente opción para una escapada desde Paris, (sólo queda a una hora y media) y cuenta con buenas conexiones aéreas con Madrid y Barcelona gracias a Vueling e Iberia Express.
Esta ciudad universitaria cuenta con un ambiente joven y vibrante y una amplia agenda cultural que incluye 40 festivales al año como el de Mythos (del 27 de marzo al 5 de abril), dedicado al arte de la palabra, el teatro y la canción, el Stunfest en mayo orientado a los videojuegos, o el I’m from Rennes en otoño, centrado en el panorama musical local.
La arquitectura renesa combina renacimiento, vestigios medievales y edificios contemporáneos y se puede recorrer fácilmente a pie o en bicicleta. En el casco histórico se pueden admirar más de 280 fachadas tradicionales coloreadas y visitar un buen número de talleres de artesanos, como capital regional de la artesanía.
Entre el 25 de junio y el 13 de septiembre acogerá otra célebre exposición de la colección Pinault dedicada al blanco y negro y que reunirá una selección de artistas que han marcado la historia del arte.
En lo gastronómico, Rennes es popular por sus crêpes dulces y salados, mariscos y crustáceos y sus productos de la huerta, no en vano es una de las regiones donde la agricultura ecológica está más desarrollada. El primer domingo de cada mes podréis asistir al tradicional Mercado para comer, un evento de street food con productos de calidad.
Medio centenar de restaurantes y hoteles integran la responsabilidad ecológica en sus actividades.
3. Nantes: la ciudad de la creatividad y de Julio Verne
La capital histórica de la Bretaña y cuna de Julio Verne es una de las abanderadas francesas de la creatividad. Durante todo el año podéis recorrer el Voyage à Nantes (Viaje a Nantes), una línea verde por los monumentos emblemáticos de la ciudad como el Castillo de los Duques de Bretaña o les Machines de l’Ìle (“máquinas de la isla”), un proyecto turístico y artístico en el que máquinas y grandes estructuras metálicas se integran en el tejido urbano y rememoran los mundos imaginarios de Julio Verne.
En verano (del 4 de julio al 30 de agosto), este recorrido del Viaje a Nantes se ve reactivado con medio centenar de propuestas culturales en la que artistas, arquitectos, diseñadores y jardineros animan esos 12 kilómetros.
En los gastronómico, podréis descubrir la a reconocida buena mesa de Nantes en la Cantine du Voyage, un restaurante con capacidad para 300 personas abierto de abril a finales de octubre.
Para una ruta por la región, se recomienda el trayecto Nantes, Saint-Nazaire, Rennes, Saint-Maló hasta Saint-Michel, una oda de 285 kilómetros que abarca paisajes naturales espectaculares e impresionantes obras de arte.
4. Valle del Loira y castillo de Chennonceau: castillos y huerta de Francia
En 2020 el Valle del Loira celebra el 20º aniversario de su declaración como Patrimonio por la Humanidad por sus paisajes culturales vivos, de gran riqueza medioambiental y cultural gracias a sus castillos, pueblos, ríos y viñedos.
En esta zona, las casas cueva tradicionales se han convertido en museos y bodegas y los ríos, que han sido históricamente utilizados para el transporte fluvial, hoy se pueden navegar en toues y gabarras para observar la fauna y la flora.
Otro emblema de la zona son los castillos, puesto que los reyes de Francia eligieron el Valle como lugar de residencia durante el Renacimiento, inaugurando así el “buen vivir francés”. El más espectacular es el castillo de Chenonceau, una obra maestra del renacimiento con gran influencia estilística italiana gracias, entre a otras mujeres, a Catalina de Médicis, esposa de Enrique III.
En verano, Chenonceau se convierte en un destino ideal para alquilar una barca, hacer paseos nocturnos por los jardines iluminados o hacer catas.
En lo gastronómico, el Loira se considera la huerta de Francia y son populares el queso de cabra, embutidos como el rillos y los rilletes o el pescado frito, además de sus afamados vinos. Los “wine tours” son variados y encontraréis desde excursiones a catas en bodegas-cueva o en barcos.
5. Poitiers, destino familiar y ciudad universitaria
Poitiers es muy apreciada por las familias porque ofrece una gran cantidad de actividades únicas como el popular parque de Futuroscope, el Espectáculo de las Águilas o el Valle de Simios.
También es una popular ciudad universitaria en la que se calcula que uno de cada dos habitantes tiene menos de 30 años. El centro histórico peatonal se llenan cada tarde de jóvenes que acuden a los bares y terrazas para charlar con amigos.
El patrimonio de la ciudad es excepcional y está bien conservado. Destacan la ciudad medieval de Chauvigny y sus callejas en las que abundan los establecimientos de artesanos. En 2020, la oficina de turismo ha lanzado la app Visit Poitiers en español.
6. Burdeos – Cité du Vin: capital del vino
Burdeos se encuentra junto a la región vinícola más grande y antigua del mundo, que comprende 65 denominaciones y se extiende por 112.000 hectáreas, y marca el carácter de esta ciudad considerada la capital mundial del vino.
El festival Bordeaux Fête Le Vin (18 y 19 de junio) es el mayor acontecimiento enoturístico de Europa y combinará la degustación de vinos y aperitivos gourmet con la presencia de grandes veleros en el río. Además, durante todo el año podéis visitar La Ciudad del Vino, un centro cultural de última generación en el que el vino está presente en sus dimensiones cultural, patrimonial y universal.
En 2020 también se inaugurará un nuevo centro de arte digital en la base submarina de la ciudad que ofrecerá una propuesta basada en proyecciones de luz similar al TeamLab de Tokio.
Una buena opción para descubrir su fascinante centro histórico de compuesto por plazas y terrazas es hacerlo en bicicleta, puesto que cuenta con 291 kilómetros de carriles bici y vías verdes y está considerada las 12ª ciudad más idónea del mundo para ir en este método de transporte sostenible.
7. Biarritz: bienestar y playas
Capital de la talasoterapia, Biarritz sigue siendo una estación termal de referencia y una de las mecas de los surfistas gracias a sus 6 kilómetros de playa. El siempre reconocible el Hôtel du Palais, la espectacular residencia imperial propiedad del Ayuntamiento, sigue siendo el emblema de la ciudad y en 2020 verá acabadas sus renovaciones.
Esta ciudad del buen vivir tranquilo cuenta con varias estrellas Michelin de renombre y es un paraíso gastronómico popular en el que destacan productos como el jamón de Biarritz, el vino de Irulegi, las angulas, el bacalao, los chipirones o el tradicional pastel vasco.
En lo cultural, no os perdáis “El tiempo de amar la danza“, una propuesta cultural abierta a grandes compañías y formaciones jóvenes que tendrá lugar del 11 al 20 de septiembre.
8. Occitania, el sur de Francia
La región más grande de Francia siempre es una referencia en patrimonio, gastronomía, ciencia y tecnología. También en cuanto a naturaleza, ya que los Pirineos y Cévennes son parques naturales nacionales y en esta zona montañosa también podéis visitar Gavarnie o el Pic du Midi.
En el litoral, se puede encontrar una gran red de lagunas, estanques y salinas, un hábitat perfecto para plantas y aves migratorias, y aldeas, puertos pesqueros y ciudades marítimas como Banyuls-sur-Mer, Colliure, Gruissan, Sète o Agde.
Ciudades como Toulouse, Montpellier, que en 2020 celebrará los 800 años de su popular Facultad de Medicina, Nîmes, Narbonne o Carcassone son una escapada perfecta para un fin de semana y están muy bien conectadas en tren con Barcelona gracias a la colaboración Renfe-SNCF.
La gastronomía de Occitania también es destacada y está compuesta por especialidades como las ostras de Bouzigues, las aceitunas Lucques de Languedoc o la popular cassoulette.
9. Ariège-Pyrénées, el corazón de los Pirineos
Tierra de autenticidad y tradición, este departamento es una invitación a conectar con la naturaleza y que innova en sus propuestas turísticas ofreciendo excursiones con yoga o los skylodges, medio hamaca, medio tienda para pasar la noche colgados.
También encontraréis ciudades interesantes, como Foix, de estilo medieval y con un interesante castillo de los Condes. El Ariège medieval es también la bastida de Mirepoix, la ciudad de Saint-Lizier o Montségur.
En lo cultural, el culto a la sencillez se refleja en la gastronomía donde abundan productos biológicos. La ruta de los quesos (Moulis, Bethmale…) es toda una invitación para amantes de este producto, aunque en esta región también encontraréis una buena muestra de confituras y mieles artesanales.
10. Vaucluse – Provence
La región de Vaucluse en la Provenza es popular por sus campos de lavanda y su clima excepcional con una media de 300 días de sol al año.
En esta zona, se pueden descubrir interesantes pueblos en la zona del Luberon, que cuenta con una red de 230 kilómetros de carriles bici por carreteras secundarias, donde disfrutaréis de viñedos, olivares y campos de lavanda.
Los ríos abundan en esta zona, en la que también se pueden hacer actividades deportivas como el piragüismo en las Fuente de Vaucluse o visitar L’Isle sur la Sorgue, conocida como “la pequeña Venecia” por sus canales y viejas ruedas con palas.
En lo cultural, el célebre Festival de Aviñón (del 3 al 23 de julio) pondrá de nuevo teatro en las calles.
Cómo viajar a Francia
En avión: Air France, Vueling e Iberia Express son las mejores opciones para volar al país vecino y conectan con un buen número de ciudades de tamaño medio en poco tiempo de vuelo.
En tren: Renfe y SNCF, la compañía francesa de tren, se asocian para aprovechar sinergias y conectar dos mercados muy importantes de turismo. Hay salidas desde Madrid y Barcelona y recorren todo el país hasta llegar a París.
Hay que estar atentos a los descuentos de temporada para comprar pasajes a buen precio.
Foto Mont-Saint-Michel: David Gabino
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